Sanha jugaba con el anillo que estaba en su dedo, esperaba impaciente que su esposo trajera el vino que le prometió. Estaban en su habitación, luego de bailar en la fiesta por su boda, y ver como Rocky lloraba de felicidad por que EunWoo atrapó el ramo, decidieron que era momento de estar solos.
Al menor le gustaba, estar a solas con la persona que amas era un momento mágico. Por eso no dudo en sonreír al verlo entrar con un vino en manos, se había quitado la corbata y en saco, posiblemente antes de traer la botella.
Demoraste un poco. –Bin ríe al escuchar a su esposo. Toma con cuidado ambas copas de la mesita, sirviendo el liquido en cada uno.
Perdón por eso. –El pelinegro toma una de las copas, para luego beber un sorbo. Cariño. –Los ojos del menor se fijan en él. Estuve pensando, ahora que estamos casados, ¿no te arrepentirás? –Sanha alza una ceja, confundido sobre lo que el castaño dice, pero cree saber que pasa. Es cierto que él no tiene ni la mas grande idea de gobernar un reino, incluso puede que eso traiga consecuencias a su matrimonio teniendo en cuenta lo ocupado que puede estar su esposo.
Tal vez Bin tiene miedo de que él se aburra.
Binnie. –El menor toma ambas copas y las pone aun lado, para luego tomar con sus manos cada mejilla de su esposo. De lo único que me arrepiento es de haberme querido alejar de ti, sé que tienes responsabilidades por ser Rey, pero, eso no significa que te dejaré de amar.
Bin sonrió, el menor le había dicho justo lo que necesita oír para sentirse seguro.
Con cuidado besa los labios del pelinegro, siendo rápidamente correspondido por este. Los leves movimientos se fueron intensificando con el pasar de los minutos, Sanha había bajado sus manos a los hombros del otro, mientras Bin empujaba con cuidado a su esposo para que cayera de espalda sobre la cama.
Sanha. –La voz del castaño sonaba más rasposa, logrando hacer temblar al menor. Seré cuidadoso, lo prometo.
El pelinegro asintió levemente, dispuesto a que entregarse en cuerpo y alma a Bin. Los labios del castaño se posaron en el cuello de su esposo; dando pequeños besos a su paso, logrando sonrojar a Sanha. Las caricias no se hicieron faltar, las manos de Bin recorrían la cintura del menor, subiendo lentamente por su abdomen.
Hasta este punto. Sanha estaba excitado, sentía que su esposo estaba torturándolo para que ruegue, aunque estaba dispuesto a hacerlo si eso significaba que Bin iba a tomarlo por completo. Su corazón late desenfrenado, deseoso de que sus prendas sean despojadas y poder apreciarse por completo el uno al otro.
Las prendas caían una por una, Bin no dejaba de admirarlo; estaba fascinado con cada parte del menor.
B-Bin. –El menor tembló al sentir como el castaño le quitaba su ultima prenda. Es-estoy algo asustado.
Te dije que no te dañaría. –El mayor se aleja un poco y en un hábil movimiento sacó de la gaveta una frasco. Estuve investigando sobre esto, incluso Park me dio "la charla". –Bin abrió el envase, estaba un poco nervioso, no quería dañar a Sanha, lo que más odiaba era verlo así. Por ello, puso una cantidad razonable en cada uno de sus dedos
Dime si te duele, lo haremos a tu ritmo. –El menor asiente, mirando fijamente los dedos de su esposo. Lentamente el castaño metió uno de sus dedos, no lo movía, esperaba una respuesta de Sanha. Alza un poco la mirada, observando la leve mueca que tenía en sus labios.
Empezó a mover el dedo cuidadosamente, fascinado por los gestos que Sanha hacía por los roces, parece cómodo y eso esta bien. Luego de un momento metió un segundo dedo y así siguió hasta meter el tercero, el pelinegro no dejaba de gemir, aquellos dedos ya habían tocado su punto dulce y se encontraba delirando.
Bin sacó sus dedos, estaba seguro que con eso era suficiente para que su esposo este listo.
Acomoda tus pierna. –Sanha hace caso sin rechistar, en ese punto ya se encontraba a la merced de Bin.
El castaño se acomoda; nervioso se quita su bóxer, dejando su erección libre. Toma su miembro, dirigiéndolo hasta la entrada del menor. La punta rozó, logrando sacar gemidos de Sanha, el cual estaba demasiado sensible.
Un leve quejido se escapó de sus labios al sentir como Bin se adentraba en él. Aquella sensación era indescriptible, en cierta parte le dolía, pero sabía que iba a pasar.
El mayor esperaba la indicación de su esposo para continuar, buscaba la comodidad de Sanha ante todo. Al ver como movía sus caderas, supuso que ya estaba listo, por ello, empezó envistiendo lentamente. En un principio fue así, bajos movimientos, pero fueron aumentando, a tal punto que sentían que podían ver el cielo. Bin lo besó apasionadamente, degustando el sabor de la boca contraria, amaba con locura a Sanha.
Los gemidos se volvieron mas agudos al chocar sus cuerpos, era tanta excitación que estaba a punto de llegar a su límite. Bastaron unas embestidas para lograr que Sanha se viniera, seguido de Bin. Ambos se miraron mutuamente, admirando como se encontraban.
Cariño. –Bin se tiró al lado del menor, su vista perdida en el techo. Te amo.
Yo más. –El pelinegro sonrió débil, admirando a Bin.
Ambos habían tenido una de las mejores noches de su vida, y eso que aun les faltan muchas. Su vida de casados recién empieza, pero Sanha está seguro que todo saldrá bien, solo deben estar juntos.
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Príncipe Equivocado | BINSAN
FanfictionSanha solo es un simple ciudadano más, ¿Cómo es que terminó rodeado de lujos y un prometido? Pero a pesar de todo, ¿Me amas como soy? ...