❣️Especial: Intercambio de papeles

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Yuu se encontraba tranquilo acostado en su cama. Su ano dolía, además estaba demasiado húmedo.

Nunca creyó que el semen de los demonios fuera demasiado espeso y abundante. Mucho menos que cometiera el pecado de acostarse con el mismísimo príncipe de las tinieblas.

A excepción de que no sabía cuándo moriría. Tenía la sensación de que su pareja (osea el demonio-ángel) convenció a su tía de que Yuu siguiera vivo hasta que encontrará a su madre. Osea, ¿Quien no puede resistirse a esa hermosa mirada carmesí cuando se ponía brillosa? ¡Nadie! ¡Ni siquiera el mismo Satán!

Ah sí, su pareja, Mikaela McDowell estaba frente a él, además de que era tremendamente sexy. Yuu podría admitir que parecía un stripper estando desnudo o con toda su ropa.

Pero no, era una masita totalmente adorable, que con cada palabra bonita, se sonrojaba y sonreía avergonzado, cosa que lo hacía ver tierno.

Mika estaba dormido profundamente. Las esmeraldas del menor le observaban. Ah, sí, los dos están desnudos, ya que volvieron a hacerse uno solo en la noche.

-Parece un sueño, pero no lo es -piensa sonriente -. ¿Cuántas veces ha tomado mi cuerpo? -se cuestiona a si mismo en un murmullo.

Con sus dedos empieza a hacer sus cálculos. Al haber terminado, queda en blanco, al ver todas las veces que lo habían hecho. Tomó asiento en el colchón tomó una de las almohadas y le soltó un golpe en la cabeza a su novio, quien lentamente se despierta e incluso se estiró.

-¿Qué... Pasó? -inquiere medio dormido el rubio para voltearse y volver a dormir.

-Estás en abstinencia -responde serio y a la vez molesto el azabache.

-Ah... Gracias -responde, ya era obvio que se estaba durmiendo.

-Oh, ¿Entonces me agradeces que te deje en abstinencia? -pregunta sonriente.

El rubio se pone boca arriba y talla sus ojos con sus palmas. Poco a poco va levantando sus párpados dejando a la vista sus bellos ojos rojos.

Pero estos tenían confusión.

-Mika... Lo hemos hecho más de veinte veces y no estoy exagerando -dice con el ceño fruncido.

-Oh... Perdón -dice y abraza al menor de la cintura, pegando su mejilla derecha al muslo izquierdo del moreno -. Eres muy lindo que no puedo resistirme.

-Debemos evitar hacerlo tan seguido. Realmente estoy cansado y en la escuela me preguntan que tanto es lo que hago para terminar así. Además parezco anciano tratando de sentarse y pararse de la silla -comenta acariciando la cabellera rubia de su novio.

-Está bien. Ambos vamos a descansar -dice.

Los dos se levantan y van al baño para ducharse.

Pronto el azabache se arregla, ya que tenía clases. Desayuna y se va corriendo a la universidad. Mientras Mikaela termina de comer a gusto, para después ponerse a hacer el quehacer en la casa de los Ichinose.

Cuando terminó, vio que en la mesa estaba el almuerzo de su novio. Era un bento que había preparado con mucho amor, pero al parecer al moreno se le olvidó por las prisas. Lo tomó entre sus manos, sintiendo que aún seguía caliente, sonrió feliz. Agarró su mochila y dejó cerrado con llave el departamento para ir a la universidad donde estudiaba el amor de su vida.

Al llegar a aquel edificio escuchó un timbre y vio como en los pasillos, salían muchos humanos unos con mochilas y otros sin ninguna.

Suponía que ya era la hora del almuerzo, sacó su celular y revisó el horario del menor. Así sonrió feliz. Llegó a la entrada y había un oficial ahí.

El Hijo de Satanás «MikaYuu» [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora