Arlen no había notado la cama en la esquina contraria de la sala de la casa. Una bastante amplia. Seguramente el padre de Aziz había estado durmiendo allí cuando llegaron, pero con la oscuridad no lo había notado. En la mañana no habían rastros de él. Solo una túnica de un blanco puro como una nube, y lo que parecía un diamante bordado con hilo de oro en una canasta. No pudo observarlo por mucho tiempo pues la señora Freit lo tomó y se dirigió a la puerta. Él volvió a concentrarse en el pan que estaba comiendo, con Aziz a su lado.
-Iré a dejar esto en la lavandería, hijo.-Avisó, mientras abría la puerta con una mano y la mantenía abierta con un pie. Aziz asintió.
-Hoy es el día de trabajo de Arlen. Iremos a la Catedral.-Dijo él, mientras se comía la mitad de una rebanada de pan. La mujer se detuvo por un momento, mirando hacia afuera como si algo la hubiera plantado al suelo. De verdad parecía una estatua de plomo ahora mismo, pues sus ropas eran de color ocre gastado esa mañana. Cuando la mujer volvió a moverse, se puso del lado de afuera de la puerta.
-Muy bien, solo no vuelvas tarde, ¿Sí?-Dijo sin más, y cerró la puerta rápidamente. Arlen se quedó viendo la puerta, pensando qué la habría hecho quedarse paralizada de esa manera. ¿En qué habría estado pensando? Aziz debió notarlo, pues se levantó de su asiento con un suspiro, llamando su atención.
-Disculpa a mi madre, hay veces en las que está... Ausente.-Dijo con simpleza, intentando no sonar incómodo y fallando en el intento.
-Está bien, una de las especialidades que me tocan estudiar en la Academia es el comportamiento humano. Muchas cosas que tu podrías encontrar extrañas y hasta desagradables tienen su explicación.-Aziz tomó una túnica de color café muy oscuro, como tierra húmeda. Se la puso, y se recargó contra la pared a un lado de la puerta. Arlen levantó la mirada hacia adelante, donde estaba la ventana sucia que había visto cuando llegó. Se notaba que la habían limpiado pero con muy pocas ganas. Se notaba en las esquinas que nadie se molestaba en quitar la mugre acumulada. Se dijo que debía parar de buscar imperfectos en las cosas que lo rodeaban.
-¿De verdad? ¿Y cómo funcionan esos estudios?-Preguntó Aziz, de brazos cruzados. Arlen se volvió para verlo, y se encontró con una mirada sinceramente curiosa. Con una última mordida a su pan, procedió a explicar:
-Pues bien, normalmente se colocan anuncios por todos los lugares de interés para la gente, buscando personas con las cualidades que se estudian. Aquellos interesados pueden acudir a la dirección señalada y someterse a los estudios necesarios.-Aziz asintió lentamente, mirándolo fijamente. Arlen sonrió.-Normalmente duran bastante, hasta el punto en el que hay que hacer seguimientos por varios días. Creo que hasta hoy en día no se han descubierto todos los secretos del comportamiento humano.-Al detenerse y tomar un vaso de agua, Aziz agachó la cabeza para verse el abrigo, como si aún estuviera incómodo. No, en realidad sí parecía incómodo, se dijo Arlen.
-¿Y cómo sabes que el aviso no lo puso algún loco?-Dijo con media sonrisa.
-Los estudios se realizan bajo la jurisdicción del reino de Vannis, y cada aviso se emite con un sello real que solo tiene la corona y los altos rangos de la Academia.-Aziz asintió arqueando las cejas, comprendiendo.
-¿Alguna vez has estado... Cerca de ellos? La familia real de tu reino, digo...-Arlen rió divertido.
-Claro que no. La familia real solo reside en el palacio, eso está muy lejos de donde vivo...-Arrastró la último palabra, pues se dio cuenta a mitad de camino que él ya no vivía en Tradi. Ya no existía, y nunca podría volver. Bajó la mirada, repentinamente entristecido. Aziz se acercó, dudoso.
-¿Estás bien?-Preguntó, poniéndose en cuclillas para poder mirarlo a los ojos. Con la mano puesta en el respaldo de la silla, Arlen pensó que iba a abrazarlo. Pero eso no podría pasar. Aziz no parecía ser así. Apretó los labios, tragó saliva y trató de sonreir nuevamente.
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El Despertar de la Sombra I. Sueño
Fantasía¡Estamos comenzando con la edición! Lamentamos cualquier inconveniente :) ~ ⭐ ~ Zenigadia siempre fue un mundo de maravillas, pese a las diferencias entre las personas que lo habitan. Pero una catástrofe del pasado amenaza con resurgir a espaldas de...