Alicia y Cecilia, conozcámoslas un poco más, ¿te parece? Mira, es importante para la historia que te hable sobre ellas. Prometo que después te diré lo que sucedió con Ernesto y Soledad —explicó don Chema y Canddy pareció entender y con sonrisa amable dijo estar de acuerdo. Ya solamente ella se encontraba escuchándolo.
—Alicia consideraba a Soledad como a una hermana —relató don Chema un poco decepcionado al perder a sus otros escuchas—. Alicia era de carácter introvertido poseía un noble y bondadoso corazón; odiaba meterse en problemas. Era demasiado tímida. Sin embargo, siempre terminaba envuelta en aventuras a causa de Soledad. Porque Soledad era de carácter aventurero y no temía a los problemas. No era raro que fuera Alicia quien solucionara las dificultades en las que se metía Soledad.
Afortunadamente Alicia tenía unos padres comprensivos y aunque en la niñez en varias ocasiones la castigaron negándole el permiso para salir a jugar con Soledad siempre terminaban levantándole el castigo, porque Soledad también era de noble y buen corazón. Eso si, un poco atrabancada y un poco imprudente.
Cecilia, ahora conozcamos a Cecilia, la otra mejor amiga de Soledad. Era hija del doctor oficial del gobernador. (En el reino de la Fantasía le llaman magos). A Cecilia la vida la había puesto en una situación diferente a sus amigas. La de tener que elegir entre seguir el camino de la magia, perdón, de la medicina, o el camino del amor. Cuando cumpliera los dieciocho años elegiría entre tomar posesión como hechicera, perdón, como estudiante de medicina, o ser incluida en la lista de doncellas disponibles y esperar la posibilidad de encontrar al hombre que le proporcionara un cuento con un final feliz. Son dos caminos diferentes pero que quizá lleven al mismo lugar. Hasta esa fecha Cecilia no sabía lo que elegiría. Ella sabía bien que en cada decisión siempre habrá una renuncia y todavía no sabía a que renunciar. Cecilia era la rara del grupo. Le entusiasmaba mucho la posibilidad de conocer los secretos de lo desconocido. Sin embargo, en tanto no decidiera su camino, no tenía acceso a ningún prodigio mágico, perdón, bueno, esta bien, hay que aceptarlo y aunque no lo creas, Cecilia poseía ciertas facultades "ocultas". Aunque en varias ocasiones pareciera que utilizaba algunos artilugios mágicos para conseguir lo que deseaba, ni ella misma sabía como lo hacía.
Cecilia era hija del hombre más sabio de la ciudad. El doctor Sibilino, así se llamaba su padre, además de medico era el principal consejero del gobernador. A él acudían muchas personas en busca de consejo. Para Cecilia no había sido fácil ser una de las quince hijas del mago, perdón, del doctor. Eran pocos los minutos que ella pasaba con su padre. Sólo lo veía muy pocos minutos. Era un hombre muy ocupado. El próximo año, cuando lo volvería a ver, sería en la ceremonia de su iniciación como hechicera, perdón, como estudiante de medicina, o bien su renuncia a cualquier actividad de carácter mágico.
Cecilia, a pesar de no tener tanto acercamiento con su padre, lo admiraba y lo respetaba. Estaba orgullosa de ser hija del hombre más sabio de la ciudad. Los minutos que pasaba a su lado eran muy bien aprovechados y casi puedo jurar que se instruía más en esos pocos minutos que en el resto del tiempo. Porque en su estancia con él formulaba las preguntas que ella deseaba.
Una de las enseñanzas que más recordaba era justamente cuando le preguntó a cerca de la decisión que tendría que tomar entre elegir la magia (estudios de medicina) o el amor.
—¿Con la magia alcanzaré la vida eterna? —preguntó, pues nadie sabía exactamente la edad de él.
—Ya tienes la vida eterna. Sólo vive en el presente.
—Pero si ya estoy en el presente... ¿o no?
—Por supuesto que no.
—¿Por qué no?
—Por que todavía no has renunciado al pasado.
—¿Y por qué iba a renunciar a mi pasado? No todo el pasado es malo.
—Para ser feliz eternamente tendrás que renunciar al pasado. Y no porque sea malo, sino porque comprendes que el pasado está muerto.
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El príncipe de soledad
Teen FictionTodo comenzó en la famosa Real Academia Para Príncipes. "Joven Ernesto, la doncella que le permitirá convertirse en príncipe de cuento es hija de reyes de algún país de la realidad, es de sangre azul. No sabemos al tipo de monstruo que deberá enfren...