ᴇᴘíʟᴏɢᴏ

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La castaña invita a pasar a la más joven llevándola al salón en donde aún podían verse rastros del día anterior cuando habían revisado su hogar.

—¿Estás bien? — Pregunta Elizabeth mirando con atención a Frances, ella simplemente niega suspirando.

—No lo sé, es decir creo que me sentiría mejor pero... No puedo quitarme esa imagen de la cabeza.

Elizabeth sonríe un poco en busca de tranquilizar a la más joven, se sienta en uno de los sofás tomando la mano de la rubia en señal de apoyo, aunque quiere llorar sabe que no puede en ese momento pues su hija la necesita bien.

—Lo sé, es una imagen que difícilmente podrás olvidar, quizá tendrás pesadillas por un tiempo... Alexander también tenía muchas pesadillas luego de ver a John morir.

—¿Mi padre?

—No, un amigo que ambos tuvimos... Era un espía y lo atraparon Alexander estaba ahí cuando él murió.

—Oh — Dice ella bajando la mirada notando lo poco que sabía sobre la vida de su padre y lo rápido qué lo había juzgado como un traidor y enfermo — Fui demasiado injusta con él, me duele pensar que él...

—Seguramente él sabía que no era tu intención, entendía qué estabas molesta.

—No lo creo, se que lo hice enfadar y...

—Oh Fanny Alexander jamás estaría molesto contigo, podría enojarse con los demás niños ¿Pero tu? Eres la hija del amor de su vida, jamás se habría enojado contigo por nada.

—Mi padre no era el amor de su vida, solo estaban enfermos.

—Enfermos o no, ambos en verdad se amaron... Jamás te hablo de eso supongo por el miedo a tu reacción y además siempre le fue difícil hablar de Laurens.

—¿Él te lo dijo?

—No, pero el día que llegó la carta de tu abuelo Alexander pasó horas encerrado en su estudio, recuerdo que entré y encontré un verdadero desastre... Ese día cuando volví para ordenar me encontré con sus cartas.

—Oh...

—Fanny, él te amo como a su propia hija — Dice limpiando un par de lágrimas qué caían por los ojos de su hija.

—Lo siento — Susurra la rubia abrazándose a quien fue su madre durante tantos años buscando consuelo y tranquilidad.

—Está bien, está bien — Dice permitiéndose derramar un par de lágrimas mientras intenta consolar a la más joven.

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Cuando Eliza caminaba por el pasillo logra escuchar una voz dentro del estudio de su esposo, suspira acercándose a abrir la puerta deteniéndose un momento antes de entrar encontrándose como siempre con su hijo mejor.

—Philip sal de aquí  — Pide mirando con una pequeña sonrisa a su hijo — Ya te he dicho que no es lugar para niños.

Aunque apenas tiene diez años, su hijo es tan parecido a su esposo e incluso a su hijo mayor.

—Lo siento, solo estaba leyendo — Dice tímidamente saliendo de la habitación con un pequeño cuaderno en brazos.

—¿Qué es eso? — Pregunta la más grande mirando con curiosidad lo que su hijo llevaba consigo.

—Su diario... — Responde el más bajo con temor a ser regañado por haber tomado algo tan personal de su padre — Es divertido leerlo, se siente como si él me estuviera contando su vida.

Elizabeth no puede evitar sentir un nudo en la garganta acaricia el cabello de su hijo antes de enviarlo a su habitación decidiendo no regañarlo, mira una última vez el estudio de su difunto esposo antes de sonreír un poco cerrando la puerta.

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Soooo llegamos al final de este Fanfic.
Ah honestamente me dolió terminarlo
(  ꒦ິ^꒦ີ) es uno de los Fanfics a los que más Cariño les tengo, muchas gracias a quienes permanecieron aquí esperando por cada actualización espero les haya gustado este Fanfic :3

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-ѕαγοκο✿

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