Cap. 5 - Comencemos de nuevo.

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Ya era Lunes y como siempre Shigeo se encontraba entrenando junto a el resto del club de fisicoculturismo. Le costaba mucho mantener el ritmo de los demas y cuando creía que por fin iba progresando en algo caía desmayado del cansancio.

"¡Hoy voy a lograrlo! "

Pensó el pelinegro mientras corria detras de sus compañeros. Sus piernas temblaban y su respiración ardía, pero aun así continuaba corriendo.

No iba a rendirse sin antes dar todo de si, o sea no iba a parar hasta que su cuerpo colapsara.



Teruki ya habia planeado una forma en la que podia acercar a Shou y a Ritsu, pero necesitaba la ayuda de su mejor amigo. Por este motivo es que se detuvo en el parque en donde el club de fisicoculturismo solía correr, esperando toparse con Shigeo y explicarle la situación.

No era nada complicado lo que tenia en mente, simplemente salir como amigos y a cada oportunidad dejar solos a los dos individuos para que Shou pueda cortejar a Ritsu.

"Mientras menos complicado sea el plan, menos se molestara Ritsu. "

Pensó el rubio.

Se sentó en una banca del parque y esperó a que los muchachos del club aparecieran, no hizo falta esperar mucho para eso, pues al poco tiempo los del club pasaron por el lugar.

Se levantó de su asiento para poder divisar a su amigo, quien iba corriendo detrás de todos, y al observarlo se sorprendió. Shigeo se veía muy mal, sus piernas parecían flaquear con cada paso que daba y su cara estaba roja por el esfuerzo que estaba haciendo.

Salió corriendo por impulso al ver al pelinegro tropezar con la nada.



Shigeo cerró los ojos esperando el impacto de su cuerpo contra el pavimento, pero el golpe nunca llegó. Abrió uno de sus ojos para ver que es lo que habia ocurrido y se dio cuenta que su cuerpo levitaba a unos centímetros del suelo. Giro su mirada en busca del causante de su levitación y se topo con Teru, quien lo miraba con preocupación.

—Lo siento Kageyama-kun, tuve que usar mis poderes psiquicos... —se disculpo Teruki un poco avergonzado, pues aunque intento llegar e impedir que su amigo se dañara el pelinegro estaba a unos tres metros de distancia del rubio.

Shigeo le regaló una pequeña sonrisa a su amigo y el rubio lo hizo levitar dejándolo de pie sobre el suelo.

—Muchas gracias Hanazawa-kun.

—No hay de que.

—¿Qué haces por aquí? Pensé que me esperarías en la escuela. 

—La verdad, tengo algo importante que decirte... —comentó el rubio y Shigeo se quedo en silencio para que su amigo continuara —Recuerdas al chico loco que intento matarme el sábado pasado... —el pelinegro asintió —Bueno a él de verdad le gusta tu hermanito...

—¿Ritsu?

—Sí. Lo interroge para corroborar que no estuviera mintiendo y para mi sorpresa él de verdad, de verdad, de verdad esta muuuuuyyyyyy enamorado de tu hermano. —Teruki respiro hondo antes de decir lo que en verdad venia a decir —La cosa aquí es que... me pudio ayuda para lograr enamorar a Ritsu.

—¿Y tú qué le respondiste? —preguntó el pelinegro con un mal presentimiento.

—Yo le dije que lo ayudaría... —respondió —Pero también te necesito en esto.

—¿En qué necesitas mi ayuda? —interrogó Mob con curiosidad.

—Dejame te explico. —Teruki le regalo una gran sonrisa y empezó a explicarle su plan-maestro-mega-infalible.

Cuando Teruki termino de explicarle todo lo que tenia planeado Mob recordó algo importante.

—¡Olvide que estaba entrenando! —exclamó para acto seguido comenzar a correr seguido del rubio.



Shou esperaba afuera del establecimiento educativo de su amado Ritsu, pero no lo esperaba a él específicamente. Estaba esperando a su nuevo amigo y al que él ya consideraba su cuñado.

—¡Ey Suzuki-kun! —saludó Teru acercándose al pelinaranja junto a Shigeo, quien respiraba de manera agitada. 

—¡Hanazawa-kun! —Shou saludó de igual forma al rubio —Hola cuñadito.

—¿Ah? —dijo Shigeo sin entender porque Suzuki lo llamo de ese modo.

—Espera por lo menos a que hermano menor sea tu novio. —Teruki lanzo una pequeña risa por lo antes dicho por el pelinaranja.

—Pues pronto lo será. —Shou sonrió de oreja a oreja y los tres empezaron a planear sus siguiente movimiento. Bueno, más bien Teru y Shou eran quienes planeaban mientras Shigeo era el que aportaba la información sobre su hermano.



Ritsu salia de la secundaria Sal luego de su reunión con el consejo estudiantil, estaba un poco cansado y lo único que queria hacer era ir a su casa y tirarse a su cama a dormir. Detuvo su caminar al observar a su hermano junto a Teruki y... ese chico pelinaranja.

"¡¿Qué están haciendo junto a ese tipo?!  "

Pensó el pelinegro mientras observaba la sonrisa amplia de su acosador y la de Teruki. Su hermano, por el contrario, permanecía con su cara inexpresiba de siempre.

—Hola Nii-san y Hanazawa-kun. —saludó el chico pasando de largo al pelinaranja.

—¡Hermano menor! —exclamó el rubio con entusiasmo —Te presento a mi nuevo amigo Suzuki Shou.

—¡Hola! —dijo el chico con una gran sonrisa —Es un gusto conocerte.

—¡Conocerme! Claro, si me estuviste acosando durante todo este tiempo. Obvio sabes quien soy, no te hagas el tonto. —dijo con seriedad el menor de los Kageyama.

—¡Apapap! El pasado en el pasado. —insistió el rubio, aun tenia que arreglar la primera impresión que causo Shou —Suzuki-kun se lamenta mucho por todo lo que hizo, actuó sin pensar y no se percato de que te incomodaba con sus acciones.

—Sí. La verdad, siento mucho todo lo que hice... —se disculpó Shou mirandolo a los ojos.

Ritsu observó el arrepentimiento que se reflejaba en la mirada celeste del chico.

—Pero quiero que empecemos de nuevo, si es que tú me permites hacerlo. —pidió el pelinaranja.

Ritsu estaba listo para mandarlo a la mierda y decirle que con un simple "lo siento" no arreglaria nada.

—Solo si prometes dejar de acosarme y de actuar raro en mi presencia... —los presentes miraron sorprendidos al pelinegro -quien al igual que ellos estaba que no se creía lo que salio de su boca-.

—¡¿L-lo dices en serio?! —preguntó Suzuki con emoción.

Ritsu suspiró pesadamente y asintió, ya era tarde para retractarse.

—¡Muchas gracias Ritsu! ¡No te arrepentirás! —aseguró el pelinaranja ensanchando aun más su sonrisa.

El menor de los Kageyama aún no entendía el porqué habia accedido a tal cosa, pero la verdad esperaba no arrepentirse de su decisión.



¡Fin del capitulo 5!

¡Nos leemos pronto, bye !

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