20.- Juntos

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- Esta era la última - suspiro, dejando la caja sobre el suelo. Miro a mi chico sacar un par de cosas de otra caja mientras cierro la puerta que da al pasillo de afuera.

Magnus había aceptado mudarse conmigo, no le apetecía regresar a esa casa. Me sentía un poco mal por estar feliz, ahora tenía a una persona aquí a mi lado y a su gato también, pero eso estaba bien.

- ¿Seguro que esta bien que este aqui? No quiero quitarte tu espacio -

- No - conteste acercándome para abrazarlo por la cintura y colocar mi barbilla sobre su hombro - que estés aquí me hace muy feliz, tenerte cerca es lo que espero cada día y ahora que puedo monopolizarte por completo me hace sentir en paz -

- Te amo -

- También te amo, cariño - dejo un nítido beso, seguido de otro en la piel bronceada de su cuello sintiendolo suspirar. - debemos desempacar - murmuro a sabiendas del puchero que deben formar sus labios.

Me separo en totalidad, tomando un par de cajas para llevarlas a nuestra habitación, discutí mucho con Magnus para que aceptará dormir conmigo, le prometí que no habría sexo si no lo quería pero él estaba más preocupado por seguir quitándome la privacidad que siempre tuve.

Eso ya no me importaba más, no si el resultado era tenerlo entre mis brazos cada mañana, no si a partir de algún día podía adorar esa chocolatada piel de pies a cabeza sin nada que la cubra, no si podía besar sus labios hasta fundirme con él y drogarme con su exquisito aroma a sándalo.

Que más daba renunciar a mi intimidad si al fin de cuentas permaneceria a mi lado.

Pequeñeces como esas no me interesaban más.

- Alec... -

- Magnus - corte - si vuelves a preguntarme lo mismo voy a enloquecer -

- De acuerdo -

Mi novio en realidad no tenia muchas cosas. Había ropa, libros, las cosas de su gato y algo de maquillaje y purpurina. Nada inusual en él.

No tardamos mucho en encontrarle un lugar a sus pertenencias, mi habitación no era pequeña. Moví un par de cosas para dejarle espacio a mi chico, incluso compre un tocador para su maquillaje y artículos personales. Quería que se sintiera cómodo.

- ¿Deseas comer algo en especial, nene? El doctor dijo que necesitas alimentarte como se debe y descansar un poco -

- Se que lo dijo, pero no tengo hambre - responde, girandose sobre sus talones para estar frente a mi - me duele la cabeza, quiero dormir -

Toco su frente unos segundo, cerciorandome de que no tenga fiebre. Aún estaba en recuperación, los golpes apenas era visibles y sus huesos estaban bien, el dolor de cabeza era ocasional y se presentaba acompañado de fiebres muy débiles.

- No hay fiebre - anuncio - tomaras tu medicamento antes de dormir, ve a cambiarte. Buscaré las patillas en el maletero y llevare agua, ¿esta bien? - dejo un suave beso en su frente luego de hablar, acariciando su mejilla izquierda con mi pulgar.

Amaba tener mis manos sobre él, me reconfortan tenerlo cerca.

- Si, gracias -

Lo veo marchar a paso lento. Esta sería nuestra primera noche viviendo junto, y aunque el sexo no haría acto de presencia por un tiempo me sentía nervioso y feliz a partes iguales.

Todo lo que no sabía que deseaba parecía llegar a mi vida.

Nunca me había sentido tan agradecido.

Ahora que mi novio esta bien y podía garantizar su seguridad solo existía una cosa en mi mente.

No pudimos celebrar navidad o año nuevo... ni siquiera pude darle un regalo de cumpleaños, pero quería algo especial. Una noche en la que se sintiera seguro y amado.

La persona correcta - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora