Capítulo 36.

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Valeria tuvo que practicar más bloqueos esa noche, pero no le molestó. En realidad, estaba decidida a demostrarle a Ada que podía confiar en que ella se esforzaría por aprender. Por lo que, aún con las marcas del llanto en su rostro y tras una interrogación de Lumia, se puso a practicar con sus compañeras principiantes. Aunque su determinación flaqueó en el momento en el que vio a Polimena entrar a la cueva. Sintió un escalofrío recorrerle la nuca, pero siguió con su práctica, aún cuando sus manos temblaban y la espada de madera cayó al suelo. Su compañera sonrió divertida, y ella se agachó para tomarla nuevamente. Pero un pie se lo impidió al pisar su mano al mismo tiempo que tomaba la espada. 

-Tú.-El corazón se le achicó al escuchar la voz de Erryn, y sintió el brazo tensarse bajo la fuerza de su bota. 

-Déjame ir, Erryn.-Dijo con un tono suplicante. No deseaba revivir la misma situación de aquella tarde, y menos con tanta gente alrededor. Erryn rió. 

-¿O qué? ¿Vas a hacer lo mismo de hoy?-Arrastró su pie de forma tal que le dejó una marca enrojecida en la mano a Valeria, y ésta tomó la espada para luego erguirse y acercarse a su compañera nuevamente.-Vamos, hazlo. Sé que quieres hacerlo. Fenómeno.-Escupía las palabras como veneno, y Valeria respiró hondo, tratando de ignorarlo hasta que escuchó las rápidas pisadas que se acercaban. 

-¡Erryn!-Cerró los ojos para maldecir por dentro y volverse para ver a Lumia enfrentando a Erryn.-Déjala en paz.-Dijo con un tono amenazante. Valeria abrió la boca para decir algo, pero Erryn se adelantó.

-Oh, miren a Lumia, lamiendole las botas a una forastera. ¿Qué te prometió? ¿Darte cariño de vez en cuando? ¿Tan bajo has caído?-Un grupo de gente se acercó, rodeándolas. Valeria se vio excluida del círculo, por lo que tuvo que dar saltos para poder ver sobre las cabezas de la pared de personas. 

-Tranquila, no necesito que alguien más me de cariño. Me aprecio demasiado a mí misma como para mendigarlo. No como tú, que ni siquiera te soportas. Con razón eres tan miserable como para ir molestando a la gente así.-Escuchó decir a Lumia, y todas las chicas echaron vítores y silbidos. Valeria alcanzó a ver la sonrisa de suficiencia en el rostro de su amiga, lo que la hizo sonreír al mismo tiempo. 

-Das pena, Lu. Solías ser una persona soportable, ¿Y ahora? No tienes nada, salvo una cara bonita. Seguro que los viejos de la feria lo aprecian.-Un colectivo "Uuh" se adueñó de la cueva, y el resto de mujeres que quedaban dispergadas por allí voltearon para acercarse y escuchar. 

-Oh, ¿Quieres ver qué tengo, además de una cara bonita?-Valeria volvió a dar brincos para poder ver, y ambas muchachas estaban ahora muy cerca una de la otra. Se dio cuenta de que Lumia le sacaba media cabeza a Erryn, pero la expresión de odio de la morena no disminuía por eso. Volteó para buscar a Ada, o al menos a Polimena, pero ninguna estaba a la vista. Valeria tragó saliva, y empezó a abrirse paso entre el gentío. Dando codazos y disculpándose en el proceso, no tardó en llegar hasta las dos chicas. 

-Basta, por favor.-Suplicó, separándolas. 

-Aléjate, Val.-Dijo Lumia, sin quitarle la mirada a Erryn.-Se lo merece.-Valeria encontró la fuerza para hacer para atrás a la chica, pero pronto Lumia le demostró que aquello no era nada ante los años de entrenamiento que tenía ésta encima. La hizo a un lado con un movimiento de su mano, acercándose nuevamente a Erryn.

-No sabes la clase de... Animal con la que tratas.-Advirtió ella, lo que provocó que el puño de Lumia fuera a parar a su cara. Las personas alrededor de Valeria ahora alentaban con gritos, silbidos y aplausos, mientras ella observaba horrorizada la escena. La palabra resonó en su mente: "Animal". Sintió la atmósfera caldeada decaer, y el frío de la noche le dio incluso más escalofríos. Se abrazó a sí misma en busca de calor, pero no lo consiguió.-Si tú lo quieres...-Sonrió Erryn, sobándose una mejilla. Se irguió para dar un puñetazo, pero Lumia lo desvió rápidamente con una mano. Los gritos se hicieron más fuertes, a medida que la pelea avanzaba. Lumia recibió un golpe en el vientre, lo que la hizo doblegarse levemente el tiempo suficiente como para que Erryn pudiera golpearla en la cara. 

El Despertar de la Sombra I. SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora