Capítulo V: Alexia

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Después del sueño —que parecía mostrarle un posible futuro o, por lo menos, un futuro que deseaba construir con todas sus fuerzas— llegó el día viernes y ya había pasado casi toda una semana desde el sorteo y Harry todavía no se encontraba a la extraña chica Slytherin. Parecía que la chica se había desvanecido, porque busco por todas partes en sus momentos libres sin encontrar ni rastro de ella y; como se había dado cuenta el domingo, no podía contar con la ayuda de Hermione y Ron para esto.

Harry llegó agitado a su sala común, después de haber corrido una parte de camino, y allí se encontró con sus dos amigos conversando con semblante muy serio.

 —No creo que debas preocuparte tanto por ello —decía la joven castaña a su novio, en tono conciliador.

—Pero me preocupo, ¿¡qué podría enseñarle yo a un Rawenclaw!? Aunque sea de primer año —reclamó Ron—, seguro que me llevará años luz en conocimiento y no sé si pueda soportar su expresión de superioridad —finalizó con un suspiro resignado.

—Harry, ¿Cómo te fue? —cortó la conversación, Hermione al ver llegar a su amigo, tratando de distraer al pelirrojo para que no soltará nada de lo que pudiera arrepentirse después

 El joven mago no contesto de inmediato, ya que tenía que recuperar un poco el aliento, luego calmadamente se acercó a la pareja y se dejó caer en una silla cercana. Ron vio que su amigo estaba intranquilo, por lo que pregunto:

 —¿Sucedió algo?

—Mi pupila es la chica de Slytherin —fue la escueta y ligera respuesta de Harry

 Hermione y Ron se miraron preocupados entre sí, intuyendo inmediatamente a lo que se refería, para luego dedicar su atención a Harry.

 —Vaya coincidencia… —fue el comentario al aire del pelirrojo

—No es coincidencia… —fue la contestación inmediata del muchacho— estoy seguro que tiene relación con todo las cosas extrañas que están sucediendo a mi alrededor y tenemos que descubrirlo…

—No estoy segura que debamos tomarnos los hechos tan seriamente —le advirtió Hermione, haciendo el ademán de levantarse, pero Harry la detuvo cuando hablo con voz dura.

—Me da la impresión de que no crees todo lo que te he explicado estos días —la encaró Harry, frunciendo el ceño ya cansado de su esceptisismo usual.

—No, amigo, no es que no te creamos… —dijo Ron tratando de explicar a su novia.

—Bien, entonces creen que no es importante lo que les he contado —dijo Harry con un suspiro, evidentemente calmado, pero mostrando una actitud cansada y frustrada en el rostro— y entiendo que no sea fácil de tragar…

 Y sin decir más, se levantó de donde se hallaba sentado y se encaminó a  las escaleras que daban a la torre que llevaban a su habitación. Cuando llegó al comienzo de estas se detuvo y sin mirar hacia sus amigos dijo con tristeza:

 —Necesito su ayuda, pero… no, no importa… déjenlo —y sin dejar que la pareja agregara nada más, comenzó a subir, agregando— creo que me iré a dormir.

—Harry, espera… —fue lo último que escucho el muchacho de Hermione que trató de detenerlo, pero el solo siguió su camino.

Por eso, después de esta “pelea”, Harry decidió no volver a mencionar el tema y buscar a la muchacha sin ayuda. Creía que no sería demasiado difícil, después de todo tenía el mapa del merodeador, pero había pasado el tiempo sin poder encontrarse con la niña, porque en cuanto la detectaba en un lugar específico esta parecía dirigirse inmediatamente a su sala común, lo que impedía que pudiera conversar con ella y esta situación lo había comenzado a desesperar.

Harry Potter y la Lágrima de Cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora