6.- Intimidación

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Al llegar camine junto con mi chico con dirección ah la biblioteca. Sostuve delicadamente los dedos de su mano entrelazándolos con los míos. Dirigí mi mirada ah su rostro observando como me regalaba una linda sonrisa justo después de un obvio sonrojo, sabia que estaba muy apenado por lo de hace un rato pero para mi fueron las mejores sensaciones, yo creía que Magnus era un ángel caído del cielo pero esa parecía ser solo su apariencia, resulto después de todo, que tenia lo suyo demasiado escondido de mi persona... pero no importaba incluso esa faceta de él me cautivaba como no tiene una idea.

Alegre y misterioso, dulce y atrevido, valiente pero tímido.

Él era perfecto, era exactamente eso que no sabia que estaba buscando. Algo me dictaba que Magnus lo notaba, todas esas sensaciones que lograba generar en mi parecían tan calculadas y llameantes que lograban hacer mis piernas flaquear tanto de deseo como de amor.

Lo tome de las caderas dejando su trasero justo sobre mi miembro una vez que llegamos al lugar que tanto esperaba, una vez que estábamos sobre ese sillón. El moreno rodeo mi cuello con sus delgados brazos atrayéndome un poco ah su bella cara dejándome apreciar el exótico y destellaste color de sus inefables ojos. Ese profundo verde con matices dorados.

Agarre sus mejillas con mis palmas cerrando el espacio de nuestros dulces labios. Devore su boca con hambre atrasada, tome su cadera apretando cada hueso y moví mi lengua degustando su fogoso sabor. Él me seguía con torpeza usando sus extremidades superiores, aferrando se de mi camisa con puños, y con las exteriores apresaba mis caderas.

- Alec - gimió para mi

Eleve suavemente el borde de su camisa apenas tocando la piel expuesta con simple roces, Magnus lamió mi labio superior dejándome mordisquear el suyo, su toque era cálido y el mio abrasador. Nuestros alientos chocaban con espesura y nuestros jadeos apenas eran escuchados por la pequeña habitación, nos rodeaban las estanterías de madera llenos de temas como el romance y terror, nuestras mochilas estaban sobre las paredes amarillentas y la mediana mesa de café junto al sofá era tan clara como la arena. Me acerque ah su cuello cuidadosamente pasando mi lengua por el área y así soplar... sentirlo tiritar.

Cerro sus ojos ladeando aun más su cabeza ante mi, sonreí nitidamente dejando escapar una risa.

- Cedes demasiado fácil - 

- Sabes como hacerme sentir bien - murmura justo sobre mi oído antes de arañarlo con sus dientes

- Debo añadir - tome distancia sin dejar de tocarlo - que lo de esta mañana fue muy... - lo medite un poco - ardiente - 

- No me lo recuerdes - se encorvo sobre mi pecho - fue humillante - 

- Fue sexy - 

- Degradante - 

- Seductor - concluí acariciando su cabello - tan malditamente cautivador -

Ríe por lo bajo golpeando mi pecho - Lo entendí - me dice - te encanto -

Se remueve sobre mi tomando un ligero impulso y así estar apartado de mi un momento. Acomoda sus prendas con rapidez y respira un poco antes de tomar su mochila para colocarla sobre su delgado hombro. Sigo con la mirada cada uno de sus movimientos cateando cada tramo de piel sobre su maravillosa anatomía, maneje mis ojos desde la punta de sus pies para detenerme en sus pantalones, cuando volví ah subir pare sobre su pecho, justo donde apenas y se podían apreciar sus pezones y un poco mas arriba estaba su cuello, sus labios, su nariz, sus ojos, incluso su cabello lleno de brillos.     

- ¿Tienes que irte? - me pongo en pie quedando ah la par

- Tengo clase - frunce el ceño creando un puchero poco después - pero podemos vernos en el almuerzo -

- Suena bien - sonrió colocándome ah su altura para besarle cortamente - te veo después -

•••

Me deje caer sobre la silla tras el escritorio de mi clase, más que agotado estaba tan agobiado por lo de esta mañana. Jace no había dejado de mirarme por el retrovisor del auto con un intenso odio y el ceño fruncido.

No sabia la razón de su enojo, el porque se oponía tanto ah lo mío con Alec, nunca había hecho nada malo hacia él, de eso estaba absolutamente seguro, sin embargo, él estaba completamente dispuesto ah acabar conmigo de una uh otra manera y por más que lo odiaba yo deseaba permanecer con Alexander por lo menos un poco más de tiempo... aunque fuera en contra de todo lo que conocía no podía dejarme vencer por Jonathan, ya me había quitado mi primer recuentro con él, incluso podrían decir nuestras "casi" primera cita. Ganó por esa vez, no podía dejarlo ganar una vez más... pero, aun  si digo eso, enfrentarme ah él seria una derrota asegurada.

Gruñí agitando mi cabello con las manos en modo de frustración sin importar mancharme de purpurina.

Respire hondo al pensar en mi novio, al tenerlo tan presente en mi. Alec era tan varonil, tan libido para mi y  no sabia si eso me agradaba oh me hipnotizaba. Era tan exquisito, sensual, rudo, tentador, hombre, irreal y mio.

Tan mio...

Brinque sobre mi asiento al oír la campana que daba inicio ah la clase, Jace entro con su mal genio como cada día quedando en el extremo opuesto. Nuestra profesora escribió un par de problemas sobre el pizarron anticipando su explicación, era muy listo, mis notas eran perfectas. En mi primer año tuve la oportunidad de realizar un examen y así exentar la preparatoria pero sabia muy bien que mi padre no pagaría mi universidad y mas encima no existían muchos trabajos en los que un menor como yo pudieran elaborar y seria fácil notar el maltrato atravez de los uniformes por las mangas cortas.

Creí encontrar una manera de salir, pero él nunca se marcha. Así que me quede.

Decline la oferta con todo el dolor de mi alma para no estar en casa todo el tiempo. Ademas Ragnor y Catarina estaban aquí, estar en total soledad no siempre es agradable.

Media hora más y la clase llego ah su fin, me levante sin demora guardando todo para poder irme ah una clase más antes del descanso, todos se marcharon después de la profesora, esa era una regla absoluta. Antes de alcanzar ah transitar los pasillos solo pude dar un par de pasos.

- ¡¿Que sucede contigo?! - grite cuando lo sentí tirar de mi cabello

- ¡Aléjate de él! - protesta acorralándome en una de las paredes - Quiero que te olvides de mi hermano, ¿Has entendido? - replica encajando su dedo en mi pecho - No voy ah permitir que te aproveches de él ni un segundo más Magnus Bane. Tu juego debe acabar aquí y ahora -

- D-déjame - murmure empujándolo pero apenas y se desplazo un milímetro - ¡Jace basta! -

Solo encontré rabia al examinarlo, ira desbordándose en el iris de sus dorados ojos. Sostuvo mi camisa entre sus duros dedos levantando su mano izquierda en puño. Solo cerré los ojos, esperando el punzante dolor sobre mi ojo tal vez.

- No lo haré - menciona - pero si te vuelvo ah ver cerca de Alec oh Max, incluso Izzy ten por seguro que te golpeare hasta que no puedas levantarte - tal como dijo no me golpea pero si logra empujarme para que caiga y después marcharse del aula.

El chirriante timbre suena y el piso grita por las suelas de cada alumno sobre el en el corredor justo ah mi derecha, escucho voces de chicos y chicas pero apenas y puedo respirar, atraigo con desesperación mi mochila  obteniendo el inhalador y sin pensarlo disparo un poco en mi boca. Mis ojos gotean, mi espalda se enciende ante el dolor y mi cuerpo se achica.

Una vez mas logro ser intimidado. 

La persona correcta - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora