Ver a través de colores

♡Punto de inicio♡

☆09☆

El viento chocaba contra los cabellos plateados de Jeongin causaban que, inevitablemente, estos se  despeinaran. Pero al chico poco le importo. De todas formas, ya estaba lejos del lugar que lo forzaba a crear una imagen perfecta ante la sociedad; su mansión.

La cuál era una de las más pulcras que pudiera haber en todo Rainbow y la organización de todos los muebles y reliquias que  había en ella era impecable. No había un solo error en esa casa porque sus dueños, los Silver, jamás cometían errores.

Eso fue lo que le enseñaron a Jeongin, y que sus modales y vestimenta debían ser los más refinados. Inclyendo su educación, por lo que la corta edad de trece años ya sabía tocar instrumentos  como: la flauta, el piano y el violín. Así que cada acción o cada palabra que saliera de su boca debía ser aprobada por sus padres primero.

Y justo, cuando creía que tenía que convertirse en el actor de un de "personaje" que no le correspondía y vivir una historia que no era su historia. Aparecieron Jisung junto con Aria, diciéndole que su nacimiento tenía un propósito y que debían cumplirlo. Uno que desconocía pero le dió sentido a su aburrida y monótona vida.

-Jeongin, ¿me estás escuchando? -la voz de Jisung lo saco de sus pensamientos, y él lo observó un rato un poco desorientado.

Jisung había estado observando el camino todo ese tiempo, disfrutando de la vista que le brindaba la naturaleza. Sin embargo, también fue sacado de su ensoñación por Emma, que le aviso que ya habían llegado a su destino.

-¿Que sucede Jisung?- pestañeo varias veces inspeccionado el lugar en donde estaban. Al parecer, en frente a una panadería que estaba al otro lado de la calle donde ellos habían estacionado sus transportes y todos ya habían empezado a bajar de la camioneta. Se apresuró en bajar junto al mayor - ¿Por qué no me dijiste que ya habíamos llegado? -reclamó.

-Trate de hacerlo, tonto. Pero estabas muy perdido entre tus pensamientos que me ignoraste- se defendió rápidamente encogiendose de hombros. Y el peliplateado paso su brazo por encima de el hombro de Jisung, esperando que uno por uno bajara de sus transportes.

Aria había sido la primera en bajar de la camioneta solo para decirle a SeungJin que tenía que permanecer con el casco de la motocicleta puesto hasta llegar al otro lado de la calle, dónde se lo podía quitar. Al rubio le pareció algo raro pero no sé negó.

Mientras, el grupo de chicos que se encontraban charlando al frente de la panadería se había asombrado al ver una camioneta tan lujosa estacionarse al otro lado de la calle seguida de una motocicleta y un caballo, y todos se levantaron de la mesa en la que se encontraban para observar mejor a él montón de adolescentes que venian con dirección a ellos.

-¿Que está pasando?-cuestionó Cheery boquiabierta.

-No tengo ni la menor idea - respondió HyunJin con la misma expresión que su amiga.

Maru busco con la mirada a MinHo, pues recordó lo que le había prometido el pelinegro telepata y se encontró con su cabellera pelirroja inconfundible. No obstante, no obtuvo la fuerza de voluntad suficiente para correr a abrazarlo y decirle lo mucho que lo había extrañado y que ya no se volvió a perder más en el bosque gracias a la brújula que él le había regalado antes de desaparecer. Por mucho tiempo, ella se culpo de la repentina huida del mayor porque se consideraba una carga para él. ¿Que le aseguraba que él no pensaba lo mismo y que por eso se había ido?

Que equivocada estaba.

De verdad no conocía la otra cara de la moneda. Ni tampoco sabía de todas las noches en la que el pelirrojo derramó lágrimas de tristeza por recordar cómo la menor iba a necesitar de su ayuda estando sola en ese bosque.