ROSÉ

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POV ROSÉ

Para el día siguiente, me he convencido, como siempre, de que ella se lo merecía. Lisa actuó como una perra. ¿Diciendo esa mierda sobre cómo podría usar a un hermano ahora que tenía uno menos? Qué jodida cerda.

Cuando su madre se ahorcó dos meses después de la muerte de su padre, ¿alguna vez mencioné eso? ¿Alguna vez lo usé contra ella? Lo que le hago ni siquiera se acerca a lo desagradable que fue ese comentario de ayer.

Y luego tuvo el puto descaro de llorar.

Sacando de la guantera la multa de estacionamiento que obtuve hace un año, salgo de mi auto, cargando mi bolso y deslizo la boleta debajo del limpiaparabrisas antes de cerrar la puerta.

Salto a la acera, ignorando el letrero que dice que no se puede estacionar después de las cuatro. Mi teléfono suena, lo saco de mi bolso y veo el nombre de Loren en la pantalla.

-¿Dónde estás? -pregunta sin un hola.

-Recogiendo mi monstruosidad debutante.

-Aw, estarás hermosa.

Me río en voz baja.

-Quizás debajo.

-¿Eso es una provocación?

-Un desafío -respondo, deteniéndome en la puerta de Lavinia's-. Una caja de puros cubanos dice que no puedes hacer que me corra la noche del baile.

Se queda en silencio y yo espero con la mano en la puerta. ¿Fue demasiado atrevido?

Luego, finalmente pregunta:

-¿Verdaderos cubanos?

Sonrío. A pesar de que mis sentimientos por Loren son complicados, él sabe jugar.

-Solo son ilegales para la gente pobre -le digo. Abro la puerta y entro.

-Y si ganas, ¿qué quieres? -pregunta.

-Una caja de puros cubanos.

Se le escapa un bufido.

Entro a la tienda, los candelabros de cristal resplandecen en lo alto, e inmediatamente echo un vistazo alrededor de mí, sin verla. No estoy segura si me siento aliviada o decepcionada.

-No puedo esperar a verte con el vestido -dice.

-Bueno, tendrás que hacerlo, desafortunadamente. -Suspiro, no veo a nadie en el mostrador-. Nos vemos en la escuela mañana.

-Adiós.

Cuelgo, deslizo mi teléfono en mi bolso, y estoy a punto de llamar a Lavinia, pero ella aparece viniendo del cuarto trasero; su lápiz labial luce berenjena contra su vestido púrpura.

-Buenos días -canto.

-¡Rosé! -Levanta la mano como para detenerme-. Quiero que te pruebes tu vestido antes que te lo lleves, ¿de acuerdo? Solo para estar segura.

¿Tengo que hacerlo? Esperaba poder usar esa maldita cosa solo una vez más. En la noche de baile.

-Está en el camerino -dice-. ¿Tienes tiempo?
-Yo... -Pero no puedo pensar lo suficientemente rápido-. Seguro.

La sigo al camerino, dejo caer mi bolso y cierro la cortina después que ella se va.

No tengo mi ropa interior, el sostén adecuado o algo así, así que esta mierda no me quedará como se supone.

Lo que podría funcionar a mi favor si Lavinia no se da cuenta y el vestido no está listo a tiempo. Podría pedir prestado el vestido de tirantes de mi madre, un Balenciaga plateado, en su lugar. En una crisis, no me hará llorar diciendo que no.

My first love (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora