Only You (Severus Snape X Tú)

Capítulo 23

Once años habían pasado desde la última vez que Severus vio a ______. Después de la muerte de Voldemort, Severus se había arrepentido de haberse cegado por su ambición y haber provocado, directa o indirectamente, que sus antiguas amigas pasaran por tanto dolor, por lo que aceptó unirse a la Orden del fénix y trabajar para Dumbledore como profesor de Pociones en Hogwarts. Durante los primeros años, de vez en cuando escuchó noticias de _______, aunque ya que no le interesaba la farándula y le dolía pensar en ella, no le prestaba demasiada atención.

Le calmaba saber que, al menos, ella había logrado escapar de la cacería de mortífagos del Ministerio, y que ninguno de los mortífagos que conocían su identidad la habían delatado; pero le seguía doliendo que ella lo hubiera repudiado la última vez que hablaron, por lo que después de un tiempo prefirió evitar saber cualquier cosa sobre ella.

Sin embargo, Hogwarts, siendo un lugar repleto de mocosos que apenas estaban aprendiendo a controlar su magia, y con tantos lugares donde los niños podían meterse en problemas, era el lugar perfecto para que Severus mantuviera su mente ocupada la mayor parte del tiempo. Aunque, claro, aún había días en los que deseaba volver a encontrarse con ______.

Ese año especialmente estaban teniendo varios problemas, ya que algo, o alguien, estaba petrificando a algunos alumnos. La profesora Sprout tenía varias mandrágoras que servirían para preparar una poción que ayudara a revertir la petrificación de los alumnos, pero mientras esperaban a que éstas maduraran, cada vez habían más casos de alumnos petrificados, por lo que el profesor Dumbledore reunió a todos los profesores para anunciarles las nuevas medidas de seguridad que tomarían para que no hubiera más casos, además de avisarles de que había conseguido la ayuda de otra persona que les proveería de los materiales necesarios para despetrificar a los alumnos.

Una semana después de éste anuncio, Dumbledore le pidió a Severus que lo acompañara a recibir a la herbologista que los ayudaría. Éste obedeció, aunque de mala gana; Dumbledore le dirigió una larga mirada al ceño fruncido de Severus, mientras caminaban por los pasillos, antes de soltar una carcajada.

—Mi muchacho, ¿por qué estás tan molesto?

—Preferiría quedarme en mi despacho para continuar evaluando los trabajos de esos inútiles niños, profesor. No sé porque insistió tanto en que lo acompañara.—respondió Severus, ignorando el tono de voz tan animado del anciano profesor.

—Oh, no te hará bien quedarte encerrado siempre en las mazmorras, Severus. Además, hoy es un día muy bonito como para estar adentro.

Severus puso los ojos en blanco preparándose para replicar, pero esa queja nunca llegó a sus labios, ya que el director le anunció que por ese mismo pasillo se estaba acercando a ellos la herbologista; al alzar la vista, Severus quiso pedirle a Dumbledore que lo pellizcara, que le lanzara un aguamenti, lo que fuera para asegurarse de que no estaba soñando.

Con una enorme sonrisa en los labios y un maletín entre las manos, una mujer pelinegra se acercaba hacia ellos. Severus había pasado tantos años adorando y anhelando su cuerpo como para no reconocerla de inmediato; ese cabello negro y ligeramente ondulado, que en ese momento lo tenía atado en una larga coleta que caía sobre su hombro derecho y llegaba hasta la altura de su cadera; los ojos negros y brillantes, con unas densas y rizadas pestañas enmarcándolos, las cejas oscuras y delgadas coronándolos, y un ligero maquillaje en tonos dorados resaltando su color; sus labios, que tantas veces había besado en el pasado, seguían tan gruesos como antes, pintados de rojo oscuro, como tentándolo a tratar de volver a tomarlos; tenía puesto un vestido ajustado de color vino, con mangas largas que cubrían hasta sus muñecas y la falda a la altura de las rodillas que resaltaba su trasero; mientras caminaba hacia ellos, sus tacones negros repiqueteaban constantemente en el suelo de piedra, como si estuvieran marcando el acelerado ritmo del corazón de Severus.