MeCap. 15 - Nuestra primera cita.

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Teruki se sentia nervioso, por lo general esta clase de cosas no solían ponerlo así de ansioso, ¡pero esta no era cualquier cosa! ¡Hoy tendria una cita con Mob! ¡Y no queria que nada saliera mal!

Aún no se lo podia creer, y pensar que hace unos meses atras él queria matar al Kageyama mayor, a veces la vida es muy irónica.

Pasar de ser enemigos a amigos, luego -tontamente- ofrecerse a ayudarlo a tener una cita con una chica -la cual no recuerda el nombre, pues no es de importancia-, terminar dandose cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia el pelinegro y besarlo luego de casi perderlo en una batalla. Sí, fue todo un enredo llegar hasta este punto, pero Hanazawa estaba feliz de haber llegado a hasta aquí.

-Te tardas un siglo. -se quejó su amigo pelianaranjado observandolo con impaciencia desde el marco de la puerta de su habitación.

-No te quejes que tú eres peor que yo cuando tienes que salir con Ritsu. -respondió terminando de peinar su cabello.

-¡Eso no es cierto! -exclamó Shou levemente avergonzado.



Mob estaba igual de ansioso que el rubio y levemente preocupado.

Ahora que se ponia a pensar...
La primera vez que se vieron no causaron la mejor impresión en el otro, ambos se lastimaron y era eso lo que lo asustaba.

Shigeo era consiente que sus emociones son peligrosas, que debe de controlarlas si no quiere dañar a las personas que quiere, como paso aquella vez con Ritsu.

-Nii-San, ¿estas bien? -preguntó Ritsu con preocupación al ver que el mayor emitia un aura algo deprimente.

-Tengo miedo. -respondió con sinceridad.

-No te preocupes, estoy seguro de que todo saldrá bien. -dijo dandole un par de palmadas en la espalda al pelinegro en señal de apoyo. -Teruki a pesar de no tener cerebro tiene un buen corazón. -se burló para intentar aligerar el ambiente.

-Estoy de acuerdo con Ritsu. -apoyó el pedo flotante colocándose a un costado del menor de los Kageyama.

-Ritsu, no digas esas cosas de Hanazawa-Kun. -pidió el mayor mirando seriamente al azabache.

-Ya en serio, no hay nada por lo que tengas que preocuparte. -insistió intentando no decir más comentarios ofencivos hacia el rubio.

-Si quieres yo los acompaño. -comentó el fantasma -Digo, solo para asegurarme de que nada salga mal.

-¡Ni lo pienses! ¡Tú eres quien hechara todo a perder! -acusó mirando fijamente al espectro.

-¡Ahhh! -exclamó con indignación. -¡Si soy yo quien hace que el amor fluya! ¡O no te acuerdas que te ayude en tu primera cita oficial con el duende que tienes por novio!

-¡Terminamos dentro de la fuente del parque! ¡Me lastime el pie y Shou se quebro el brazo! ¡Todo porque nos empujaste de la bici!

Mob solo solto un suspiro mirando a sus dos amigos discutir para luego terminar de alistarse.

Unos segundos después el timbre de la casa sonó y el mayor se apresuro a abrir, los nervios aumentaban al igual que el miedo con cada paso que daba y lo acercaba más a la puerta, pero una vez que abrio y vio la brillante y cálida sonrisa que le regalaba el chico que tenia en frente de él todos esos sentimientos negativos se desvanecieron.

-¿Listo? -preguntó el rubio mirandolo con las mejillas pintadas de rojo para acto seguido entender su mano, en espera a que el menor la tomara.

Shigeo le devolvió la sonrisa sintiendo que sus mejillas se tornaban del mismo color que las del ojiazul.

-Sí, vamos. -respondió aceptando la mano del mayor.

Para Mob el miedo moría con solo una sonrisa de parte del rubio, para Teruki las dudas desaparecian con tan solo conectar miradas con el pelinegro.

Reafirmaron el agarre de sus manos y empezaron a caminar rumbo al restaurante que ambos habian elegido para la ocasión.

-Sabes, no pensé que todo esto terminaría así. -comentó el rubio con una sonrisa bobo al observar su mano unida a la del pelinegro -Se suponía que tenia que ayudarte a salir con esa chica.

-Bueno, al final si logre salir con alguien. -respondió con simplesa para luego sonrojarse -Y estoy feliz de que ese alguien seas tú.

Teruki contuvo el aire por un momento, esas palabras lo habian tomado desprevenido provocando que su corazón diera un vuelco.
Sin pensarlo detuvo su paso, agarró al menor de los hombros y le dio un tierno beso para luego separarse y abrazarlo.

Sin dudas esto no era lo que ninguno de los dos se esperaba, pero que felices se sentían de que esta vida decidiera unir sus caminos.

Fin.



¡Muchas gracias por leer esta historia!
🌻

Atte:La Autora de este libro.

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