Dream I: La mujer más bonita del mundo

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 Durante ese verano, Harry siempre tuvo una rutina bien establecida y ese día no fue la excepción. Se levantó y desayunó, ayudó a Kreacher con la limpieza, recibió a los albañiles mágicos que trabajaban en la restauración del segundo y tercer piso —a los que les dio las respectivas indicaciones de como quería que quedarán las habitaciones—, luego almorzó, leyó "el profeta", ordeno sus asuntos y luego cenó.

Ahora, luego de haber terminado de cenar, el joven se encontraba leyendo un rato, como lo hacía siempre antes de irse a la cama, cuando la aparición de una cabeza en la chimenea le sobresaltó.—Harry, cariño, ¿Cómo te encuentras? —preguntó la recién aparecida cabeza, que correspondía a la Señora Weasley, la cual solía llamarlo una vez por semana para saber de él. Por ello Kreacher, tenía encendida la chimenea aunque hiciera calor.—Exactamente igual que la semana pasada —contestó Harry con una sonrisa—. Bastante bien.—Seguro que no te falta nada, si quieres yo...—Ya salí a hacer las compras de la semana, Señora Weasley —le interrumpió el joven de ojos verdes, con toda la amabilidad de la que fue capaz.—¡Oh! —bufó la mujer—. ¿Por qué no me dejas tener solo un poco de preocupación maternal por ti, Harry?—Porque soy un joven muy autosuficiente —respondió el muchacho con una sonrisa maliciosa y bastante orgullo en su voz.—Bien... —dijo Molly decepcionada—, entonces te llamaré la próxima semana para saber como estás. Llámame si necesitas cualquier cosa...—Claro —dijo Harry, agradecido por la preocupación de la mujer que había sido lo más cercano a una madre que había tenido.


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El pequeño se removía entre las sabanas de su cuna para liberarse, pero no quería abrir sus ojos y luchó contra ello durante algunos momentos; aún tenía sueño. Cuando al fin decidió que era tiempo de que sus ojos vieran el mundo esa mañana, abrió primero uno y luego el otro, para acostumbrarse a la luz que entraba a su habitación.Se sentó en su cuna algo inseguro y a base de tambaleos —todavía no lograba dominar todo eso del equilibrio y la gravedad—, tratando de acordarse por que ese día era tan importante que se despertara temprano. Movió su cabeza de un lado a otro, pensando que tal vez sus amigos peluches (un perro, un lobo, un venado y una ardilla) que vivían a su alrededor, le harían recordar.—Así que ya estás despierto, campeón —dijo una voz masculina muy afable, que el pequeño reconoció de inmediato.—¡¡¡Papá!!! —gritó feliz mientras estiraba sus manitos hacia la persona que se inclinaba en la cuna.—Shhh... —dijo James, mientras ponía su dedo frente a la boca en señal de que guardara silencio—, hoy tenemos que dejar que mamá duerma un poco más, Harry.El pequeño, que tenia el pelo igual de negro y revuelto que su padre, abrió los ojos como platos y movió su cabeza de arriba a abajo, asintiendo con rostro serio... Ahora recordaba... Ese día, era el día de las mamás e iban a darle una sorpresa con la que su mamá se reiría mucho; con esa linda sonrisa que siempre tenia para él, así que era seguro que seria el día más feliz del año; después de navidad y su cumpleaños, claro.Su padre, un hombre delgado pero muy fuerte —según lo que podía apreciar Harry; por que podía cargarlo en brazos, jugar con él y conversar con su madre, todo al mismo tiempo—, lo alzó de su cuna y juntos se dirigieron a la cocina. Mientras llegaban, el hombre le conversaba al pequeño de muchas cosas las cuales en su mayoría no entendía, así que mientras su padre hablaba, el niño se entretenía jugando con su cabello desordenándolo más de lo que ya estaba.—Esto lo tendré que hacer con magia —le explicó el hombre de ojos chocolate al niño, cuando ambos llegaron a la cocina—, lo casero queda más rico, pero no tengo la facilidad de tu madre para hacerlo —terminó con cara de resignación y encogiendo los hombros, cosa que Harry copio sacando una suave carcajada de su padre, quien atraía las cosas para preparar el desayuno con un movimiento de varita.El hombre dejó a Harry en su silla alta, mientras preparaba el pequeño y simple regalo. Según lo poco que entendió niño, su padre no podía salir a la calle a comprarle un obsequió que fuera más bonito a su mamá, porque afuera estaba lleno de hombres malos que querían lastimarlos. Su padre, meneó la cabeza con rostro pensativo, mientras soltaba un nuevo suspiro de resignación.—A... bu...a..., A...bu...a —dijo el niño con voz de mando, después de un rato de observación golpeando su mesa con la mano, sacando al hombre de sus pensamientos, mientras que Harry le fruncía el ceño en un gesto que era una copia exacta del que hacia su madre.—Ya va, ya va —dijo el hombre de buen talante, adivinando que su hijo le apresuraba—, no me presiones —agregó mientras parecía hacer mil cosas en la cocina—, además no le faltes el respeto a tu pobre y anciano padre —finalizó con tono de víctima.


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Una hora y varios accidentes después, James llevó su hijo a la habitación en donde compartía la cama con su esposa, después de haber ido a dejar la bandeja con el desayuno, la que había puesto en un velador cercano al lecho. El pequeño Harry gateó tambaleante por la colcha hacia su madre, en cuanto el hombre lo posó en la cama y con estos movimientos la pelirroja dormida comenzó a removerse inquieta entre las sabanas.—¡Mamá! —gritó el niño a modo de "Buenos Días", saltando sobre Lily en cuanto estuvo a su lado.—Mmm...—rezongó la somnolienta mujer—. Harry deja dormir a mamá un poco más.—¡...ei ia! —le saludó Harry con un sonoro beso en la mejilla y rodeando con sus pequeños brazos el cuello de su adormilada madre.Lily sonrió ante el saludo, ya por completo despierta debido al beso y el abrazo del pequeño, así que alzó a su hijo frente a ella y le devolvió el beso.—Gracias, mi pequeño —dijo con voz emocionada.—¡Hey!, yo también quiero mi parte de cariño —protestó James, mientras se acercaba con la bandeja del desayuno—. Feliz Día de las Madres, Lily. Este es una humilde ofrenda en el altar de la madre más linda del mundo.Lily posó a su hijo a su lado en la cama y se sentó para que su esposo acomodará la bandeja sobre sus piernas, este se le acercó y la beso con suavidad en la boca, para después observarla con ternura a los ojos, mientras Lily volvió a reiterar sus "gracias", esta vez a su marido.Harry tironeó el pijama de la pelirroja llamando su atención, algo celoso. "Mamá mía" fue lo que dijo fuerte y claro, mientras se arrimaba a ella y miraba con resentimiento a su progenitor. Ambos padres se rieron en respuesta a la puya del pequeño, para después apaciguarlo con caricias; James revolviendo su cabello y Lily tomando su mano mientras le daba otro beso en la mejilla.Ya calmados los celos de su pequeño retoño, la pelirroja mujer decidió prestarle atención a su desayuno, pero lo que vio casi le hace estallar en carcajadas. Las tostadas estaban algo quemadas, el jugo de naranja tenía pequeñas pepitas, mientras que la mermelada parecía ser lo único que se había salvado, ya que hasta el café —el cual había probado bajo su propio riesgo—, estaba muy azucarado.—¿Lo hiciste con magia? —preguntó la mujer a James con una mirada divertida.—Bueno... en realidad... —tartamudeó el hombre como un chiquillo—, si... —contestó bajando la cabeza, avergonzado. La preparación del desayuno no había resultado tan bien como esperaban los hombres de la casa.Lily río con ganas sin poder evitarlo, cumpliendo las expectativas de Harry con respecto a tener un día feliz, mientras su padre lanzaba un sonoro suspiro, para luego sumarse también al buen humor de su esposa, pero con algo menos de entusiasmo; el hombre se sentía un poco herido en su orgullo propio por ser la burla de su mujer.—Definitivamente lo tuyo no es la cocina —declaró Lily, mientras comenzaba a servirse el desayuno, que después de todo estaba comible.—Lo sé —coincidió su esposo, mientras se sentaba a su lado en la cama y acomodaba a su hijo en las piernas, el cual tenia cara de no entender mucho sobre el chiste que había desatado tal buen humor en su madre—, por eso, normalmente te lo dejo a ti.James besó a su esposa de nuevo, pero ahora en la mejilla mientras esta seguía sirviéndose el desayuno, luego comenzó hablar de cosas varias, como el posible regalo que Sirius le había prometido a Harry y las recientes visitas de Peter y Remus, ocurrida hacia algunos días.—Bien —dijo Lily luego de suspirar satisfecha y relajada—, después seguimos conversando, ahora les toca a ustedes alimentarse. No deseo un hijo y un esposo convertidos en sacos de huesos por no comer.Con estas palabras se levanto de la cama, tomó a Harry en brazos —el cual estaba jugando con cosas que James le había traído para que no se aburriera— y se dirigió a la cocina, tarareando una canción muy de moda.—Ahora, mi pequeño —se escuchó la voz cada vez más lejana de Lily, ya que el cuadro se había vuelto borroso—, verás preparar una verdadera comida...


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Harry despertó lentamente, tratando de no olvidar el extraño sueño que acababa de tener. "¿Habrá sido un recuerdo?", se preguntó, mientras evocaba todas las imágenes de sus padres, mientras trataba de forzar su memoria al máximo."Si, lo es", afirmó una voz susurrante salida de la nada, que le pareció familiar. "Pues, si es así", concluyó para si mismo, tratando de no pensar que se estaba volviendo loco "es seguro que papá era un desastre para la cocina", se dijo riéndose de tal descubrimiento, mientras guardaba en lo mas profundo de su corazón ese recuerdo, siendo el más feliz que hubiese tenido nunca."Ojala vuelva a tener uno de esos recuerdos", se dijo antes de hundirse de nuevo en su cama para volver a dormir. Después de todo, aún era temprano como para levantarse, ya que ni siquiera había amanecido en Londres.

Harry Potter y la Lágrima de Cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora