El amanecer se torna frío y tan espeso que podría embotellarlo. Escucha desde su habitación como la ciudad empieza a tener su curso diario; autos resonando sus motores, sujetos saludándose a tan alto volumen que se puede escuchar cada sílaba, niños siendo llevados de la mano por sus padres para ir a la escuela, pajaros cruzando el cielo y cantándole a la ciudad sin importar que sus alas se puedan congelar.
Abre sus ojos tras cada resople hasta dejarlos entre abiertos, el resplandor que entra por su ventana ilumina justamente la zona de su cama y su closet, ahora es cuándo mas piensa que tener una ventana justo al lado de una cama es muy mala idea. Pasa su mano derecha por su cabello lacio, hace mucho que ha pensado en convertirlo a rizado pero su parcial inseguridad nunca le ha dejado pensar con entera seguridad. Aún sigue con los ojos entre abiertos, sus ojeras se alcanzan a notar y una línea translúcida se extiende desde sus labios hasta un poco mas abajo de su mentón rozando su cuello. Nada como una noche de dulce resaca.
Un pájaro se ha posado en la ventana, abre sus ojos aún tumbada, aunque solo se vea como una silueta entre toda la neblina puede notar que es un ruiseñor con pelaje rojizo, nunca había visto uno así... Otro más se posa en la ventana, éste con tono amarillo, y el siguiente azulado, y se repitió el patrón de colores los próximos 17 ruiseñores que posaron en su ventana, casi uno sobre otro...Tras estos llegó uno mas grande que los demás, pero su pelaje carecía de color alguno, mas bien sus alas parecían perder tono cada vez más hasta quedar grises como un puñado de cenizas. Poco a poco se marcharon los demás pajaros; se fueron los rojizos, y los amarillos emprendieron su vuelo al ver a su compañero carente de color...Los azules tardaron en marcharse, y parecía que querían quedarse admirando lo peculiar del pájaro gris, se juntaron a su alrededor y sus colores junto con el lograba un contraste...Al final se marcharon, pues para ellos un pajaro solitario es un vago errante, no vale la pena admirarse por los de ese tipo.
El ruiseñor gris seguía en su ventana, luego de ver el extraño acto de 18 ruiseñores en su ventana, Reyna se levanta de su cama para ver más de cerca al último que ha quedado. Siente inmediatamente el frío en sus piernas, sus shorts de pijama no proporcionan proteccion alguna. Se acerca despacio hacía el vago ruiseñor, extiende su mano derecha lentamente esperando que se pose sobre su mano, este no hace mas que moverse hacía los extremos de la ventana, luego se detiene poco a poco y se acerca cautelosamente a la mano de la chica para posteriormente posar en ella...La ciudad dejó de escucharse luego del acto, es como si todos se hubiesen detenido para verlo; los autos parecían quedarse sin motor, los niños y sus padres dejaban de caminar, los pájaros se quedaban estáticos en el cielo y los sujetos se quedaban mudos.
—Lo encontraste.
Una delgada voz se escucha detrás de la chica.
—¿Qué?— Reyna se da la vuelta, es Ana quién le ha hablado.
—Ahora podrías entenderme mejor— Dice Ana con una sonrisa insípida pero cautivante. Sus manos bailan delante de ella haciendo que su vestido gris se ondee hacía todos lados.
—¿De que hablas? ¿Que haces aquí?
La chica pelirroja no responde, solo señala hacía la ventana, Reyna mira y el pájaro se ha ido...Saca su cabeza por la ventana para tratar de hallarlo con la mirada; no hay rastro.
—¿Pero qué?... ¿Ana?
Sin rastro. La busca por la habitación sin éxito alguno... Ahora mismo, no le queda otro remedio que despertar y reflexionar sobre el sueño que ha tenido.
* * * *
La noche ha sido muy extraña y divertida, mas que todo extraña; se ha besado con su mejor amiga y aún no logra procesarlo bien cada vez que lo recuerda tras el fuerte dolor de cabeza con el que ha despertado.
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Nube gris en el cielo azul.
Roman pour AdolescentsNunca se sabe cuánto tiempo es "para siempre", ni que tan aprueba se puede poner el amor y la amistad, ni mucho menos sabemos de qué manera llegan estos. Reyna y Anahí lo saben bien, y vivirán situaciones en las que tendrán que elegir un solo camino...