23.- El momento

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- ¿Te gusta? - cuestione sin dejar de mirarle. Después de la llegada de mis padres no dude ni por un segundo en hablarle a mi mamá sobre el pequeño viaje que deseaba realizar con Magnus, ella parecía muy feliz con la idea y en menos de una semana ya estábamos aquí, esperaba que le gustará el lugar, era bastante bonito.

- Es hermoso - murmuró antes de sonreír hacia mí.

Tomé ambos equipajes dejando que mi novio nos diera acceso a la pintoresca cabaña, era lo suficientemente espaciosa para todos los Lightwood, quedaría bastante grande para nosotros dos.

Lleve todas nuestras cosas a la que era mi habitación ahí, Magnus admiraba cada detalle del lugar. Solo nos quedaríamos una semana, deseaba que todo fuera perfecto, el merecía que así lo fuera.

- ¿Quieres desayunar? -

- Me gustaría - dice tomando un par de marcos de una repisa, existían fotos realmente viejas ahí, cada verano veníamos a pasar una semanas, incluso había fotos de cuando Máx apenas era un bebé.

Tomé un par de cosas del refrigerador, pedí que fuera llenado un día antes de llegar, las personas encargadas de cuidar la casa no nos molestaran, pedí que no trabajarán en lo que estábamos aquí. Deseaba ser quien atendiera al moreno en todo.

Cuando las cosas con Meliorn terminaron llegue a considerar que el amor era solo un sentimiento sobre valorado. La gente suele decir que en esta vida siempre habrá alguien destinado para ti y me dije una y otra vez que eso era muy estúpido, que no habría nadie esperando a por mí deseando descubrir el amor a mi lado, pero ahora, la situación era completamente diferente.

- Te amo - escuche tras mi espalda luego de tener un par de brazos rodeándome.

Me sentí regocijar con aquellas palabras, lo hacía cada vez que le escuchaba pronunciarlas. Gire en mi eje asegundándome de apagar la estufa, ya todo estaba listo solo era cuestión de colocar la mesa.

- No más que yo - murmure atrapando sus labios con los míos.

Tomo su cara con ambas manos mientras me permitía sujetar su cabeza con caricias dulces, me incline un poco más percibiendo como se paraba de puntitas solo un poco, lamí su labio inferior pidiéndole permiso para entrar, deje que mi lengua acompañara a la suya en un beso frenético. Lo alce, apoyando su cuerpo en el estante a mi lado.

- Eres tan hermoso - elogie - y mío... tan mío -

- Si - suspira cuando bajo por su cuello.

Trace una delgada línea desde su hombro hasta el mentón con mi lengua antes de succionar la exquisita piel, lo mire estremecerse, apretando mi camisa entre sus pequeñas manos. Gimió ante el contacto de mis dientes en su lóbulo, mordisqueando la sensible piel e introduciendo el escurridizo musculo de mi boca un momento.

- Alexander -

- Eres mi alegría, me siento tan afortunado -

- ¿Si? - cuestiona.

-Si - sonrió, dejando pequeños besos sobre su rostro - eres mi sol, todo lo que siempre anhele, todo aquello que me recuerda que estoy vivo -

- Eres un cursi - ríe bajito.

- Solo contigo, solo a tu lado -

Lo vi ensanchar su sonrisa, bese la coronilla de su cabeza antes de ayudarle a bajar del estante.

- Necesitas comer - le digo al tomar sus dedos con los míos y llevarlo a la isla de la cocina.

- Gracias -

- ¿Porque? -

- Por todo, por estar conmigo, por cuidar de mí de la forma en que lo haces, por priorizar mi bienestar aun cuando no tienes que hacerlo, por amarme - sonríe dándome un corto beso.

La persona correcta - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora