14.- ¿Cita?

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Me miré al espejo varias horas después, mi rostro estaba todo rojo con mis ojos hinchados. Me veía horrible.

Si lo ponía en ciertos términos nunca me había enamorado, así que saber que Alec no quería acostarse conmigo era desgarrador, porque yo lo habría dado todo por que así fuera, por que no lo olvidara. También era deprimente, nunca había estado tan dispuesto de hacer el amor con alguien, Sebastián solo me persuadió para lograrlo.

No tome la iniciativa antes.

Supongo que era de esperarse, desde el principio supe que Alec podría cansarse de mi en algún punto de nuestra extraña relación, sin embargo, ese pensamiento no era del todo cierto y yo lo sabia... mentalmente lo sabia.

Suspire derrotado saliendo del baño con la esperanza de que Alec se hubiera cansado de esperarme, pero no fue así. Choque con él en cuanto cruce la puerta.

- Ven aquí... - me dice, sin darme tiempo a considerarlo. Siento como sus brazos rodean mi cuerpo apretándome con fuerza - esta bien, todo esta bien -

- Lo siento - balbuceo volviendo a llorar - si entendí, si lo hice... te juro que si lo hice -

- Hey, esta bien. - me levanta un poco del suelo para dejarme sobre la cama - se que mis palabras te lastimaron, no voy a reprocharte nada, cariño -

Me aferro a él, con toda la fuerza que pueda profesar. No tengo conocimiento de la próxima vez que se me permita estar así, entre sus brazos.

- Te puedo prometer que no he dejado de sentir algo por ti, que lo que dije ese día, aquel en el que Jace apareció, era la verdad absoluta. Necesito tiempo para arreglar las cosas, no para decidir, porque mi elección eres tú... siempre serás tú -

Siento sus manos atrapar mi espalda baja, atrayendo todo mi ser a su cuerpo. Agradezco sus palabras eternamente por que así puedo calmar a mi adolorido corazón y mi revoltosa mente, tener a Alec tan cerca como para detectar su perfume con facilidad era gratamente agradable.

¿Cuándo fue la última vez que hice eso?

Que me deje sentirme acalorado por tanto cariño, percibir sus finas caricias sobre mi era fantástico, más porque él lo hacía como si tocarme solo por un momento fuera la cosa más lujosa que alguna vez se permitió. Al estar así, a su lado, me sentía tan en paz... como si nada nunca pudiera perturbarme.

- Debes dormir - me dice - te sentirás peor si no lo haces, ya es prácticamente de mañana -

- Quédate conmigo - pido atrevidamente.

- No creo que sea buena idea la cama es algo pequeña, necesitas descansar - responde, mirándome a los ojos.

- Por favor, me sentiré mejor si estas aquí -

Asiente dudoso, antes de recostarse sobre un par de almohadas. Gateo a su dirección recostándome sobre su pecho seguido de ocultar mi rostro entre el espacio qué existe en su hombro y cuello, rodeo su cuerpo a duras penas debido a lo grande que es y puedo asegurar que casi estoy recostado sobre su cuerpo, acaricia mi brazo de arriba a abajo y nos arropamos con un par de mantas.

Hacía años que no dormía junto a alguien, desde la muerte de mi mamá comencé a hacerlo con Rapha de vez en cuando, cada que ella me hacía falta. Luego llego su partida, ambos se fueron y me dejaron con mi padre, quien no hacia más que desquitarse conmigo cada que tenia oportunidad. No estaba realmente enojado con él, estaba triste. Porque yo creía en alguien que decía amarme sobre todas las cosas que conocía, que juraba defenderme y jamás hacerme daño. Era doloroso saber que las cosas no eran así.

Suspire pausadamente a pegándome todavía más al cuerpo junto a mi, era tan placentero sentirlo.

Quizás Alec tenía razón, no era el momento. Decía que quería algo serio conmigo, era la primera vez que escuchaba eso viniendo de alguien más. Que fuera precisamente Alexander quien lo dijo lo hacía todavía más importante. Si quería que esto fuera especial yo quería darle eso. Porque logre amarlo de una forma en la que jamás creí.

La persona correcta - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora