♡¿Destino o castigo?♡

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☆34☆

El destino es cruel y a veces arrastra el pasado que quieres olvidar hacía el presente en el que tratas de mejorar y destruye tus esperanzas de contruir un futuro en el que seas feliz.


Aunque...

¿Existiría la felicidad sino existiera la tristeza?

Isla de Rainbow, 18 de diciembre del 2021.  (Presente)

Aria estaba huyendo de Felix desde la mañana, pero de alguna manera el chico siempre la terminaba atrapando donde sea que se escondiera.

Lo triste era que ya había intentado de todo, desde esconderse en el sótano del refugio hasta esconderse en el tronco de un arból. Sin embargo, todas esas opciones habían fallado y su último recurso era su habitación porque nadie además de ella, Poni y Maru podían entrar ahí.

Aria se apresuró a entrar a su cuarto y una vez estuvó dentro, suspiró triunfante:

-Está vez te gané, Yellow. Veremos si puedes encontrarme aquí también.

-Mmm... si fuera tú no cantaría victoria aún, Lilac -los ojos de Aria se cerraron con fuerza al escuchar esa voz venir detrás de ella, esperando que cuando los abriera el dueño de está haya desaparecido. -Aria abre los ojos. No voy a desaparecer por arte de magia.

-No quiero.

-¿Tanto te molesta mi presencia? -preguntó Felix con tono molesto, intentando ocultar que en el fondo estaba herido.

-Ya hablamos de esto. Tú no eres el problema, soy yo -respondió la chica, abriendo los ojos - ¿Quién te dejo entrar? ¿Maru o Poni? Solo ellas tienen la llave de este lugar.

Apenas Aria terminó de formular esas preguntas, Felix llevó una de sus manos a su pecho de manera dramática y con una expresión de dolor en el rostro, dijo:

-¿En serio vas a preguntar eso? ¿No crees que deberías disculparte por haber herido mis sentimientos primero?-se quejó, recibiendo una mirada confusa de parte de Aria. Felix le había dado el susto de su vida, hace unos segundos pensó que los sintómas de la maldición habían comenzado a surgir -No puedo creer que esa sea la manera en la que tratas a la persona que amas.

-¿Quién dijo que te amo? Aquello no va a pasar y lo sabes. Y te lo repetiré una última vez. Por tu propio bien, Felix, alejate de mí. -Aria se dió media vuelta para irse, sin embargo, Felix la agarró de la muñeca y la arrastró frente a él, nuevamente -¿Qué haces? Suéltame. ¿Acaso no te enseñaron que no debes tratar a una dama así? Si te dicen que no, es no. Y yo ya te dije que no te quiero cerca de mí, ¿por qué no me dejas en paz?

-Eso lo sé. Pero tienes una deuda conmigo, ¿recuerdas? Acordamos que seríamos amigos, pero no lo haz estado cumpliendo. En cambio, siempre estás huyendo de mí, así que...-señaló con la mirada el libro que estaba en el bolso que colgaba de su cintura -Hasta que me la pagues no te dejaré ir.

Los ojos cafés de ambos chicos se encontraron, creando una guerra de miradas que ninguno pensaba perder. Pero luego de un rato los ojos de Aria se volvieron grises y su mirada más amenazante, y Felix tuvó que apartar la mirada y la dirigió hacia el cabello de la chica, quitando un pedazo de telaraña que tenía ahí.

"Se le debió haber pegado cuando se metió en el sótano o en ese tronco de árbol, niña tonta"

-¿Qué haces? -los ojos de la chica volvieron a la normalidad, pero su mirada seguía siendo amenazante. Felix le mostró el trozo de telaraña y ella frunció el ceño, pensando en una manera de deshacerse de ese chico antes de que el ambiente se volviera más romántico -Gracias, supongo...

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