El grupo llegó a la enfermería y la señora Pomfrey, los hizo pasar.
Una de las cosas que siempre se había preguntado Harry, era si los profesores compartían con ellos siempre la enorme sala, pero al ver que la mujer los llevaba a una recámara interior, más intima y cómoda, el chico entendió porque había visto a un profesor allí solo en contadas ocaciones.
Los jóvenes se adentraron en una espaciosa habitación que se encontraba en una puerta a la izquierda, de la que Harry nunca se había percatado. Ayudaron a acomodar al profesor en la única cama que había y luego se hicieron a un lado para que la enfermera hiciera su trabajo.
La mujer comenzó por desprender la túnica del herido para observar el nivel de daño en el costado, pero al retirar las vestimentas del profesor, la enfermera quedó por un momento estática y con rostro sorprendido.
-¡Vaya! -soltó la mujer con tono incrédulo y volvió a poner manos a la obra.
-¿Qué sucede? -preguntó Alexia preocupada, mientras se acercaba a la cama.
Los otros dos muchachos también se acercaron a ver que era lo que había sorprendido tanto a Pomfrey y cuando lo vieron a ambos se tiñeron las mejillas de carmín y se apartaron del costado de la cama, con rapidez inusitada. Alexia parecía choqueada e incrédula, pero se mantuvo cerca de la cama, observando el rostro del paciente.
-¿Tía Zafire? -preguntó al aire y Harry entendió que quiso decir con eso.
En la cama se encontraba el rostro del profesor con el que había compartido la mayor parte del año escolar, pero al descubrir la parte superior de su cuerpo, se encontraron un par de senos cubierto por una faja que las escondían. Harry pensó que su pupila tenía razón, si los hermanos OConnell era mellizos, era bastante posible que Zafire se hiciera pasar por su hermano.
En eso la mujer entreabrió sus ojos, tal vez en respuesta a la voz de la niña, pero al ver que la enfermera la atendía y su túnica se encontraba abierta, sus ojos se abrieron en actitud alarmada y se removió en la cama, tratando de levantarse.
-¡No te muevas! -le ordenó la enfermera con voz dura y Zafire obedeció.
-Por favor, no le cuenten a nadie -rogó con un hilo de voz.
-Lo siento, pero tengo que decírselo a la directora -dijo Pomfrey sin parecer conmovida.
-Esta bien, pero por favor que sea solo a ella -pidió esta vez, la mujer asintió y Zafire cerró os ojos y volvió a sumirse en la inconsciencia.
Los jóvenes se quedaron en la enfermería hasta que la señora Pomfrey aseguró que la herida no era nada grave y que se recuperaría en un par de días de descanso.
Los muchachos no comentaron nada sobre el nuevo descubrimiento cuando volvieron a sus salas comunes, pero al día siguiente -para sorpresa de Harry-, fue llamado de vuelta a la enfermería por la directora. En el cuarto donde se encontraba la mujer, además de la profesora McGonnagall, se hallaba Alexia quien parecía incomoda al encontrarse entre las dos mujeres. Cuando el joven de ojos verdes se disculpó por su retraso, la directora tomó la palabra.
-Me pidieron que lo llamará, porque usted parece poder corroborar ciertas cosas sobre el ataque de anoche -explicó y el chico asintió- Ahora, ¿usted confirma que su identidad no es Zack OConnell, si no que es usted su hermana?
-Exacto, soy Zafire OConnell -confirmó la mujer, con una voz fina y algo más dulce de la que le había escuchado hasta ese momento, Harry comprendió que Zafire había estado falseando su voz todo el tiempo.
-¿Me puede explicar porque? -dijo la directora.
-Es largo de contar, pero trataré de resumirlo -dijo la castaña con una sonrisa tímida, al rostro enojado de McGonnagal-. Hace once años, los padres de esta niña -dijo indicando a Alexia-, fueron asesinados por un grupo de desconocidos.
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Harry Potter y la Lágrima de Cristal.
FanfictionDespués de la muerte de Voldemort, el mundo mágico -y Harry Potter- tratan de volver a la normalidad, pero no es fácil. Las pesadillas y la culpabilidad atacan durante la noche, por lo que para escapar de ellos, Harry decide finalizar sus estudios...