ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 19

141 19 50
                                    


ʟᴀ ᴄᴀʟᴍᴀ ᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ ʟᴀ ᴛᴏʀᴍᴇɴᴛᴀ

Era una mañana lluviosa, las ventanas estaban cubiertas por pequeñas gotas de agua y todo en la casa olía a chocolate caliente, a Eliza le gustaba preparar un poco en días así. En la habitación únicamente se escuchaba el ruido de un par de espadas de madera chocar una contra la otra. Cuando siento la punta de la espada tocar ligeramente mi pecho hago una mueca molesta.

—¡Hiciste trampa! — Grito hacia el más alto dentro de la habitación mientras me cruzo de brazos, él me mira sonriendo felizmente, sinceramente era muy bueno verlo así, sus pecas se veían mejor cuando sonreía.

—Estabas distraída — Me responde revolviendo un poco mi cabello, como siempre le gustaba hacer.

—¡No es cierto! — Me quejo nuevamente mientras aparto la mirada, Alexander se agacha para estar a mi altura apretando mi nariz como solía hacer cuando me enojaba.

—Si es cierto.

— ¡Suelta! — Grito de forma graciosa riendo segundos más tarde junto con el hombre al que había empezado a considerar como mi padre, un par de tacones se escuchan cerca de la habitación llamando nuestra atención, Elizabeth se recarga en el marco de la puerta mirándonos con una sonrisa.

—Es hora de ir al trabajo Alexander — Mi padre asiente quitándose la casaca azul que tanto me gustaba, siempre lo obligaba a usarla cuando jugábamos juntos.

—¿Puedo ir contigo? — Pregunto tomando su mano con fuerza como hacía cada día antes de que él se fuera al trabajo.

Alex me mira atentamente un par de segundos, se que como cada dia va a negarse y me dejará en casa a cargo de Elizabeth para aprender piano, bordado y cosas como esas.

—El congreso no es para señoritas, lo...

—Ponte tu abrigo, está lloviendo... — Dice papá de repente, levantó la mirada confundida un par de segundos antes de correr felizmente por lo que me habían pedido.

—Andando, Your Highness — Pide estirando su mano para que la tome, sonrió un poco tomándola con una sonrisa.

Poco tiempo después de mi llegada Alexander había mejorado un poco, salía de su habitación con más frecuencia y a veces jugaba conmigo, en una de esas ocasiones mientras jugábamos él me llamó de esa forma "Your Highness" o "Su alteza" luego el apodo se quedó aunque es uno que solo Alexander usa. Han pasado un par de años desde eso.

—Te veré más tarde Eliza — Se despide mi padre de la castaña, yo miro hacia la puerta del salón y veo a Philip asomar su cabeza tímidamente desde ahí, sonrió antes de caminar hasta él agachándome un poco para quedar a su altura.

—Te veré más tarde, pequeño Philip — Me despido revolviendo el cabello de mi hermano.

—¡Deja de llamarme pequeño! — Se queja el niño.

Yo me río antes de correr a la puerta junto a mi padre para subir junto a él a un carruaje que nos llevaría a ambos al congreso.

·   ·   ·   ·   ·   ·    ·   ˗ ˏˋ 🌱 ˎˊ˗   ·   ·   ·   ·   ·   ·   ·


Al llegar veo a varios hombres caminar de un lado a otro apresurados, me aferro con fuerza a la mano de mi padre algo asustada por tanto alboroto, la mayoría de los hombres que caminan por aquel lugar apenas y se dan cuenta de que me encuentro ahí, los que saludan a mi padre me miran con curiosidad y saludan con un; "Buenos días" acompañan el saludo con una pequeña sonrisa amistosa y continúan su camino, otros miran a mi padre con una mueca y ni siquiera se molestan en mirarme antes de continuar su camino.

Rojo & Azul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora