Comenzaba el cuarto día, como era lógico después de la tercera noche. Tres noches ya; las más increíbles para Louis, las más extrañamente buenas para Harry. Tres noches de dormir abrazados, sintiendo en sus cuerpos la dulce y tibia sensación de tenerse tan cerca.
* * *
Luego de preguntarle a Harry si podía abrazarlo, Louis se sintió derretir por la respuesta. Fue una noche mágica para él, pero también para el ojiverde, quien hasta entonces no conocía nada del placer de dormir abrazado de una persona que te haga sentir tanto.
Su segundo despertar juntos fue un poco menos incómodo que el primero. Louis trató de actuar con normalidad y le dijo "buenos días", antes de dirigirse al baño. Harry solo sonrió de vuelta.
El rizado llamó a su hija y se preparó para comenzar un nuevo día laboral. Pero esta vez sería diferente. Ya no quería esconderse.
Cuando ambos estuvieron listos, Harry le asignó sus tareas al castaño y comenzaron a trabajar compartiendo escritorio e intercambiando una que otra palabra.
Cuando notaron que se hacía tarde, ordenaron algo de cenar a unos de los pocos lugares que tenía autorizado la función de delivery. Luego de comer y charlar exclusivamente sobre trabajo, la noche nuevamente los atrapó en la misma pequeña pero cómoda cama, y esta vez Louis se tomó el atrevimiento de abrazarlo sin pedir permiso. Y Harry intentando no pensar mucho, correspondió el abrazo.
Era algo simple, un gesto sencillo pero a la vez tan significativo. Ninguno lo decía, pues no estaban listos aún; pero aquel abrazo que comenzaba a hacerse un hábito, les provocaba una dulce emoción. Era algo casi inocente, pero a la vez muy íntimo.
* * *
-Buenos días Harry- Louis saludaba sin despegar su cabeza del pecho del menor, y su voz se oía aún adormecida.
-buenos días- la voz mañanera del ojiverde era aún más grave de la usual.
Al igual que las dos mañanas anteriores, se quedaron por unos momentos en la cama, sin separarse y sin decir absolutamente nada.
-Louis, ¿te molesta si ocupo el baño primero hoy?- Harry rompió el silencio y preguntó intentando sonar lo más normal posible, pero para esas alturas los nervios comenzaban a dejarse notar en su forma de hablar.
-por supuesto... Como gustes- respondió Louis sin separarse ni un centímetro del menor.
Estaba aún un tanto inconsciente producido del sueño; por lo que estaba completamente inmerso en lo que parecía un maravilloso pero onírico momento.
Sin darse cuenta había comenzado a dar suaves caricias en el torso de Harry, quien hubiese permanecido encantado junto a él para recibirlas. Sin embargo, una urgencia en su entrepierna que necesitaba ocultar, le hacía necesitar ponerse de pie para ir al baño lo antes posible.
-Louis...-
-¿si?-
-ehh... Me permitirías, ponerme de pie-
El ojiazul se sobresaltó, estaba tan concentrado disfrutando el momento, que no se detuvo a pensar en que podía estar incomodando a su jefe.
-oh si, Harry... Yo, lo siento- se separó de golpe del ojiverde, sintiendo un triste frío llegar a su piel.
-tranquilo, está todo bien- dijo en un murmullo el menor, y Louis no supo como interpretar aquellas palabras.
Era difícil de descifrar aún para el castaño, lo que pasaba por la cabeza de Harry; pero algo era seguro... Sus abrazos cada vez lo incomodaban menos.
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Treinta Días Para Ser Infiel || Larry Stylinson
FanficHarry Styles, reconocido periodista de treinta años, aparenta tener la vida perfecta; una bella esposa y una adorable hija. Debido a la Pandemia y su importante cargo como jefe de edición en un reconocido periódico de Londres, se le solicita que rea...