🤍Capítulo 15🖤

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Quería escaparme, me aburría estar en el palacio. Siempre haciendo lo mismo. Les dije a las chicas que no me encontraba bien, me dejaron sola en la habitación pero sabía que vendrían a traerme algo, así que decidí hablar con Esperanza.

-Esperanza- la llamé ya que me había traído un vaso con zumo.

-Dígame, señorita ____.

-¿Me puedes hacer un favor?- asintió- no me encuentro mal, pero quiero salir del palacio, necesito salir- dije sentándome en la cama.

-Pero yo no- la interrumpí.

-Sé que no puedes pero hazlo por mi, solo será un día- junté las manos en forma de suplica- porfi- alargué la "i".

-Vale, pero si le pillan...

-No digas nada, asumiré las consecuencias- asintió desconfiada y se fue, seguramente se lo diga a las demás.

Me levanté y agarré un vestido que tenía guardado, cerré todas las cortinas y las puertas y me puse el vestido.

Me levanté y agarré un vestido que tenía guardado, cerré todas las cortinas y las puertas y me puse el vestido

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Me até el cabello con una pinza y me puse un pañuelo blanco también. Agarré unos zapatos planos y los llevé en la mano mientras bajaba por las escaleras del servicio. Llegué hasta la lavandería, visualicé una cesta de mimbre donde metí unas monedas y me puse los zapatos.

Abrí la pequeña puerta que daba a la calle y decidí ir al establo a por un caballo. El pueblo quedaba un poco lejos, no podría ir a pie.

Caminé por cada cubículo del establo buscando un caballo. Me paré en uno, ese era el caballo, el caballo negro que estuvo cuidando esa persona la última vez.

 Me paré en uno, ese era el caballo, el caballo negro que estuvo cuidando esa persona la última vez

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Le puse la montura y me subí con cuidado.

-Espero no caerme- dije haciendo que el caballo empezase a galopar.

Salí por un camino de flores. El caballo iba galopando lentamente, tampoco quería que corriese.

Un tiempo después llegué al pueblo. Dejé al caballo en un pequeño establo donde guardaban caballos.

-Tenga- le di 5 monedas al señor.

-Son solo 3, señorita- miró su mano y luego a mi.

-Pará usted- le cerré la mano y me fui sonriendo.

Puse la cesta en mi antebrazo e iba mirando las preciosas calles y puestos del pueblo.

-¡Pasen y compren una flor para esa persona especial!- gritó un señor mayor en un puesto de flores.

Me acerqué al él y miré todas las flores.

-¿Quiere comprarle una hermosa flor a esa persona?- me preguntó.

-No tengo a esa persona- carcajeé mirando al señor.

-De momento- dijo y se acercó un chico con un sombrero que el tapaba la parte de los ojos, solo tenía la nariz y boca a la vista- cómprele una flor a esa persona- está vez se lo dijo a ese chico.

-Todavía no la he conseguido- dijo el chico del gorro.

-Si le da esta hermosa flor seguro que la conquista y podrán ir juntos al baile de la princesa- le extendió una flor blanca preciosa.

-Al baile...- me miró pero no le veía bien. Me sonrojé un poco y me fui a un puesto de pan recién hecho.

-Mmmm que bien huele- dije llegando al puesto.

-¿Quiere probar un poco de nuestro pan?- asentí y me dio un trozo de un pan.

-Está delicioso- la señora del puesto me sonrió ampliamente- me llevo ese pan de allí y unas galletas- asintió y empezó a empaquetar todo con un papel fino.

-Serian 5 monedas, por favor- abrí la cesta y saqué 7 monedas y los dejé dentro de una cestita. Agarré las galletas y el pan y los metí en la cesta.

Caminé hasta una fuente en la cual me senté en el borde. Había niños correteando y unos perritos y gatitos persiguiéndoles. Metí la mano en la cesta y agarré una galleta y me di cuenta que también habían unas pequeñas flores dentro.

Se me acercó un gatito blanco con manchas negras y le acaricié. Después una niña rubia con un vestido violeta se acercó a acariciar al gatito, me miró mientras comía una galleta, sonreí y le di una.

-Toma, pero compártela con alguien- la rubia asintió y se fue dando saltitos.

La miré con ternura.

-¿El caballo negro es tuyo?- miré al chico que se sentó a mi lado.

-Si ¿porque?

-Yo cuido uno igual- alcé una ceja.

Me agarró de la mano y me llevo por un callejón con arcos. Llegamos hasta otra fuente que había escondido. La luz del sol entraba por un hueco del techo y hacía que el agua brillase. Unas enredaderas con flores salían de ventanas y acababan al ras del suelo.

-Que bonito...- dije mirando todo al rededor.

-Princesa- le miré e hizo una reverencia.

-Yo n-no - me interrumpió.

-Sé quien es desde el principio- sonreí de lado tímidamente.

-No se lo digas a nadie por favor- agarré su mano con las mias, algo en mi se movió.

-No le diré a nadie, princesa ____.

-Dime ____ solo- solté su mano, era cálida.

-Hecho- reí.

Saqué una galleta y se la ofrecí, la acepto y se la empezó a comer. Seguía sin saber su cara al completo.

-Tú eres el que cuida los caballos en el palacio ¿verdad?- dije jugando con el agua de la fuente.

-Si, espero que lo esté haciendo bien- sonrió, tenía una sonrisa perfecta.

-Están hermosos- con la luz del sol hacía que se viesen un poco más sus ojos.

Una canción lenta empezó a sonar en una de las casas, el chico se levantó y me extendió su mano, la acepté y apoyé mi mano en su hombro y la otra la entrelacé con la suya. Él puso su mano en mi cintura y empezamos a bailar. En ese momento éramos él y yo.

La música paró y nos quedamos en la misma posición. Nos íbamos acercando, haciendo que faltasen unos centímetros entre nosotros, hasta que, como si alguien me empujase, corté el espacio que quedaba.

El beso, ese beso era lento, haciendo que en mi algo recorriese e hiciese que se me erizase la piel. Nos separamos lentamente. Mis manos estaban apoyadas en su pecho y las subí hasta el sombrero que llevaba, se lo quité viendo su cara completa.

Al ver quién era junté mi frente con la suya y sonreí ampliamente. Sabía que era él. Él era el indicado para mi.

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-Axozer...- me senté de un salto y sonreí mientras decía el nombre.

Ese era el nombre de la persona misteriosa.

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Gracias por leer, espero que os haya gustado.
Se podría decir que zE bIeNeN coZiTaZ
Falta muy poco para el 1k de lecturas!!
🤍🖤

𝐌𝐢 𝐬𝐮𝐞𝐧̃𝐨 || 𝐀𝐱𝐨𝐳𝐞𝐫 𝐲 𝐭𝐮 {COMPLETADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora