Cap. 14 - Me gustas.

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En el ultimo piso de un gran edificio un hombre pelirrojo con pintas de empresario observaba el panorama de la cuidad, hoy era un gran día segun él. En cuestión de minutos se llevaría acabo su plan, ya no más inútiles, reconstruiria un imperio solo con spers, personas talentosas y poderosas que merecia estar por arriba de todos los demás solo por sus habilidades psiquicas.

Habian pasado años de arduo trabajo e investigación, pero la meta al fin estaba tan cerca de ser alcanzada. Se sentia invensible y nada ni nadie podria detener el avance del nuevo mundo.

O eso era lo que él creia.



Cinco Doritos después... (Lo siento pero no me acuerdo bien cómo se desarrollo la pelea, así que voy a saltearlo. )

—¡MOB! ¡¿QUÉ HACES!? —gritó Reigen al ver al pelinegro quedarse junto al padre de Shou.

—¡NII-SAN! —exclamó el menor con desesperación intentando acercarse a su hermano, pero siendo detenido por Shou.

—¡No! ¡Es muy peligroso! —informó el pelinaranja sosteniendo con fuerza al menor de los Kageyama.

—Shigeo... —susurró el rubio mirando al pelinegro que estaba a unos cuantos metros de él.

—¡Hay que irnos! —ordenó el pelimostaza tomando a los tres chicos e intentando que avanzaran. La energía que emanaban ambos spers era similar a la de una bomba a punto de explotar. ¡Tenian que salir de allí pero ya!

Aún con todas las quejas Reigen, Shou y Serizawa lograron arrastrar a Ritsu y a Teruki lo suficientemente lejos antes de que un gigantesco árbol (brocoli) apareciera.

No perdieron tiempo y rapidamente se adentraron en el árbol para buscar a Shigeo y Toichiro.

Mientras avanzaban Teruki sentia una angustia enorme en el pecho, al igual que el resto de sus amigos, todos se preguntaban si después de tal acontecimiento ambos seguían con vida.

Ahora mismo el ojiazul se estaba reclamando por no haber sido más valiente y declararse cuando aún tenia tiempo, no queria pensar que era demasiado tarde, pero a cada minuto que pasaba iba disminuyendo sus esperanzas.

—¡KAGEYAMA-KUUUN! —gritó con desesperación mientras recorría los túneles de aquel árbol.

—¡NII-SAAAAN!

—¡MOOOOOB!

—¡SHIIGEEEOOOO!

—¡HERMANO-MAYOOOOR! —todos llamaban al pelinegro pero no obtenian respuesta, sin embargo no se rendian, continuaban buscando.

—¡MOOOB! —exclamó el pelimostaza al distinguir el cuerpo de su discipulo tirado a unos cuantos metros por debajo de donde estaban ellos.

Todos diriguieron su mirada justo donde el exorcista indicaba y se quedaron paralizados.

—¡Kageyama-Kun!

Teruki no lo pensó, saltó sin importarle la altura y aterrizó -utilizando sus poderes psiquicos- cerca del chico. Se sentia ansioso, solo queria asegurarse de que su amigo aún se encontraba con vida.

—No me dejes por favor... —susurró para luego arrodillarse y colocar su cabeza en el pecho del pelinegro logrando escuchar los suaves latidos y el apasible respirar del menor. Sin poder evitarlo comenzó a llorar, sentia un gran alivio al ver que solo estaba desmayado.

—¡Esta bien! —gritó avisando a los demás, todos soltaron un suspiro de alivio para luego sonreir. ¡Mob seguia vivo!

El rubio cargo con delicadeza al menor y regreso junto al resto.
Estaba decidido, mañana mismo hablaría con Shigeo, pues si algo le habia dejado claro esta horrible experiencia es que el mañana es incierto y uno tiene que aprovechar el ahora, porqué no sabes lo que puede arrebatarte el tiempo.



—¿A dónde vamos ahora? —preguntó el rubio una vez fuera del arbol, observando a los demás con duda.

—A mi apartamento no... —respondió Reigen.

—A mi ni me miren, ya saben que ALGUIEN incendio mi casa. —contestó Ritsu fulminando con la mirada al duende quema casitas.

—Vamos a mi apartamento, pues. —informó el rubio con una sonrisa amable.

(El apartamento de Teruki en este fic no fue destruido)

Una vez en dicho lugar todos se acomodaron y se dispusieron a descansar, después de todo fue un día de locos.



Shigeo abrio los ojos lentamente, se sentia muy cansado, le llevo un tiempo darse cuenta que no estaba en su habitación, pero el lugar le resultaba conocido. Giró su cabeza a un costado y se encontró con su amigo rubio, el cual estaba acostado a su lado sosteniendo su mano.

—Hanazawa-kun... —dijo parpadeando un par de veces y luego frotándose los ojos con su mano libre —¡Ay! ¡Por Dios! —gritó con las mejillas sonrojada al ver que el chico seguia ahí, durmiendo tranquilamente.

—¡Buen día Nii-San! —exclamó su hermano al ingresar al cuarto y verlo ya despierto.

—R-Ristu... ¿Qué haces aquí? —preguntó el pelinegro de manera nerviosa soltando la mano del rubio —Mejor dicho, ¿por qué estamos aquí?

—No teniamos a donde ir y Teruki nos dejo quedarnos en su apartamento. —explicó con simplesa —Hablando de la rubia oxigenada, sera mejor que lo despierte, el desayuno ya esta listo. —aconsejó para acto seguido salir de la habitación.

Shigeo se quedo mirando a la nada por un momento y luego redirigio su vista hasta el rubio. ¿Debia despertarlo?

—Hanazawa-Kun. —llamó sin obtener respuesta de parte del ojiazul —¡Hanazawa-kun! —llamó un poco más fuerte pinchando el hombro del chico para intentar despertarlo. Se sentia muy nervios, pero debía admitir que Teruki lucía muy tierno mientras dormia.

Se acercó un poco más para poder contemplar mejor el rostro del chico rubio y sintiendo de nuevo aquella sensación cálida en su pecho. Rapidamente se sintió avergonzado por sus acciones, observar a alguien mientras duerme es de mala educación.

Estaba a punto de apartarse pero unos brazos lo envolvieron impidiendo que se alejara.

—Perdoname Kageyama-Kun. —pidió el rubio para luego besar sorpresibamente al chico.

Mob abrio como platos al sentir el tacto suave de los labios del rubio contra los suyos, unidos mediante un tierno beso, para luego cerrar los y dejarse llevar por el momento.

Al separarse ambos estaban sonrojado y avergonzado.

—Se supone que debía invitarte a una cita antes de besarte, pero creo que me saltie algunos pasos... —comentó mirando muy apenado al menor.

—¿¡Tú querías invitarme a una cita?! —preguntó sorprendido.

—Bueno sí...

—Pero, ¿por qué? —preguntó con el corazón latiendole a mil por hora.

—Porque me gustas. —dijo con una pequeña sonrisa —No es obvio.



Toichiro Suzuki estaba esposado y siendo escoltado por dos oficiales, su plan fue frustrado por un simple niño de 14 años, pero se lo agradecia. Su plan era una mierda, dejo que su sed de poder consumieran su lado racional y ahora podia ver con claridad todo el daño que habia causado.

—¿No vas a decirle nada? —preguntó Ritsu mirando al pelinaranja con una ceja alzada.

—No... Mi madre se encargara de darle un buen sermón una vez que ya este en la cárcel. —respondió con indiferencia —Todo ya esta resuelto.

—Sabes que aún me debes una casa, ¿no?

—...



¡Fin del capitulo 14!

Aww, ya solo nos queda un capitulo para terminar esta historia :'3

Espero disfrutaran de su lectura.

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