Ver a través de colores

♡Caminos entrelazados♡

☆14☆

Una pelinegra de mechones blanquecinos, corría furiosa por los pasillos del castillo Black. Acababa de tener una discusión con su padre, porqué oficialmente ahora ella era la prometida de Christopher y por eso su progenitor quería que salieran en una cita, los dos solos. Lo que claramente no quería hacer, así que se negó y salió de la habitación de su padre, tirando con fuerza la puerta.

No obstante, su enojo se había esfumado y sido reemplazado por desesperación porque cuando salió de la habitación de sus padres, simplemente corrió sin rumbo alguno. Y ahora que quería regresar a su habitación se había dado cuenta que no tenía ni idea en cuál dirección tenía que ir para hacerlo.

– ¡Maldición! ¡Dios, ayúdame, por favor! Se que no soy tú más fiel creyente ni nada por el estilo pero como que ya va siendo hora de que me recompenses todo mi sufrimiento, ¿no? – estaba tan concentrada en sus súplicas, que no se dió cuenta de que había una persona que la estaba escuchando. Esa persona soltó una risa por lo bajo pero aún así ella lo escuchó y sintió un escalofrío recorrer toda su espina dorsal, al pensar en la sola idea de que esa persona fuera su padre – ¿P-padre eres tú?

Ahora sí, estaba perdida, porque sea quién sea la persona que estaba detrás de ella. De seguro, la llevaría ante su padre o el rey para que esos dos la obligarán a ir a esa ridícula cena con el príncipe.

"Perdóname, Dios, por cuestionar tus acciones pero está no es la grandiosa recompensa que te pedí"

Rápidamente fue tomada de la muñeca por la persona que estaba detrás de ella y arrastrada hacía un pequeño cuarto que había en el pasillo en el que se escontraba. El miedo de la pelinegra a que la lastimarán incremento y estuvo a punto de gritar para pedir ayuda, sin embargo, se oyeron las pisadas de guardias corriendo por el pasillo y la misma persona que antes la había arrastrado a ese lugar le tapó la boca con su mano.

– Shh. Haz silencio, Danais. ¿O acaso quieres que nos descubran?– la voz de la persona que la había "secuestrado" le sonaba familiar. Esa voz era la del príncipe, entonces, como venganza de que le haya hecho pasar tal susto, lo mordió para que la soltará haciendo que este soltará un quejido y tocará la zona herida por inercia – .Auch.¿Por qué fue eso?

– ¡Por asustarme, idiota! ¿Acaso a ti no te enseñaron a acercarte a los demás como las personas normales lo hacen? Juró que casi me matas del susto, Black. – reprochó indignada y se cruzó de brazos para poder inspeccionar todo a su alrededor. Al parecer, estaban en un cuarto de limpieza.

– Está bien, está bien. Admito que estuvo mal de mi parte hacer eso. Pero baja la voz, porque sino, descubrirán dónde estamos y una vez lo hagan, nos llevarán directo a esa estúpida cita a la que se que ni tú, ni yo queremos ir.

– Bien. – fue lo único que respondió para luego apoyarse en una de las paredes, aún con los brazos cruzados. Christopher se apartó de la puerta e imitó su acción, apoyándose en la pared frente ella.

Y todo se sumió en un incómodo silencio mientras que el menor trataba con todas sus fuerzas, de no mirar fijamente a Danais, sin embargo, no pudo evitarlo.

La mayor (por dos meses) tenía el cabello pelinegro con algunos mechones blanquecinos, los cuáles Chris se preguntaba si eran verdaderos o falsos. Pero antes de seguir cuestionadose el origen del cabello de Danais, sin querer, su vista fue a parar a los ojos de ella. Algo de esas dos perlas negras le había llamado tanto la atención, al punto de dejarlo casi hipnotizado.

Sacudió su cabeza tratando de salir de su extraño trance y bajo su mirada al suelo avergonzado. De seguro, después de haberla estado mirando tanto rato la había hecho sentir incomoda.