11.- El fin

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Sabía internamente que había dicho las palabras correctas en ese momento, pero me sentía egoísta, porque mentalmente yo deseaba que Alec me eligiera a mi. Era pesimista, tan pesimista que no dejaba de ver nítidas imágenes del chico rubio con MI chico.

Eso era lo que era, era mío.

Aún cuando se que alguien no es un objeto para pertenecer así lo consideraba, no porque fuera algo que podía manejar a mi antojo como Jace insinuaba, sino porque me sentía fuertemente atraído a él... tan atraído que mi pecho dolía de solo pensar en el momento que se canse de mi, en el momento en el que sus sentimientos puedan cambiar y elegir a Jace.

Porque aunque confío plenamente en él, sé con seguridad, que algo tan complicado como eso puede pasarnos.

Y tenia miedo, no por quedarme solo, lo he estado durante mucho tiempo. Temía no poder tenerlo a mi lado una vez más, porque, si las cosas salían mal y elegía al teñido lo más probable era qué él no dejara qué me acercara y tal y como lo hacía justo ahora solo me restaría verlo a la distancia.

Ver a Alec, ver como gira su mirada hacia mi ocasionalmente mientras ríe de alguna cosa que Izzy o Máx estén diciendo, admirar como intencionalmente Jace capta su atención cada que desvia sus ojos a mi persona.

¿Eso era lo que me deparaba? ¿Así serian las cosas a partir de ahora?

Deseaba que no... pero incluso deseandolo no ganaba nada con eso.

Yo lo quería.

- ¿Estas bien? - ella frunce el ceño, recostandose a mi lado sobre el pasto.

- Si - doy mi respuesta, aunque parece más un suspiro - Solo estoy... distraído -

- Esta bien, mañana es tu cumpleaños Mags - ríe bajito - cumplirás 18 por fin, se que te divertirás mucho en el antro al que iremos, más ahora que tu papá salio de la ciudad -

- Si, lo espero con ansias - mentí - ¿Ragnor, Catarina y Simón vendrá? -

- ¡Oh si! - chilla Clary emocionada - Maia, la novia de Simón también vendrá -

Con todo esto había olvidado que mañana seria mi cumpleaños, habían pasado unos pocos días desde nuestra separación, después de irme de casa de Alec habia anhelado tener a Ian o Rapha conmigo, contarles todo lo que paso y lo que sentí mientras tal vez soltaba pequeñas lágrimas sobre sus hombros cuando me abrazaran.

Se que me dirían que eso era lo mejor, que fue extrañamente valiente y harían lo que fuera porque las cosas funcionarán. Se los agradecería, aparte de Alec eran unas de las únicas personas que me hacían sentir bien con solo un contacto visual.

Más que nadie tenía presente que las cosas podían cambiar, mi padre era un claro ejemplo de ello. Solo que no conocía con seguridad como sentirme, no por la persona que se hacía llamar mi padre, me preocupaba mi situación con el ojiazul y era precisamente eso lo que no podía sacarme de la cabeza y a lo que le daba vuelta tras vuelta.

- Sera divertido - respondí más para mi que para ella.

- Ya veras que si - ríe una vez más.

Quizas dijo algo más, la verdad no logre escuchar sus palabras. Él estaba justo frente a mi y todo mi cuerpo picaba en agonía. Lo sentía arder por correr hacia él... por tocar su piel, besar sus labios y encender su ser. Me derretia ante su mirada, ante la sensación del recuerdo de sus caricias, de sus besos... ante sus azules ojos.

Era como si fuéramos las únicas personas ahí, las únicas que eran consientes de la existencia del otro. Nunca me había sentido tan atraído por alguien, Alec no era mi primer amor o mi primer novio pero cada una de sus acciones me confundían haciéndome pensar que si lo era.

No era mi primer amor... pero así se sentía.

Y aun ahora no se si puedo llamarlo por ese nombre, porque... ¿Que era realmente el amor? ¿Realmente puedo compara lo que sentía por Alexander con lo que llegue a sentir por Sebastián?

No quería, porque amar a Sebastián fue perderme a mi mismo. No quería perderme.

Incluso con las palabras de Alec en mi cabeza, aquellas dichas en las cuatro pareces de su sala, la inseguridad me consumía.

Amor era...

¿Dejar que la otra persona se apodere de ti?

No.

Eso fue lo que tuve con Sebastián.

Era... ¿Era la necesidad de tenerlo siempre a mi lado, de escuchar su voz, ver su sonrisa? ¿era sentir un dolor punzante en el pecho y un vacío en el corazón cuando no esta?... ¿era como ahora?... ¿sentir los nervios carcomerte por dentro cuando das solo un paso, era no poder apartar la mirada o parpadear por temor a perderte algo de esa persona?

Porque si así lo era, si así se sentía, tal vez... solo tal vez si estaba enamorado de Alec.

No tenia otra explicación para esto, y el pensar en que esto era amor me tranquilizaba más que la incertidumbre.

Era mejor que necesitarlo por razones que desconocía.

Y si lo amaba como lo creía, este no podía ser el fin.

La persona correcta - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora