Bajo la luz de la luna ( Parte 1)

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Compatible con lo canon

Sin spoilers del manga

Lemon

Annie esperaba paciente, como todas las noches desde hacía aproximadamente dos meses. En el interior del granero abandonado de la base. Proporcionando una falsa sensación de calor pese que, el lugar estaba lleno de grietas y desestructurado. Metió las manos en los bolsillos de su sudadera blanca cuando una poderosa ráfaga de viento se coló en el interior. Haciéndola temblar de frío por una décima de segundo. Se encogió sobre si misma, deslizándose sobre la madera en la que tenía apoyada su espalda, sentándose en el suelo frío, encogiendo las piernas y llevándolas a su pecho.

Sé sintió inquieta, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero podía deducir que mucho. Y él aún no aparecía... ¿Qué demonios estaba haciendo? Annie esperaba, por la salud física del chico que este no se hubiera quedado dormido. Y ella como imbécil, seguía esperándolo.

Miro sus rodillas soltando suspiro. Ni siquiera podía saber con claridad cuando fue que iniciaron sus reuniones clandestinas. No sabía cuando comenzó a tener estos "sentimientos" por él. Si es que los tenía, ella en serio creía que solo hacía esto por aburrimiento. Porque sus hormonas adolescentes necesitaban experimentar según que sensaciones. Podría haber escogido a cualquiera, pero Armin fue el imbécil que se vio interesado en ella... Si es que lo estaba en verdad, perfectamente podrían estar en las mismas y simplemente querer vivir un poco de su adolescencia.

Entonces... ¿Por qué se carcomía tanto la cabeza ahora que el rubio llevaba un rato sin aparecer? Annie suspiró moviendo la cabeza hacia un lado y al otro. Eran sus hormonas que les estaban jugando una mala jugada. Sus hormonas le hacían creer que tenía sentimientos que no debía tener, y no tenía.

Pasaba el tiempo y seguía encontrándose sola en ese lugar. Miro sus rodillas, ahora que lo pensaba con detenimiento había más de un millón de razones por las que Armin no iba a acudir a ese encuentro. Para empezar, no tenía nada destacable en su anatomía que pudiera atraer a un muchacho, su rostro era común y su nariz no hacía más que empeorarlo todo. Si tan solo tuviera la nariz de botón de él... Y de su personalidad ni hablemos. Era fría, distante, sin gracia, su persona consistía en existir. Nada destacable que pudiera atraer a alguien y menos a Armin, con lo inteligente que era, lo más seguro es que se percatase de que perdía el tiempo con alguien como ella.

Por mucho que solo fuese algo sin sentimientos.

Armin se merecía algo más. Algo muchísimo mejor que ella.

Justo en ese momento, levantó la cabeza y se levantó del suelo con disimuló, se escuchaban pasos acercándose a su ubicación. Sin pensarlo mucho, procurando hacer el mínimo ruido, se acercó a la puerta para encarar a cualquiera que viniera a revisar este sitio. Con suerte, la persona no la reconocería debido a la oscuridad de la noche y al hecho de que no había luna llena. Un rostro totalmente encapuchado se adentró en el granero y Annie simplemente actuó para después huir. Le propinó un puño veloz, con el fin de noquear a  la persona.

Fue cuando se escuchó un gritó, proveniente de un torrente de voz que ella conocía demasiado bien.

Enrojeció de la vergüenza.

— ¡Ay! Mierda Annie... — se quitó la capucha dejando a la vista, sus cabellos dorados que enmarcaban su rostro —, supongo que es la última vez que me meto con la capucha en el granero.

Annie rodó los ojos y no contestó. Armin supuso que esperaba una explicación de su parte de porque había tardado tanto.

— Te estarás preguntando porque tarde... Humh... ¿Esperaste por mucho?

— No, solo tengo el cuerpo entumecido porque se me ocurrió la maravillosa idea de tirarme al lago que tenemos en la base — replicó con sarcasmo.

— Lo siento de verdad, los chicos iniciaron una pelea y Shadis intervino y bueno... La bronca se prolongó.

A ella realmente no le importaba eso, intento hacérselo saber mediante el lenguaje corporal pero Armin en estos momentos estaba lejos mentalmente, recordando cosas que a ella no le interesaban.

Tal vez fue por la manera en la se despreció a si misma instantes antes, tal vez fue por la calidez que inundó su pecho cuando sus ojos océanicos se encontraron con los frívolos de ella. La cuestión es que no pudo resistirse. Agarró los laterales de su cárdigan y le dio un suave beso en los labios. Dejando a Armin un tanto descolocado. Normalmente solo se besaban durante el sexo, era muy raro que lo hicieran en otra circunstancia y las pocas veces que había sucedido había sido el propio Armin quien lo había iniciado.

Sonrió contra su boca, pensando en posibilidad de que Annie podría sentirse igual que él. Pensando en que a lo mejor sus sentimientos eran correspondidos. Abrazo a Annie, tratando de protegerla del frío, pese a que ella no lo sentía en estos momentos.

Armin acorraló a Annie en contra de la pared, ella en consecuencia le mordió el labio para profundizar más el beso. Sus lenguas comenzaron a moverse al mismo ritmo, uno acelerado e intenso. Era una guerra, una guerra que a Annie no le importaba perder, siempre y cuando fuera Armin quien la derrotase. Él enterró sus dedos en sus costados, por debajo de la ropa. Porcionandole cosquillas a Annie, en consecuencia no pudo reprimir una risa.

Un sonido tan extraño y que se sentía tan lejano a ella.

El rubio corto el beso. Le dedicó una sonrisa torcida llena de ternura que acabo por derretir su corazón de hielo por completo.

— Me gusta cuando te ríes, deberías hacerlo más a menudo.

— ¿Por qué?

— Te ves preciosa haciéndolo.

La pillo totalmente vulnerable, Annie sintió que podía llorar por lo que enterró el rostro en el hombro de él para poder contener las lágrimas. Se encontraba en una nube, una de la que no quería bajarse. Sentía que podía saltar al vacío cada vez que él y ella estaban a solas.

Decidió ignorar eso, ella no estaba aquí por ningún sentimiento especial, estaba allí porque era adolescente y quería vivir y disfrutar un poco de su vida, escoger algo ella misma por una vez, tener las riendas de su vida aunque fuera una sensación falsa. Ella solo quería calmar la humedad y los calambres de entre sus piernas. Y Armin era el idiota que había sido elegido por el azar.

Pudo haber sido cualquiera.

Capturó sus labios de nuevo, mientras comenzaba a desabotonar su camisa.

Pudo haber sido cualquiera.

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Tranquilos.

En el próximo one shot se viene lemon jajajaja.

Hasta otra Colosales.

Pequeñas Historias | Aruannie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora