Cap. 1 - ¿Te gusta?

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Como cada día Teruki salia de la secundaria Vinagre Negro y se diriguia rumbo a la secundaria Sal.

Luego de ayudar a Mob a rescatar a su hermano menor de la organización Garra ambos se habían vuelto buenos amigos, así que no era nada raro el que estuviera rondando ese lugar.

Siempre esperaba a que Shigeo terminara su entrenamiento deportivo para así poder irse juntos a casa.

El rubio observaba desde la entrada a los alumnos del club de físicoculturismo, siendo su amigo el que sobresalia del resto y no por sus músculos.
El pelinegro era un fideo humano que no podía hacer ni una simple lagartija, pero pese a su condición física Shigeo poseía grandes poderes psiquicos. Razón por la cual lo derroto aquella vez, dejándolo como Dios lo trajo al mundo y horriblemente rapado.

-Hola Hanazawa-kun. -saludó Mob al rubio en cuanto salió de su establecimiento educativo.

-¡Hola Kageyama-kun! -dijo Teru con una enorme sonrisa -¿Ya podemos irnos?

-Sí. -respondió con una pequeña sonrisa el pelinegro.

Ambos empezaron a caminar rumbo a la casa de Shigeo. Y si se lo preguntan, no, estos chicos no eran vecinos ni nada de eso. En realidad la casa de Teru quedaba en dirección contraria a la de Mob, pero el muy pendejo lo acompañaba cada día hasta su casa solo para poder hablar con el pelinegro.

Durante el trayecto siempre se la pasaban platicando de temas triviales y estupideces que por lo general se le ocurría al rubio.

-Kageyama-kun. -ambos detuvieron su andar para luego girarse y ver quien llamaba al pelinegro.

-¡T-t-tsubomi! -gritó Mob todo nervioso al reconocer a la chica.

-La maestra me pidió que te regresara el cuaderno que olvidaste. -comentó extendiendole el objeto, pero Mob no reaccionaba debido al nerviosismo -Ehh, oye... ¿Vas a tomarlo?

Teruki al ver que su amigo se habia quedado petrificado decidió interferir por él.

-Creo que yo lo tomare, ¡muchas gracias! -Teruki tomó el cuaderno amablemente y cargo a Shigeo como un costal de papas -Y también me llevare a mi amigo. -avisó con una sonrisa aun que estaba preocupado ppr el comportamiento del pelinegro.

-Como quieras. -respondió la chica sin darle importancia al asunto y girandose para finalmente marcharse.

El rubio solo comenzo a caminar rumbo a la casa de los Kageyama, quizás Ritsu sabría como sacar a su hermano de su estado de petrificación.



Al pasar un rato Mob logro recuperar la movilidad de su cuerpo.

-Hanazawa-kun gracias por cargarme, pero ya puedes bajarme. -avisó el pelinegro sintiendose algo avergonzado.

-Menos mal, pensé que te quedarías como estatua para siempre. -Teruki bajó a Mob de su hombro y lo miró con curiosidad -¿Qué es lo que te paso Kageyama-kun?

-¿A-ah?

-¿A caso esa chica te gusta? -cuestionó el rubio y Mob tragó grueso.

-Bu-bu-bueno. -se estaba poniendo nervioso de nuevo.

No estaba en sus planes comentarle nada a Teruki sobre su interés amoroso hacia su amiga de la infancia -Tsubomi Takane-, pero el rubio lo dedujo por si solo.

-¡Dejame ayudarte! -exclamó Teru con entusiasmo y una gran sonrisa.

Esta era la oportunidad que estaba esperando, queria ayudar a Mob tanto como él lo habia ayudado.
Ver feliz a la persona a la cual admiraba era su objetivo y haria cualquier cosa que estuviera a su alcance para conseguirlo.

-¡¿A-AH!? -Mob gritó un tanto confundido y sorprendido a la vez.

-¡Dejame ayudarte a conquistar a la chica que te gusta!

-No creo que yo pueda salir con... -fue interrumpido por el rubio.

-¡Vamos! Te aseguro que con mi ayuda podrás salir con ella.



Ritsu regresaba de la escuela cuando sintio que alguien lo seguía. Odiaba ese sentimiento de sentirse acosado.

-Sé que me estas siguiendo, ¡sal ya! -demandó el pelinegro deteniendo su caminar y mirando a su alrededor.

-¡Alguien dijo sal! -Reigen apareció de la nada con un sobre de sal.

-Tsk, ¡¿qué mierda haces aquí?! -exclamó el pelinegro mirando con fastidio al adulto.

-Primero que nada, Hola. Segundo, no uses ese vocabulario tan vulgar. Y tercero, viene a comprar sal. -informó el espiritista mostrando los paquetes de sal -Bueno, ya me voy, ¡adiós!

Y tan rápido como apareció desapareció.

-Maldito raro... - Ritsu continuó su camino, pero aun así sentia esa presencia seguirlo.

Dejo de sentirla una cuadra antes de llegar a su hogar.

-¡Nii-san ya llegue! -gritó en cuanto atravesó el umbral de la entrada de su casa, pero no recibió respuesta alguna.

Se dirigió a la sala de estar en busca de su querido hermano y lo encontró sentado en el sofá mirando a la nada. Supuso que estaba pensando en algo importante, pues habia pasado enfrente de él y ni lo habia registrado.

-Nii-san, ¿estas bien? -preguntó posando una de sus manos en el hombro de su hermano y regresandolo a la realidad.

-¡Ritsu! No te escuche entrar. -dijo Shigeo un poco sobresaltado.

-Acabo de llegar, ¿te encuentras bien? Te veo un poco ido. -expresó con preocupación y curiosidad.

-Estoy bien, no te preocupes Ritsu. -Mob le regalo una pequeña sonrisa intentando trasmitirle tranquilidad a su hermanito.

-Esta bien, pero si necesitas algo sabes que estare en mi cuarto. -dijo no muy conforme con la respuesta de su hermano.

Ritsu se fue a su habitacion y Shigeo suspiró con cansancio. Habia aceptado la ayuda de Teruki para poder conquistar a Tsubomi, pero aún no estaba seguro de que tan bien resultaría las cosas. Sabia que era muy malo hablando con las personas y aun más con las chicas, se ponía nervioso, tartamudeaba o hablaba de forma atropellada. En algunos casos se quedaba mudo y tieso, como hoy por ejemplo.

Llevo sus manos a su cabeza y revolvió sus negros cabellos de manera frustrada, en este momento se estaba arrepintiendo de haber aceptado la ayuda de Hanazawa, pero si se echaba para atras en este momento su amigo se sentiría mal.

-¿Qué te ocurre Shigeo? -preguntó Hoyuelo apareciendo a un costado del chico.

Habia estado observando el compartamiento de Kageyama durante un buen rato y llego a la conclusión de que algo ocurrió durante su ausencia.

-Solo me estoy cuestionando ciertas decisiones. -explicó el pelinegro.

El espíritu lo observo en silencio, pues conocía a Shigeo y sabia que por más que insitiera solo conseguiría respuestas simples de parte del menor.



¡Fin del capitulo 1!

Espero disfrutarán de su lectura, nos leemos pronto, bye!

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