Unos minutos después, el hermano de Christian aparece muy sonriente por la puerta seguido de Luke, con el ceño fruncido.
—¡Elliot! —la señora Grey se apresura a revisarlo. —¿Estás bien? ¿Qué te hicieron?
—Nada, mamá. —se sacude la ropa polvorienta.
—¿Qué les dijiste? —gruñe el chico de los ojos grises a su hermano.
—No saben quién soy, relájate. Les dije que era el jardinero y que quería saber a qué se debía el alboroto. —Sonríe y me señala. —¡Cuñada Rose Ana! ¡Sabía que eras famosa!
¿Cuñada?
—No se llama... —Christian se ve interrumpido cuando su hermano lo empuja para venir a abrazarme.
—¡Dame un abrazo! —carajo. Me levanta en sus brazos y me sacude un poco con todo y mi bebé.
—¡Elliot! —Grace, Carrick y Christian le gritan para que nos baje.
—Ya, ya, lo siento. —Mis pies tocan el piso y levanta las manos. —No toco de nuevo a Rose Ana.
—Mi nombre es Anastasia, pero todos me llaman Ana.
El único que gira para mirarme es Christian, el resto de los Grey parecen aún exaltados por la situación extraña afuera de su casa.
—¿Prefieres que te llame Ana? —susurra cuando se acerca. —Mucho gusto Ana, soy Christian, el papá de tu bebé.
Mis mejillas se tornan rojas por el tono bajo de su voz y él sonríe satisfecho, no sé si pretende confundirme o está recordando el beso que nos dimos en el departamento.
—Creo que por ahora, lo mejor para ustedes dos es que se queden aquí conmigo, —él toma al pequeño Ray en sus manos. —Y como dice el guardaespaldas de Ana, nadie va a mencionar una sola palabra de mi hijo.
—Pero... Se van a dar cuenta pronto. —Grace añade. —No podemos mantenerlo oculto para siempre.
—¿Papá? ¿Podemos evitarlo? —Todos miramos al señor Grey, que luce confundido.
—Recuerdo que existe una ley de protección infantil, déjenme revisar y tal vez solicitar una orden de restricción para los fotógrafos.
Todo esto es un caos y apenas es el primer día en la vida de los Grey, recordándome por qué quería tan desesperadamente ser una chica normal.
Mierda, ¿Qué más podría salir mal?
La ruidosa conversación de los Grey se detiene cuando el timbre suena, todas las miradas puestas en la puerta que Elliot abre.
—Hola, ¿Está Christian? —una vocecita lo llama.
—¿Eh? Si... —se aparta para dejarla entrar. —Christian, tu n... Otra chica pregunta por ti.
¿Su qué?
Mi ceño se frunce inmediatamente y cruzo los brazos sobre mi pecho para mirar a la intrusa rubia que busca a mi Christian.
—¿Elena? ¿Qué haces aquí?
La chica se acerca a él y a Ray, con los ojos muy abiertos al notar el parecido entre ambos.
—¡Tienes un bebé! —chilla.
—Así es, —me detengo a su lado tratando de darle un medio abrazo a mis chicos. —Soy Ana, ¿Quién eres tú?
—Elena. —me mira de arriba a abajo, poniéndome en alerta y a mi diva interior.
—No me suena, Christian nunca te ha mencionado. ¿Eres vecina o algo así? —arqueo una ceja en desafío.
—No, —se ríe la tonta. —Soy su mejor amiga, y él tampoco me dijo que tenía una novia... O un bebé. —deja de mirarme para dirigirse a él. —¿Algo que quieras decirme, querido Chris?
¿Querido Chris?
¡Esa bruja no está llevándose al papá de mi bebé lejos de nosotros!
—Yo... —lo interrumpo para responder a la rubia.
—Solo lo sabían nuestras familias y las personas más cercanas, ¿Cierto, cariño? —apoyo la cabeza en su brazo. —Esperábamos dar la noticia después después de la mudanza.
—¿Te mudas? —ella me ignora, mirando a Christian.
Él dice no cuando yo digo si, luego me mira y responde.
—Ana se muda con nosotros.
—Asi es, estaré aquí todo el tiempo para que seamos una familia, ¿No es eso lindo?
Antes de que la rubia pueda replicar, Grace la toma del brazo y la atrae hacia el sofá para que se siente ahí con ella. Justo ahora puedo ver a Luke haciéndome señas para que me calle.
Niego levemente con la cabeza y sus ojos se entrecierran. Idiota. ¡Bien, lo admito! Quiero a Christian para mí y la chica rubia parece demasiado interesada. Acabo de conocerla y ya no la soporto.
Dejo ir a mis chicos porque Ray comienza a sentirse incómodo con el ruido, necesitando un poco de silencio y descanso. Y una niñera y un guardaespaldas que trabajen 24/7.
—¿Ana? ¿Quieres descansar un poco? —Christian señala las escaleras con la cabeza. —Cuidaré a Ray para que duermas un poco.
—Gracias. —beso su mejilla y me alejo hasta mi habitación temporal en casa de los Grey.
Esperaba tomarme las cosas con calma y conocer al papá de mi bebé, pero esta intromisión podría acelerar bastante las cosas. Con eso en mente, me acurruco en la cama para dormir.
El sollozo de Ray a lo lejos me hace reaccionar del pesado sueño, la voz de Christian intenta calmarlo pero mi hijo llora más fuerte.
—Lo tengo, —balbuceo, sentándome en la cama. —Estoy despierta.
—No lo estás. —se ríe.
—Lo estaré pronto.
Vuelve a reír.
—Es media noche, Ana. Vuelve a dormir mientras le cambio el pañal.
¿Dormir? ¿Media noche?
—¿Ah? ¿Me perdí la cena?
—Estabas muy cansada, —limpia la piel de Ray con una toallita. —¿Quieres que te traiga algo de la cocina?
—No. —me siento en el borde para mirarlo, las ideas aún dando vueltas en mi cabeza. —Deberías venir a vivir al departamento con nosotros.
Silencio.
—No creo que debería hacer eso, mucho menos ahora que sé quién eres.
—¿Por qué? —chillo. —¿Que hay de malo en que sea actriz?
Suspira mientras pone talco en el pañal.
—Las personas podrían pensar que estoy contigo por interés, y no es así. Me he esforzado mucho por convencer a mi familia que puedo lograrlo yo solo, y si acepto vivir contigo en ese departamento, las personas pensarán que soy un oportunista.
—¡¿Y a quien le importa lo que piensen las personas?! ¡A mí no!
—¿Y por qué escondiste tu embarazo? —me cuestiona.
—Porque quería ser una chica normal, con problemas normales, ya lo había dicho. —me siento de nuevo en la cama, sintiéndome derrotada. —Pero no te preocupes, se acabó.
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Glamour: La Vida Secreta De Una Estrella
FanfictionSer una actriz reconocida, ganar millones y estar rodeada de hombres es el sueño de muchas mujeres... Pero no el mío. Yo quiero ser libre. ¿Cómo serlo cuando los paparazzis me siguen a todos lados? ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los p...