Día 10

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00:07 AM

Harry estaba perplejo y con su boca sutilmente entreabierta. La declaración de Louis sin duda lo había tomado por sorpresa. No lograba comprender como aquella distante actitud que el castaño había tenido con él, había terminado en un inesperado "te quiero".

Una enorme cantidad de sentimientos mezclados llegaba a inundar su ser. Louis permanecía mirando el suelo, la nostalgia apoderándose de su semblante, y Harry podía jurar que en aquel instante se veía más hermoso que nunca.

Después de un prolongado silencio, el ojiverde tomó la iniciativa de acercarse. Louis desde el primer día había tenido la capacidad de hacerlo sentir frágil y pequeño, casi como un niño. Pero ahora por primera vez la situación se invertía, y aunque no lograba comprender la evidente nostalgia del castaño, sentía la necesidad de abrazarlo y hacerlo sentir protegido, de la misma forma en que él lo hacía sentir.

Lo tomó por la cintura y dejo que su frente reposara suavemente sobre su cabeza. Se deleitó unos cuantos segundos oliendo el dulce aroma de su cabello.

Después de oírlo decir que lo quería, el miedo se había disipado lentamente. Y aunque él estaba seguro de sentir lo mismo, aún no sabía como expresarlo con palabras.

-lo siento Harry... No debí, yo no tenía que decir eso- Louis soltó un suspiro tras terminar aquella frase.

Harry bajó lentamente su cabeza y se inclinó hasta quedar frente a frente. Sus ojos buscaron los azules de Louis, que en aquel momento seguían perdidos en algún punto del suelo.

-¿Por qué no debías?... Entonces, no, ¿no lo sientes?- el rizado susurró lentamente, y luego pasó saliva con dificultad a través de su garganta.

-no es eso, yo... Yo siempre lo he hecho, siempre, te he querido desde la escuela... Y renuncié a buenas ofertas de trabajo solo por venir aquí, porque supe que serías mi jefe... Se que es una estupidez, y que puede sonar desquiciado... Pero te quiero Harry-

Louis alzó la vista lentamente y se encontró con la profunda y atenta mirada del menor. Éste se acercó lentamente hasta rozar sus labios, y luego comenzó a mover su cabeza de lado a lado haciendo que su nariz diera suaves golpes contra la otra.

-eso no suena desquiciado... Al contrario, es sin duda lo más hermoso que me hayan dicho jamás; tú, no sabes como, yo... como me hubiera encantado haberte visto en la escuela... Sin duda hubieras hecho que mi vida fuera tan diferente-

Ya no soportó más, Louis cerró sus ojos con fuerza y unas amargas lágrimas rodaron por sus mejillas. Él pudo hacerlo, él de verdad pudo haber cambiado la vida de Harry, sin embargo el destino y el miedo quisieron otra cosa; y aquello siempre dolería.

Harry seguía sin entender la causa, pero el melancólico llanto de Louis lograba hacer sentir que su pecho se oprimía. Lo sostuvo con cuidado de las mejillas, y dejó que sus pulgares borraran con delicadeza todo rastro de humedad a causa del llanto.

-¿Qué pasa bonito?, dime la verdad, puedes confiar en mi, ¿estoy haciendo algo mal?- Harry ahogó un suspiro, y mantenía su ceño levemente fruncido.

-No cariño, tú no haces nada mal...soy yo; no hay nada que yo quisiera más que hacerte feliz, pero no sé... No sé si soy capaz, si soy digno de eso... -

-¿de qué hablas?... Claro que lo eres, desde el primer segundo en que cruzaste esa puerta, y aunque luché y me esforcé por negarlo, desde entonces supe que serías... Alguien especial para mi-

Louis dejó que un cálido y húmedo beso llegara a suprimir las palabras. Necesitaba al menos intentar evadir todos los recuerdos y toda la angustia que la conversación con Sophie, y las últimas palabras del ojiverde habías despertado en el.

Treinta Días Para Ser Infiel || Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora