Glamour: La Vida Secreta De Una Estrella

Capítulo 40.

—Entonces, ¿Qué hacemos ahora? —Christian me mira, luego a los otros hombres reunidos en mi sala.

Ya que ellos solo están aquí para escuchar los cambios, tomo la palabra.

—Bueno, primero debo poner este departamento en venta porque ya no voy a regresar. Si lo vendo y vendo también el de Escala, podríamos comprar una casa.

Las cejas de mi chico se fruncen como siempre que hablamos de dinero, seguramente imaginándose los costos de todo esto.

—¿Una casa? —balbucea Luke.

—Si. Necesitamos espacio para dos bebés, y aunque amo este lugar, no es el indicado para una familia.

Estiro el brazo para tomar la mano de Christian y que sepa que hacemos esto juntos. Estoy pensando en nuestra familia, no solo en mi.

—Llamaré a la agente de bienes raíces para que se encargue de esto. —dice Trevor—. ¿Qué debe llevarse la mudanza?

Oh.

—Solo mis objetos personales, no tiene sentido llevarme los muebles. Deja que la vendedora ofrezca el departamento como está. —echo un vistazo a las pocas cosas mías que quedaron aquí después de mudarme a Georgia para tener a Ray—. Sobre ustedes... Tendrán qué decidir si se quedan o nos acompañan.

Trev y Jimmy bajan la mirada. Permanezco en silencio para que ellos puedan pensarlo, pero el tonto Luke frunce las cejas antes de quejarse.

—¿Por qué no me estás preguntando a mi?

Pongo los ojos en blanco, haciendo reír a Jimmy y a Trevor.

—Porque sé que vendrás conmigo, princesa. Soy lo más emocionante en tu vida.

Christian sigue mirando de uno al otro, sin integrarse aún a la dinámica de estos chicos.

—Yo no creo que sea posible —Barry Trevor es el primero en negar—. Dudo que Lisa quiera seguirme y quiero quedarme con ella.

—Lo entiendo. —De verdad lo hago. Su hija y su ex novia viven aquí, y le cuesta mucho alejarse de ellas como cuando estuvo con nosotros en Seattle—. Recibirás tu pago y una compensación.

Es lo menos que puedo hacer por él. Me dirijo entonces a Jimmy, que le lanza una mirada a Luke. Sawyer finge no darse cuenta porque está sosteniendo el biberón de Ray.

—Yo también estoy fuera, jefa. —se pasa la mano por el cabello corto que ya comienza a crecer.

No tiene que decir más.

—Está bien, gracias a ambos. Y recuerden que siempre serán bienvenidos si desean visitarnos.

Ambos asienten, pero como siempre Luke interrumpe.

—En caso de que quieras saberlo, banana, si nos vamos a mudar permanentemente tengo qué vender mi departamento.

—Hazlo.

—Y voy a vivir contigo mientras consigo una casa, lo sabes ¿Verdad?

Agh.

—Si, Luke. Lo sé.

—Pero... —balbucea Christian, al fin participando en la conversación—. ¿Quieres una casa cercana a tus padres?

De hecho...

Tomo su mano y le sonrío, llevándolo a la cocina para que podamos hablar. Sé que los otros pueden escuchar, pero quiero tener la atención de mi chico un momento.

—¿Dónde te gustaría vivir? —le pregunto.

Lo veo presionar los labios con fuerza, luego asiente.

—Donde estés tú, ahí quiero estar.

Aww.

Lo amo.

Y es justo la respuesta que esperaba escuchar.

—Me alegra que lo digas Christian, porque me gustaría volver a Seattle. —sus cejas se arquean en sorpresa, igual que las de Luke—. El poco tiempo que estuve ahí me gustó, y quisiera tener la oportunidad de conocer la ciudad.

Su sonrisa es enorme, no se borra incluso cuando se acerca para besarme.

—¿Lo dices en serio?

Vaya que el chico es incrédulo.

—Si. Vamos a comprar una casa en Seattle y tengamos ahí a nuestra familia.

Me besa de nuevo, sujetando mis mejillas para que no me aleje. Y no lo haría, pero hay tres hombres en la sala mirándonos.

—Entonces está dicho, nos mudamos a Seattle. —me aparto de Christian para mirarlos a todos—. Volvamos a Georgia, empaquemos el resto de nuestras cosas y consigamos nuestra casa.

Todos lucen felices, incluso yo. No creí que podría renunciar a mi vida de lujo en Nueva York, pero la idea de criar a mis hijos en un ambiente más seguro me motiva mucho. Y puedo tener aquello que siempre quise con mi chico.

Una vida normal.

O lo más normal que se pueda estando con un millonario en ascenso.

Al día siguiente, cuando solo cuatro de nosotros aborda el jet de vuelta a Savannah, suspiro de alivio. Mi vida por fin es de la forma en que quiero, no más presiones y estrés de pretender que soy alguien que ya no soy.

Ray está acomodado en su portabebé, arrullado por el movimiento del Jet con Sawyer babeando de sueño a su lado. Christian se levanta de su asiento y se acerca para sentarse junto a mi.

—¿No puedes dormir? —pregunto lo primero que se me ocurre.

—Es difícil hacerlo cuando estás tan emocionado —sonríe.

—Lo sé.

Ahora es él quien entrelaza nuestros dedos.

—Ana... —suspira mirando nuestras manos juntas—. Cásate conmigo.

—¿Qué? —pregunto con una pequeña sonrisa.

—Cásate conmigo —repite—. Sé que somos jóvenes y que hay mucho que nos falta por conocer del otro, pero sé que quiero estar contigo y nuestros hijos.

Hijos. Dos. Pronto.

—Sí. —por supuesto que quiero casarme con Christian.

—Aún no tengo tu anillo, pero es la primera cosa que haré cuando el jet aterrice. Lo prometo.

—Bien.

Uso la mano libre para acercar su cabeza a mi y besarlo, feliz de estar con mi chico y sabiendo que pronto tendremos nuestro propio hogar.

—No puedo esperar más para comenzar esta nueva vida.

~ • ~

Siguiente capítulo es el final, por fin llegamos a él 🤭

Gracias por leer y acompañarme hasta acá. Hoy cumplo otro año dentro de la plataforma, tres años bastante productivos si me lo preguntan 😅.

Me he tomado un tiempito para actualizar mis respaldos y preparar las dos siguientes historias que comenzarán en octubre. Tendrán noticias antes para que puedan agregarlas en sus bibliotecas.

Como siempre, gracias de corazón por la oportunidad de leerme, por todos sus bonitos comentarios y sus votos. Con mucho gusto sigo compartiendo historias para ustedes.

Les mando un abrazo, cuídense mucho 💜.