Habían pasado varios meses desde que Mikaela y Shinya llegaron al infierno.
Un día simplemente salieron, ya que Michael solicitó su presencia en el mundo humano. Estaban en la cabaña, frente a la entrada esperando indicaciones del lagartijo, o bueno, más bien, esperándolo a él y a su pareja.
-¿Para qué nos habrá citado? -cuestiona el rubio.
-No lo sé. Supongo que es para comentarnos de que ya modificó los recuerdos de los humanos que tenían de ti -responde el menor viendo el cielo.
El más alto lo observó con amor y deseo, aunque ambos tuvieran su forma humana.
-Deja de verme así, Mikaela. No te daré mi culo otra vez. Ya me duele mi agujero de tanto salvajismo -vio a su novio con el ceño levemente fruncido y una pequeña sonrisa.
El ojirubí le vio molesto.
-No pongas esa cara, que desde que llegaste al infierno no hiciste más que cogerme -dice viendo hacia el cielo otra vez, pero con una sonrisa burlona.
-Pero bien que te encanta gritar -comenta bajando sus párpados aún, con su ceño fruncido, así recibió un golpe en su brazo luego de eso un beso -. Me adoras, admítelo.
-Lo admito -volvió a besar a su novio con mucho amor, pronto se alejó de este al escuchar los fuertes aleteos de Michael.
Tan pronto como llegó, aterrizó frente a la cabaña junto a su pareja, ambos dragones hicieron el mismo hechizo para transformarse en humanos, pronto quedaron frente a los otros dos.
-Buenas noticias~ -canturreo el azabache de ojos color oro, acercándose a saltitos hacia los otros dos, el otro rubio simplemente suspiró y camino a pasos tranquilos.
-Hemos modificado las memorias sobre Mikaela y Shinya-Sama en los humanos cercanos a ellos -comenta el otro dragón, siguió caminando hasta llegar frente a ellos -. Shikama Doji dejó de existir, se convirtió en una estrella que morirá dentro de un siglo o menos. También, aquel chico Hyakuya ya puede descansar en paz, ya no hay nadie quien lo manipule -agrega, pero con un tono más aliviado.
-¿Era solo eso? -inquiere el ojiesmeralda.
-De hecho sí -dice sin más, quedándose callado, cosa que era normal para el príncipe, pero no para su pareja.
-Bien, vamos a comer -dice Yuu sonriendo, levantándose de los escalones y llendo hacia el camino que llevaba a la ciudad.
-¿Crees que ya no te confundirán? -cuestiona el dragón más alto siguiendo con la mirada a su amigo.
-No lo creo, la mayoría ya sabe que solo soy una coincidencia -comenta el chico.
-Sí tú lo dices -suspira nuevamente el ojirubí pecoso.
Los tres restantes siguieron al morocho, ahí, se encontraron una camioneta que los llevó a su destino.
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El Hijo de Satanás «MikaYuu» [Concluida]
DiversosEl hijo de un demonio poderoso, está en busca de su madre (la cual es un ángel), en el mundo humano. Aquel joven, tiene conocimientos sobre el mundo humano incluso sabe de matemáticas, física, química y filosofía. Pero, un par de zafiros se cruzarán...