Ver a través de colores

♡Planes♡

☆04☆

La noche ya caía sobre la ciudad como un gran manto negro con pequeños puntitos pequeños amarillos y una gran esfera plateada en su centro, mientras dos siluetas en la cima de un edificio gigante estaban apoyadas en el balcón de uno de los departamentos conversando.

-La vista de la luna está hermosa esta noche, ¿no crees?-habló por primera vez una de las mujeres la mujeres, girando su rostro para observar fijamente el rostro de su pareja.

-Siempre es hermosa, cómo tu Rose. ¿Recuerdas el día que nos conocimos? -respondió la contraria, girandose hacía su novia con una sonrisa que la pelirosa correspondió -¿Ya te conté antes la leyenda de el sol y la luna? -la mayor asintió- Entonces lo volveré a hacer, ¿de acuerdo? - dijo y la contrario susurró un suave "De acuerdo" para que comenzará a narrar aquella historia que tanto le gustaba.

-Hace miles de años, en un específico día, todos los astros existentes se reunían en el planeta Júpiter para hacer una fiesta. Una de ellos era diosa Luna, quién ese año en cuestión, había sido la última invitada. Luna llego a la reunión vistiendo un largo vestido blanco que acentuaba su figura junto con su larga cabellera estaba hecha una trenza. Se dice que ese día el dios sol no dejo de mirarla, y que hasta incluso la invitó a bailar varias veces.

- Mientras bailaban, sus miradas se conectaron, la música se hizo más melodiosa, el tiempo se detuvo y con cada paso de baile los dos sentían su corazón latir al compás del otro- sonrió- Aquel día, ellos sintieron una conexión demasiado fuerte y extraterrenal. Así que, esos días donde no se veía el sol y las nubes cubrían el firmamento color celeste y cuando en la noche la luna no aparecía y era suplantada por las estrellas, sus fieles cómplices en el amor; era porque ambos se reunían a escondidas. Lamentablemente toda historia de amor llega a su fin- borró su sonrisa.

- Los demás astros se enteraron de su relación y los obligaron a permanecer en su reino, sin verse el uno al otro. Pues era lo mejor para que la galaxia funcionara de la mejor manera. No obstante, en un día específico, después de cientos de años, los astros le dieron una oportunidad, naciendo así lo que nosotros ahora llamamos eclipse - La pelirosa estaba hipnotizada por la forma en la que la menor contaba esa historia de una manera tan hermosa. Lisa era como un libro solo que con un bonito cabello y con más cosas por decir -Lo que ninguno sabía era, la diosa Luna y el dios sol tuvieron un hijo, producto de uno de sus tantos encuentros. Ese hijo descendió a la tierra y era poseedor de un gran poder que transmitió a sus hijos de generación en generación, hasta llegar a nosotros hoy en día.

Finalizó su narración y la mayor aplaudió con una gran sonrisa. Pero se detuvo al notar como la contraria empezaba a llorar.

-Lisa -la aludida la abrazo con fuerza -¿Que sucede, mi amor?-interrogó la pelirosa aún sabiendo cual era la respuesta. Entonces hubo un gran silencio entre ellas hasta que Rose decidió agregar -Sabes que puedes decirme lo que sea, yo no te juzgaré jamás. No soy quien para hacerlo.

-Tengo miedo -respondió la menor mientras rodeaba con fuerza su cintura.

-¿De qué?

-Miedo de que, mi estúpido juego de venganza provoque que nuestra historia acabe peor que la de el sol y la luna -dijo con la voz temblorosa y la contraria acarició sus cabellos y deposito un beso corto en su cabellera negra como la noche -Pero ya no puedo parar. O al menos, aún no. La familia Black tiene que caer por el futuro de mi sobrino y de muchas más personas en este país -y dicho esto rompió en llanto.

Rosé presentía como terminaría su amor prohibido, ellas tenían una conexión, era cierto. Pero no sabía si sería lo suficientemente fuerte como para traspasar las barreras del odió y la venganza. Y ella no pensaba detener a Lisa, y no porque no la amara sino por todo lo contrario, por ese mismo amor que le tenía a la menor estaba dispuesta a dejarla ir. Quería que cumpliera su objetivo y aunque quisiera ayudarla, su amada no lo permitiría nunca.