¿En qué problema me metí?
La señora Grace no puede apartar la mirada del pequeño bebé en sus brazos mientras Christian la observa desde su silla con preocupación.
A su lado, su hermanita de 13 años me mira fijamente sin creerse mi cuento de la humilde chica de Georgia que apareció en su casa.
—Entonces, Rose... —Mi nombre sale forzado de sus labios—. ¿Ese es tu nombre real?
—Si.
Eso es una verdad a medias.
—Te pareces mucho a esa actriz que sale en...
—Si, —La interrumpo—. Me han dicho que me parezco mucho, ¿Crees qu debería postularme para ser su doble?
Sus ojos se entrecierran sin parpadear. Carajo, ¿Qué está mal con esta chica?
—Tal vez deberías, eres igualita a ella. Estoy segura que tengo una revista por aquí que podríamos usar para comparar.
—Por supuesto. —... Que no, si puedo evitarlo.
Finalmente el padre de Christian atraviesa la puerta de entrada, sus pasos se escuchan en la sala antes de asomar al comedor.
—Mía, ¿Vas a salir?
—No. —Ella deja de mirarme.
—¿Entonces por qué hay un hombre ahí afuera en un auto? —Su vista pasa a su esposa, que sigue en shock sosteniendo a mi bebé—. ¿Qué está pasando aquí?
—Papa, —Christian se pone de pie—. te presento a Rose Wilks y a Ray, su hijo.
Nuestro.
El señor Grey me mira y asiente con una gran sonrisa, su confusión evidente porque su esposa sigue inmóvil en la silla mirando al bebé.
—Tambien es mi hijo.
Igual que Grace, el padre de Christian abre los ojos con sorpresa y mira a su hijo.
—¿Qué carajo, Christian?
—Papá, puedo explicarlo.
—Debería explicarlo ahora Rose, ¿No lo creen? —Mía me señala—. Me encantaría escuchar su versión de la historia.
Mierda.
—Me temo que no hay otra versión, solo una. Conocí a Christian en un viaje que hice a California.
—¿Al que fuiste el año pasado? —El Señor Grey mira a su hijo.
—Si, papá. Ese. Nosotros... Nos conocimos y nos gustamos, así que...
Puedo sentir la incomodidad en el ambiente mientras los pensamientos llenan los espacios en blanco.
—¿Exactamente en qué fecha fue eso? —Pregunta Mía.
—¿Para qué quieres saber? —Gruñe su hermano.
—Podría comparar las fechas con algunos artículos de revistas.
Maldita chica.
—¡Mía! Deja ya las estupideces, déjame hablar con papá y mamá a solas.
Se levanta de la silla con un puchero y espero a escuchar los pasos por las escaleras, pero ella se mueve a otro lugar en la planta baja.
—De todas formas, ¿Quién es el hombre esperando en el auto? —Chilla desde la sala.
Mierda.
—Aléjate de la ventana, Mía. —El señor Grey sale del comedor y aprovecho la distracción para enviar un texto.
*¡Largo! ¡Vuelve al Fairmont!*
*Negativo. Vigilaré el perímetro.*
Evito poner los ojos en blanco.
*Este es un barrio elegante, la familia de Christian está llamando a la policía porque creen que eres un acosador... ¡Largo!*
Al tonto le toma un par de segundos elaborar una respuesta.
*Mierda, banana. No dejaré que me arresten por tu culpa, pero llámame si necesitas algo.*
Escucho el motor del auto poniéndose en marcha, suspirando de alivio... Hasta que me doy cuenta que los ojos grises del padre de mi hijo están fijos en mi.
—¿Es tu novio?
¿Qué?
Antes de que pueda responder, los pasos de Mía golpeando la escalera me indican que ella está realmente molesta con su padre, que aparece de nuevo en el comedor.
—Bien, ¿En qué estábamos?
Exhalo con calma manteniendo mi atención en Christian y su madre, que sigue mirando a Ray con fascinación.
—Christian tiene un bebé. —Susurra la señora Grey—. Somos abuelos, Carri.
El señor Grey palidece un momento, luego hace un gesto hacia su hijo.
—Ven conmigo al estudio, ahora.
—Pero llevaré a Rose a...
—Ahora, Christian. Tu madre puede ayudar a tu... A Rose a instalarse en la habitación de invitados.
Christian me mira y luego a su padre cuando asiente, dejándome ahí sola con su madre.
—¿Señora Grey? —Toco su hombro para que reaccione, un poco asustada de su actitud—. ¿Puedo llevar a Ray a la habitación?
—Claro que si, cariño. —Balcucea hacia el bebé.
Finalmente se pone de pie y la sigo por la escalera llevando solo la pañalera y mi suéter hasta la primera habitación del pasillo. Deposita a Ray en la amplia cama y se sienta a su lado.
—Entiendo que es una sorpresa difícil de asimilar.
Grace me mira y sonríe.
—Lo es, sobre todo cuando se parece tanto a Christian, no hay duda de que es su padre.
—Lamento no haberles dicho antes... —Pero estaba demasiado ocupada escondiendo a mi hijo de los paparazzis y del acoso.
—¿Qué opinan tus padres de esto? ¿Están de acuerdo en que te mudes a Seattle?
¿Qué?
—¿Mudarme?
—Si, para que pueda crecer con ambos en sus vidas. Georgia no está a la vuelta de la esquina y Christian está atendiendo algunos negocios aquí en Seattle, ¿Puedes vivir aquí?
Carajo.
—Supongo que si.
Si vendo mi departamento de Nueva York y compro uno aquí, convertir a Seattle en mi hogar y volar solo para los compromisos esenciales.
—Puedes quedarte aquí, esta habitación será para ustedes dos y todos ayudaremos a cuidar a Ray. —Ella acaricia su manita—. ¿Eras estudiante o tenías un empleo?
En realidad...
—En este momento solo me hago cargo de mi hijo, mis padres me ayudan a cuidarlo y...
—A mantenerlo, entiendo. Nosotros también podemos hacer eso, no tendrás que trabajar a menos que lo desees.
—Gracias, señora Grey.
—Te dejaré ahora para que descanses mientras echo un vistazo a Carrick y Christian.
Gracias Dios.
No sé qué es peor. El shock en Grace, la decepción en el señor Grey o la odiosa curiosidad de la hermanita de Christian. ¿Qué más podría salir mal?
—¿Ho...hola? Extraña mujer con bebé. —Un hombre rubio se detiene en mi puerta abierta—. ¿Quién eres?
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Glamour: La Vida Secreta De Una Estrella
FanfictionSer una actriz reconocida, ganar millones y estar rodeada de hombres es el sueño de muchas mujeres... Pero no el mío. Yo quiero ser libre. ¿Cómo serlo cuando los paparazzis me siguen a todos lados? ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los p...