Príncipe Equivocado | BINSAN

+Extra: Regalos & Sorpresas

¿Ya están todos aquí? –Bin ve a cada uno, pero frunce el ceño al no ver a Rocky. Por dios, ¿Dónde está Rocky?

Estoy aquí. –El nombrado entraba a la habitación, tenía una taza de café en la mano y la mirada cansada. ¿Por qué tan temprano? Ni siquiera son las seis.

Solo siéntate. –Ordena EunWoo.

Rocky frunce los labios, pero obedece sin rechistar, sentándose al lado de su novio.

Bin había reunido parte del personal y algunos amigos cercanos; para planear un evento para Sanha, ya que su cumpleaños estaba cerca.

Su lindo esposo seguía durmiendo, lo había dejado abrazando a Roa para que no se sintiera solo. Tenía planeado sorprenderlo, le gustaba mucho consentir al pelinegro, más aun si contaba con el apoyo de sus seres queridos.

Yo propongo comida, a ¿Quién no le gustaría celebrar su cumpleaños con un banquete? ¡Más aun si es gratis! –EunWoo rió al escuchar al pálido. Oye, si tienes una mejor idea dilo, yo soy su mejor amigo; sé lo que le gusta.

Pues yo fui su consejero por un buen tiempo, y creo que una comida es buena idea, pero no en exceso, ¿te imaginas como estará el día siguiente? –El pálido junta los labios pensativo, no había pensado en eso. Yo propongo uno de esos elegantes bailes, habrá comida y algo de diversión.

Obviamente lo de la comida va bien, pero te olvidas de algo. –Bin se cruza de brazos. A Sanha los bailes lo ponen nervioso, ¿No recuerdas el baile de la reina o la que hicimos para mi madre? –Los presentes asienten, el rey tenía un punto. Propongo algo no tan extremo, pero lindo a la vista, lo importante es que Sanha esté cómodo.

Todos se pusieron de acuerdo, lo importante era que Sanha nunca se olvide de ese gran día.

Sanha estaba confundido con la actitud de todos en el castillo, algunas doncellas le estuvieron preguntando su talla, MJ le llamó para saber si le gustaba algún dulce en especial y Rocky quiso llevarlo a un Sex shop, algo que obviamente no pasó, ya que ni loco iba a ir por esos lugares.

Pero lo que más le extrañaba, era que Bin le estaba guardando secretos. Lo sabía perfectamente, conoce a su esposo; no es bueno ocultando cosas cuando se trata de él.

Hannie. –El pelinegro mira a su esposo, el cual estaba a su lado en la cama de ambos. ¿Hay algo que siempre has querido?

¿Querer algo? –Frunce los labios, se remueve un poco entre los brazos del castaño, intentando buscar calor. La verdad no, estoy bien con solo tenerte a mi lado.

Bin sonríe levemente, ama demasiado a su lindo angelito. Con cuidado abraza la cintura del menor, ambos amaban estar así por las mañanas, sin ajetreos, sin tener que ver papeleo o alguna otra cosa. Solamente ellos y el amor que se transmiten.

Cuéntame algo de tu niñez. –Bin ve como los ojitos de Sanha brillan. ¿Si Binnie?

No hay mucho que contar, me la pasaba jugando con HyunWoo, a veces con mi madre o padre. –Una pequeña idea se le vino al mayor. ¿Y tú

Hannie?

Uhm, solía siempre estar en casa de Yoonie; ya que mi madre trabajaba mucho. –Sanha baja un poco la mirada. Ahora que lo pienso, ahora entiendo por qué no le gustaba estar en casa, no quería toparse con las noticias de mi padre.

Cariño. –El castaño alza una de sus manos, posándola en una de las mejillas del otro, para lograr que le mire. No te pongas triste, sabes que no soporto verte así, me duele.

Lo siento por eso, desde que Ji me dijo toda la historia; suelo pensar en las posibilidades. –Sanha le sonríe a su esposo. Pero el tenerte a mi lado me hace olvidar eso, es como... Oh. –Sanha se aleja un poco de Bin, lo miraba fijamente, como si buscara algo. Obviamente ese comportamiento extrañó a su esposo, pero no dijo nada, tenía curiosidad de las acciones que hacía.

Acabo de sentir un Deja vu, bueno, algo parecido. –El castaño ladea la cabeza, sin comprender nada. Es que me acordé de un peluche que tenía cuando era chiquito, mi madre me lo había comprado ya que no podíamos criar una mascota.

¿En serio? –El menor asiente. ¿Qué animal?

Un erizo, mi madre solía decir que era difícil conseguir uno ya que nuestros recursos no eran suficientes, por eso me dio un peluche de uno. –Bin acarició los cabellos pelinegros del menor, había encontrado justo lo que necesita.

¡Rocky, déjame ver! –Sanha intentaba quitarse aquella venda, no sabía donde estaban yendo y tenía miedo. Esto ¿Se puede considerar secuestro?

Sabes, me preguntaba lo mismo. –El pálido con cuidado le indica al menor que estaban bajando escaleras. Secuestrando al esposo del rey, suena a titulo de libro. Cuando por fin se detuvieron, Sanha podía escuchar algunas risitas y murmullos, también podía sentir el viento chocar contra su rostro. Rocky se alejó lentamente de allí, cambiando de lugar con Bin, el cual le quita la venda al menor.

Feliz cumpleaños cariño.

El menor mira el jardín sorprendido, allí estaban varios amigos suyos, los cuales estaban sonriéndole. Asombrado voltea hacia su esposo, el cual sostenía una pequeña cajita azul, adornado con un lazo dorado. Algo que llamó su atención; era que la cajita tenía agujeros.

Estuvimos planeando esto desde hace unos días, y por el brillo en tus ojos, asumo que te gustó. –El menor ríe bajo. Espero disfrutes este día, sabes que amo verte feliz. –Bin le extendió la cajita, la cual parecía moverse. Sanha quitó el listón dorado, luego la tapa de la cajita. Miró asombrado el contenido, una y otra vez, pensando que era una broma, pero el ver la sonrisa de su esposo, solo hizo que quisiera llorar de felicidad.

Es adorable. –Sanha mira enternecido al pequeño erizo que había en la cajita, nunca en su vida había visto uno en persona, y ahora tiene ganas llorar cual niño. Pasaron la tarde así, Sanha recibía regalos de cada uno de sus amigos e incluso vino Jisung y su madre. La mujer tenía un sobre en las manos, parecía muy alegre, y eso solo intrigaba más al pelinegro.

Jisung, reina Sung, que placer verlos aquí.

¿Creíste que iba a perderme el cumpleaños de mi hermano? –Sanha sonríe apenado. Tranquilo, lo suponía, estoy muy ajetreado remendando errores, pero igual vine.

Jisung asumió muy bien su cargo, te sorprenderías al ver como es ahora con el pueblo. –La mujer le entrega el sobre, el cual rápidamente toma Sanha. Sé que en un principio Jisung no hizo las cosas bien, pero intenta remendar si error de a poco, y este es solo un inicio. –Sanha abre el sobre, en el cual había una carta de parte de ellos y un documento con el sello real de la familia Sung. Detenidamente lee cada una de las palabras del documento, pero en un momento su expresión cambió a una de sorpresa.

Estuve pensando que fue muy injusto lo que hizo nuestro padre, debía hacer algo Sanha y esto es la mejor opción. –Jisung le sonrió. Oficialmente eres parte de nuestra familia, no podemos darte el apellido por que ya te casaste, pero ahora tienes el título de Príncipe e incluso los recursos que necesites cuando quieras visitarnos. –El menor no podía creer lo que estaba pasando, pero solo pudo abrazar a Jisung, su emoción era demasiado grande. Al final, todo el día Sanha la pasó alegre, era la primera vez que su cumpleaños se sintió tan cálido.

Hannie. -EunWoo se acercó al menor junto a dos personas. Quiero presentarte a mis padres, han venido de visita para conocer a Rocky, aunque él se fue corriendo antes de saludar.

No me sorprende. –Suspira, a veces no entiende como su mejor amigo puede ser así. Pero bueno, me alegra conocerlos señores Cha. –Ambos hombres le sonrieron, antes de irse junto a su hijo en busca de Rocky.

Bin. -El castaño lo mira. ¿Es posible que dos hombres puedan tener un hijo?

De hecho lo es, pero solo algunos, es como algo hereditario. Por ejemplo, Jisung lo tiene, por eso querían casarme con él. –Sanha mira sorprendido a su esposo.

Amor, ¿tú crees que yo lo tenga?, digo, sería lindo ¿No?

El castaño ríe, para luego revolver el cabello de su amado esposo.

Lo sería, no te lo niego, pero por ahora estamos bien así.

El menor asiente, tal vez no debería pensar en eso por el momento...

¿Fin?

Continuará...