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A bitch with a whip

Escenas que contienen algo de sangre y violencia.

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Ishikawa Tazu sabía que era hermosa, quizás demasiado. Con su pelo azul oscuro y unos ojos amarillos brillantes, parecía poder encantar a cualquier hombre o mujer, pero claro, Subaru no era "cualquier" hombre, era EL hombre de los sueños de Ishikawa Tazu. Una chica que repitió curso sólo para estar cerca de su amado.

Qué pena que antes de poder hacer algún movimiento, llegó Giselle a "robárselo". 

—¡No me lo puedo creer! ¡Cómo se atreve! —Lanzó un jarrón de flores a la pared su habitación. —¡Maldita perra!

Los sirvientes observaban a su señorita con algo de temor, intentando no hacer ningún movimiento notorio. Cuando su señorita estaba enfadada, era mejor no estar cerca de ella.

—Señorita, debería relajarse. —Intentó decir una de las sirvientas. 

La mirada que Tazu le dirigió, hizo que se le cerrara la boca. 

—¿Quién te crees que eres para darme órdenes? —Preguntó con un tono sombrío y los ojos oscurecidos. 

—Lo-lo siento, se-señorita. Yo-yo no quería-. —La sirvienta comenzó a temblar, sin poder terminar la frase.

—De rodillas. —Ordenó Tazu, cogiendo un cinturón con una hebilla de oro. 

—Pi-piedad, señorita, ¡piedad! —Exclamó la sirvienta de rodillas, mientras los demás empleados salían del cuarto despavoridos.

Sabían que su presencia allí molestaría aún más a su señorita y dañarían más a su compañera.

—Parece que voy a tener que disciplinarte. —Y sin ningún remordimiento, comenzó a azotar a la sirvienta sin piedad. 

Los gritos se oyeron en toda la mansión, pero todos los empleados se quedaron cayados, siguiendo con sus tareas. No era la primera vez que una sirvienta moriría a manos de la ira de su señorita. Tampoco iba a ser la última vez que el olor a podrido y sangre fuera a inundar los pasillos. 

Sólo esperaban y rezaban a no ser los siguientes en recibir la ira de su señorita.

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Giselle se estiró mientras bostezaba, luego, soltó un estornudo. Estaba cansada y eso que había dormido bastantes horas a lo largo de aquellos cuatro días que estuvo enferma. 

—Oe, ¿te sientes mal en alguna parte? —Preguntó Subaru, mientras le tendía una lata de refresco. 

Giselle negó con la cabeza. A lo largo de aquellos cuatro días, Subaru había sido al que había visto más al ser de su misma clase. Para su sorpresa, se habían hecho bastante cercanos, aunque el vampiro no lo quisiese admitir. 

—¡Tú-...! —La voz de Tazu interrumpió en el momento.

La peli azul señalaba con el dedo índice a Giselle, como si fuese la peor escoria que hubiera visto en su vida. Subaru chasqueó la lengua molesto. Aquellos últimos cuatro días, Tazu había intentado acercarse a él, siendo rechazada cada vez. 

Giselle levantó la mano y saludó. Nunca entendió la razón por qué aquella chica la odiaba, pero no iba a rebajarse a su nivel de ser maleducada o cosas de aquel estilo. 

—¡Has vuelto! 

Giselle asintió con la cabeza. 

—Tsk... —Tazu se dió la vuelta con los puños cerrados. 

Craving for Blood - Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora