Viajar cientos de kilómetros, participar en competencias absurdas, enfrentarse con tipos idiotas, huir de la mitad de una furiosa ciudad, ganarse enemigos de otro país... ¿Y todo para qué? Para quedarse exactamente en la misma situación del inicio.
«Que hija de puta es la vida»
Pensaba Jimin durante el camino de vuelta a Corea, mientras la pareja más joven de Bangtan dormía a su lado en el auto que los recogió del aeropuerto.
-Es una puta mierda -susurró contra la ventanilla del auto, viendo la carretera que se dividía en dos caminos, y cómo el auto idéntico al que los transportaba, tomó otro camino diferente, con su querido líder y Hoseok dentro.
No entendía por qué las cosas tenían que ser así. Tan ajenas a él.
Quería ser parte de la vida de Yoongi, incluso del resto de los miembros; quería ayudar a Seokjin, consolar a Jungkook, reír con Hoseok, cazar con Taehyung y destruir cosas con Namjoon, pero sobre todo...quería estar con Yoongi.
Cuando se decidió a buscarlo, cuando lo buscaba, cuando lo encontró, Jimin siempre supo lo que quería, y sabía que una vez lo tuviera, no iba descansar hasta ser parte de su vida. Pueden llamarlo ridículo, obsesionado e incluso loco; pero él, desde la primera vez que sintió la calidez de Min Yoongi, quiso quedarse ahí para siempre, e hizó hasta lo inimaginable para poder estar a su lado.
Y ahora, ahora que lo tiene cerca, que se lo a besado y abrazado, Park Jimin no planea rendirse, no cuando ha logrando bastante.
Pero es difícil, muy difícil.
Todavía puede recordar las palabras de Yoongi al despertar, luego de colapsar por la pelea contra Tin.
Recuerda perfectamente su expresión, que pese a los hematomas y cortes en su rostro, Jimin todavía creía que era hermoso; esa mirada de total frustración, confundida, de rabia y llena de odio.
Yoongi había despertado por el ruido y movimiento en la pequeña oficina de descanso de Wat, pues Taehyung y Jungkook se comenzaron a prepar para partir de Bangkok, mientras Hoseok tomaba una ducha. Lo primero que el pelinegro notó fue a Jimin durmiendo a su lado.
El pelirosa, apenas sentir a Yoongi moverse, se despertó de golpe y no dudo en lanzarse a los labios del mayor. Feliz de verlo despierto y vivo, quizá se extendió al también abrazarlo con más fuerza de la que Yoongi pudiese soportar, porque el pelinegro se quejó y con la mayor fuerza que encontró en sí, apartó a Jimin, después, entre muecas y quejas de dolor, Yoongi se puso de pie.
-No vuelvas a hacer eso -escupió el pelinegro antes de desaparecer de la vista de Jimin.
Fueron palabras duras para el pelirosa, quien por lo mínimo esperaba un «Gracias». Porque fue él quien cuidó y estuvo al pendiente del estado de Yoongi, él que se quedó a dormir con el pelinegro y curó sus heridas, inclusive se arriesgó a detenerse en un lugar a comprar gasas y alcohol.
Jimin no deseaba más.
Pero jamás pasó.
En el avión todo paso tan lento. Nadie decia nada, Jimin solo miraba a un ansioso y pensativo Yoongi hablando con Hoseok, y él solo podía pensar una cosa.
- Ay, mi querido salvador. Si solo yo te contará todo lo escuché...¿Qué tan cruel serías con tu familia?
Pero, Jimin sabía que no era el momento de revelar todo lo sabía. Mientras tanto, iba a vijilar de cerca a "Hobi"
Eso no era todo. No solo se sentía frustrado por la indiferencia de Yoongi, también se sentía excluido, como si él no fuera parte del equipo. Quizá aún era poco el tiempo de haberse integrado, pero había estado dando todo de sí para ganar la confianza del resto y a pesar de eso, seguían dejandolo de lado cuando se trataba de cosas relacionadas a los recientes ataques, y aunque para eso también excluían a Taehyung y a Jungkook, no por eso se sentía mejor.
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Calm, Kitty. (Diki)
FanfictionKitty desarrolló una obsesión por un chico pelinegro que le salvó la vida cuando era apenas un niño. Y que también le enseñó - inconscientemente - como vivir la vida. Después de eso deja todo lo moralmente correcto, dispuesto a encontrar a su chico...