Capítulo 1

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Ya han pasado cinco meses desde que lo conociste. Cinco meses en donde has cerrado las puertas al amor porque sientes que ya no eres capaz de enamorarte de otra persona que no sea él, aunque sabes que él no siente lo mismo. Sabes a la perfección que lo único que quiere de ti es tu dinero y lo peor es que no te molesta. Se lo entregas en bandeja de plata.

¿Te duele? Diablos, sí, pero hasta el momento el dinero que tienes es lo único que lo mantiene atado a ti. Y con tal de seguir viéndolo, seguir sintiendo su calor en las noches de pasión, con tal de tener su compañía para no ahogarte en la completa soledad, no te importa gastar dinero en él.

— Eres una idiota — te regaña tu amiga acompañándote en tu dolor.

— ¿Ahora por qué? — le preguntas haciendo un puchero para después beber del vaso de Whisky que sostenías en tu mano.

— ¿Cómo qué por qué? Idiota — te dio un pequeño golpe en la frente mientras bebía de su vaso — Sabes que él solo te está usando, ¿verdad?

— Lo sé — con un golpe sordo dejaste el vaso de Whisky vacío sobre la mesa y luego apoyaste tu frente en la palma de tu mano, sintiéndote inútil por permitir que alguien te use de esa manera, pero recordaste lo de esta mañana y tu pecho se calentó — Creo que hoy en la mañana tuvimos un progreso.

— ¿Por?

— Cuando me desperté el estaba ahí — la emoción y la ilusión se hicieron presente en tu rostro con una gran sonrisa embobada, recordando su cara mientras dormía plácidamente a tu lado.

— Y luego, ¿qué pasó?

— Me volví a dormir y cuando desperté ya no estaba — tu sonrisa se borró hasta el punto que casi sollozaste y tu amiga pidió otro vaso para ambas.

— No lo sé, t/n... ese tipo es raro, es un señor de edad y vive de las mujeres. No es un raro, es un mantenido — terminó concluyendo.

— No es tan viejo — pusiste tus ojos en blanco — No vive de las mujeres, vive de mí. Me prometió que era la única.

Tampoco es que viva completamente de ti, raramente él te invita a cenar o compra cosas para llenar la nevera en tu apartamento, le has preguntado de dónde viene el dinero, pero opta por no responder y cambia de tema. Incluso le has preguntado si tiene hijos por las veces que te ha pedido dinero, pero igual que siempre, opta por no responder diciendo que no te metas tanto en su vida personal como él no se mete en la tuya.

— ¿Y le creíste?

— Me lo prometió — te encogiste de hombros paseando tu dedo índice por el borde del vaso de vidrio.

— El amor si que hace tonta a las personas — murmuró Kim.

Sabias que quizás era un promesa vacía, pero querías creer en su palabra. Mientras tu prometiste ayudarlo con dinero él prometió que no estaría con nadie más, al menos no en la forma sexual.

Un sonido en tu celular te distrajo de tus pensamientos. Sacaste el móvil de tu bolso y cuando viste de quien era el mensaje, se dibujó una gran sonrisa en tus labios.

— ¿Es él? — preguntó tu amiga casi arrebatándote el celular para insultarlo o decirle que te deje en paz. Solo asentiste haciéndote a un lado sin quitar la vista del aparato mientras leías el mensaje.

Toji: Tu apartamento está vacío.

Tú: ¿Esa es tu forma de decirme que extrañas mi presencia?

Toji: No digas idioteces, ¿dónde estás?

Tú: Salí con Kim.

Después de un año | Toji x Lectora x SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora