18. Deseos profundos

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Estoy empezando a pensar que EunWoo es hetero. -Minhyuk le entrega al pelinegro un libro, la cual rápidamente toma. O sea, soy hermoso, mi madre siempre me lo ha dicho.

Si tú dice. –Sanha se pone sus lentes, mirando cada letra de ese libro. Pero no puedo ayudarte, tengo mis propios problemas.

El pálido mira las pilas de libros en la habitación, Sanha en toda la mañana ha estado leyendo, normalmente hace eso cuando está nervioso. Todo el fin de semana a intentado hablar con Bin y decirle la verdad, pero cada vez que esta cerca, alguien los interrumpe.

Lo peor de todo, es que solo le queda una semana antes de su boda.

Entiendo tu punto, pero tú tienes algo que yo no. –El pelinegro frunce el ceño, recibiendo una sonrisa burlona del mayor. Tu amorcito te puede dar amor por las noche.

¡Que no lo llames así! –El menor se ruboriza levemente. Bin y yo no pensamos en ese tipo de cosas, por lo menos hasta que nos casemos.

Si claro, son humanos Sanha, en algún momento ninguno de los dos se aguatará y...

Min, yo que tú me callo.

Ambos miran la entrada de la habitación, donde EunWoo los miraba con una ceja alzada. Rápidamente el pálido corre a abrazarlo, y para sorpresa de Sanha, ni siquiera lo alejó.

¿No lo alejas? –El rubio se encoje de hombros.

Si lo hago va a insistir, si lo hace me dará dolor de cabeza y la verdad es que es algo agradable. –El pálido frota su mejilla contra la del rubio. Bien, ahora sí es incómodo. –El menor ríe, por un momento, gracias a ellos se olvidó de sus problemas por el momento.

Bin y Sanha se encontraban solos, el menor leía cómodamente en su cama mientras el otro jugaba con los cabellos negros de este. Estaban muy tranquilos, y eso estaba poniendo nervioso a Sanha.

Tal vez esta era la oportunidad para por fin hablar, solo debía animarse y esperar el resultado. No sabe como reaccionará, menos sabe como decirlo, pero debía hacerlo ahora antes de que algo malo suceda.

Bin debo confesarte algo. –Cierra el libro, dejándolo a un lado. El castaño le mira, sin entender nada. Sabes que falta poco para casarnos.

Eso lo sé, no dejo de contar los días. –El menor se estremeció al sentir los brazos de su prometido alrededor de su cintura. ¿Qué pasa? –Sanha no podía pronunciar nada, tener contacto físico con él no era bueno para su pobre corazón. ¿Amor?

N-no es nada. –Sus mejillas estaban rosáceas, genial, Rocky tenía razón, no podía controlarse teniendo a la persona que ama a su lado. Binnie... Deja de hacer eso. –El mayor estaba apretando con un dedo la mejilla de Sanha, era tan lindo que no podía resistir jugar con él, mas aún cuando hacia tales gestos solo por ser cariñoso. Estaban metidos en su mundo, ni siquiera sabían cuanto tiempo llevaban así, menos saben cuando empezaron a besarse. Sanha sonreía con cada beso, le gustaba que el castaño fuera así de lindo con él.

Tan concentrados estaban, que ni siquiera se dieron cuenta cuando alguien abrió la puerta.

¡Tenemos un problema, San... -EunWoo rápidamente se tapa la cara, avergonzado por no tocar.

¿San? –Bin ladea la cabeza, mirando intrigado al menor.

Bu-bueno, es que suele llamarme por mi segundo nombre a veces, ya sabes sung ¿verdad, Woonie? -Aun sin ver el rubio asiente. Perdón Bin, pero ¿Podrías dejarnos solos un momento?

El castaño frunce el ceño no parecía muy convencido, pero, aun así besó la frente del menor y salió de la habitación. Cuando la puerta sonó, el rubio aleja sus manos de su rostro, encontrándose a Sanha mirándolo fijamente.

Perdón por eso, debí tocar, creo que Rocky me esta contagiando eso. –Sanha le sonríe levemente. Tenemos un problema.

¿Un problema? –El rubio asiente.

Recibí hace unos minutos un mensaje de JinWoo, uno de los guardias mas confiables de la reina y esposo de Myung Joon. –La mirada de EunWoo estaba mostrando tristeza, algo que estaba asustando al menor. Encontraron a Jisung, y lo están trayendo para acá.

Príncipe Equivocado | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora