ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 21

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ᴀʟᴇxᴀɴᴅᴇʀ ʜᴀᴍɪʟᴛᴏɴ
ᴀᴄᴜsᴀᴅᴏ ᴅᴇ ᴛʀᴀɪᴄɪᴏɴᴀʀ ᴀ sᴜs ᴄᴏᴍᴘᴀᴛʀɪᴏᴛᴀs


Aquel día estábamos perdiendo la batalla, tuvimos que retirarnos o más de la mitad terminaría muerto, Washington y su grupo fueron los primeros en retirarse pero no estaban todos, lo se porque yo trataba de ayudar a un joven y herido Alexander Hamilton.

En ese momento pensaba; Si lo llevó de regreso al campamento quizá tenga una oportunidad de escalar.

Pero no pude hacerlo, hombres del ejército británico nos tomaron como prisioneros, recuerdo gritar constantemente que él estaba herido... Cuando llegamos al campamento y los vi llevarse a Hamilton para curarlo pensé que había salvado su vida, que cuando lo dejaran junto conmigo y otro hombre que también fue capturado los tres haríamos un plan para escapar y que ahí estaría mi oportunidad de crecer.

Pero no fue así, nunca dejaron a Alexander con nosotros, además de que en una ocasión cuando me hicieron salir del lugar en el que estaba encerrado pude ver algo... A Alexander Hamilton con una casaca color rojo, fue ahí donde comprendí que Alexander estaba de vuelta con los suyos.

ᴘᴀʀᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍᴀs ᴠᴀʏᴀ ᴀ ʟᴀ ᴘᴀɢɪɴᴀ 6.

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Apartó la mirada de aquella nota decidiendo no terminar de leer. Lo compré a un chico en la calle, nunca había comprado ese periódico pero llamó mi atención por el título.

—Esto es mentira ¿Verdad, señor Burr? — preguntó mirando al hombre que se había convertido en mi amigo.

—Debe serlo, es un periódico sin mucha fama  probablemente sea un pobre intento por llamar la atención de los lectores.

—Si, eso debe ser — Digo apartando un momento la nota — Comienza a ser tarde, creo que debería volver a casa o Eliza comenzará a preocuparse.

—Bien, deberías regresar con cuidado.

—Claro señor, nos vemos luego.

Me despido con una sonrisa, una vez en el exterior me dirijo a mi hogar realmente preocupada, la gente cercana a mi me miraba y susurraba, seguramente ya la mayoría había leído ese estúpido artículo.

—Estoy en casa — Anunció nada más llegar siendo recibida por absolutamente nadie.

Camino por un momento sin rumbo hasta llegar a nuestra pequeña biblioteca encontrándome con Eliza atenta a un par de hojas de periódico, se lo que son.

—¿Estás bien? — Pregunto acercándome a ella suponiendo que quizá se había llevado la misma impresión que yo y estaría momentáneamente asustada, al menos hasta que pudiera pensar con claridad y se diera cuenta de que no eran más que mentiras.

—Estoy bien querida — Me dice sonriendo, se pone de pie dejando el periódico en el sofá en donde estaba antes — Estaré en mi habitación me siento cansada.

Ella se marcha y yo me quedo en la solitaria biblioteca tomando nuevamente el periódico, decido buscar a Alexander así que me dirijo a su estudio.

Una vez ahí me encuentro dudando en silencio, sostengo las hojas de periódico con una mano mientras miraba con temor la puerta frente a mi, tomo un poco de aire antes de abrir lentamente. Espero encontrar a Alexander escribiendo miles de cosas, quizá haciendo uno de esos berrinches de adulto por escuchar a la gente culparlo de esas cosas horrorosas.

Lo que me encuentro es una escena completamente diferente a lo que esperaba, el pelirrojo se encontraba únicamente sentado frente al escritorio con lo que parecen ser un par de cartas viejas.

—¿Alex? — Preguntó tímidamente desde mi lugar notando un par de lágrimas en los ojos violetas que tanto me encantaba ver.

—Fanny — Susurra Alexander desde su lugar limpiando sus ojos, se que puede darse cuenta del miedo y la confusión en mi mirada.

—Es mentira... ¿Verdad?

—Eso quisiera — Él baja las mirada hacia una hoja de periódico que yace en el suelo, toda la hoja está llena de aquella absurda acusación.

—¿De verdad lo hiciste? ¿Por qué?

—Era joven Fanny, joven e impresionable, ese hombre me convenció de ser un espía, me prometió muchas cosas y yo acepté.

—¿Y le creíste? — Cierro la mano en donde tenía aquellas hojas de periódico antes de lanzarlas bruscamente al rostro del más alto, siento una punzada dolor en mi pecho cuando veo al hombre al que considere un padre mirarme con tristeza — ¡Mi padre murió por esta lucha! ¡Murió creyendo que tu eras tan leal a esto como él! ¡Fue prisionero y soporto cualquier clase de tortura sin decir una sola palabra! ¡¿Y tú?!... Tu fuiste capaz de vender a los tuyos por un par de promesas absurdas.

—Frances... — Alexander intenta acercarse pero yo doy un paso atrás.

—Creí que eras un mejor hombre, Alexander.

—Your...

—¡No! — La voz me tiembla, se que estoy apunto de llorar — No te atrevas a llamarme de esa forma.

—Tu padre estaría orgulloso de la mujer en la que te has convertido.

—No hables de él ¡No tienes ningún derecho a hablar de mi padre!

—Lo sé — Susurra él regresando a su escritorio mirando nuevamente esas cartas viejas.

—Encontraré la forma de resolver esto, lo prometo — Alexander me mira sonriendo un poco — Todo será como antes.

—No... No, nada será como antes Alexander, yo ya no puedo confiar en ti como antes.

Sin decir nada más salgo de mi habitación sintiéndome realmente traicionada por quien aseguraba ser el mejor amigo de mi padre, ahora me pregunto si realmente lo fue.

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Hey capítulo nuevo :3
Muchas gracias por leer
espero que les haya gustado este capitulo

➺ideas, comentarios, insultos

-ѕαγοκο✿

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