Día 19

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Luego de la inusual llamada de su jefe, fue demasiado difícil para Harry no comenzar a pensar en todas las complicaciones que su relación con Louis traería a su vida.

En aquel momento fue cuando se dio cuenta que había sido educado en un entorno que castigaba y criticaba cruelmente la homosexualidad. La iglesia, su familia y todos los cercanos a esta; parientes lejanos y cercanos, socios de su padre, amigas de mamá... Absolutamente todas personas de pensamiento conservador y retrógrado.

Era entonces que comprendía que en algún momento, cercano o no; tendría que enfrentar los juicios de valor de todas aquellas personas, y ser señalado como una total vergüenza. La furia de su padre, el dolor y la decepción de su madre; casi podía imaginarlos, y sentir como su estómago se retorcía por la ansiedad.

Pero en realidad a esas alturas, estaba completamente seguro de que aquello era algo a lo que estaba dispuesto a hacer frente. Por que a pesar del miedo, y de cualquier otra aprensión, Harry sabía que el amor de Louis lo valía. Poder seguir despertando entre los brazos del ojiazul, y poder sentir ese maravilloso sentimiento al tenerlo cerca, sin duda valía cualquier batalla que pudiera enfrentar.

Lo único que realmente le importaba y le generaba cierta incertidumbre, era la reacción de Sophie. Sabía que su hija era muy inteligente y madura para su edad, así como también que tenía un pensamiento bastante más abierto que el resto de su familia; sin embargo, no sabía como tomaría el hecho de tener que compartir a su padre. Más aún con otro hombre.

Hizo de ese día uno normal y grato para el castaño. Evitó durante todo el día mencionar la llamada de Cowell, y junto con eso también olvidó todos los temas pendientes que quedaron por hablar con su asistente.

Durante esa jornada, solo se dedicaron a trabajar, a besarse y a disfrutar de su compañía. Harry supo ocultar bastante bien su preocupación por la reciente llamada, o quizás simplemente era que con Louis a su lado, le era muy sencillo olvidarse de todo lo demás.

Pero en el fondo, ambos sabían que tenían muchos temas pendientes; unas misteriosas fotografías, una inesperada declaración de amor, y un misterioso interés de Desmond Styles por separarlos. Y aún así; los dos prefirieron ignorar todo, y solo dedicarse a disfrutar de un nuevo día juntos.

Estaba completamente claro que los dos querían evadir los problemas, necesitaban hacer a un lado todo lo malo, y simplemente dedicarse a descubrir ese maravilloso amor que los había cautivado en unos cuantos días. ¿Y es que quién quiere pensar en los problemas cuando acaba de encontrar al amor de su vida?. Tiene bastante sentido.

Se fueron a la cama abrazados, entre risas y suaves caricias, pero sólo fue cuestión de unos cuantos minutos para que terminaran bañados en sudor, mientras la oficina se llenaba de suspiros y gemidos cargados de placer. Cada vez era más fácil llegar a esa situación, y cada vez la deseaban más.

* * *

Unos tibios rayos de sol se dejaron ver a través de la ventana; aún así era una típica y fría mañana Londinense.

Louis se despegó del pecho de Harry, y fue directamente tras sus labios, dejando caer una serie de pequeños besos sobre estos.

-Buenos, días, hermoso- recitó entre besos.

Harry sonrió ampliamente, dejando que sus hermosos hoyuelos se marcaran con intensidad en su rostro.

-es mucho pedir despertar así cada día, por el resto de mi vida...- el menor sostuvo a Louis desde la nuca, y se unió a lo que parecía una pequeña batalla de torpes y pequeños besos.

-ufff, por mi encantado... Solo piénsalo, mañanas frías, besos de buenos días, desayuno en la cama, tardes de películas y series... Y lo mejor, noches de hacer el amor hasta el cansancio-

Treinta Días Para Ser Infiel || Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora