ROSÉ

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POV ROSÉ

Me detengo frente a la casa de Mimi, estacionándome justo detrás del Rover de mi madre. Reviso mi teléfono antes de salir del auto.

Lisa nunca me respondió.

De todos modos, era una pregunta retórica. No creo ni por un segundo que ella quiera que me detenga. Es capaz de alejarse cuando quiera. Lo ha probado.

Quiero darle todo lo que se merece y lo haré. Se acerca el baile de graduación. Casi el final del año escolar. Después del baile de debutantes. Cerca de la graduación.

Entonces me enfrentaré a todo. Supongo que pensé que esto sería más fácil. Pensé que era solo sexo. No esperaba... no querer alejarme nunca.

Escribo un mensaje de texto.

Envíame una foto.

Espero, una brisa fresca barriendo los árboles mientras el sol comienza a ponerse. Me había quedado en la escuela, sabiendo que Lisa iba a ensayar hoy y luego tenía que cuidar a su sobrino, e hice mi tarea en la biblioteca, matando el tiempo antes de mi reunión semanal con Mimi.

Su respuesta llega y hago clic en la imagen que envía.

Un plato de pasta con salsa blanca, alcachofas y pollo.

Pongo los ojos en blanco. ¿De tu cara, por favor?

Unos segundos después, veo sus hermosos labios, un leve rubor rojo, fruncidos a la cámara junto a un bocado de pasta.

Sonrío. Ella debe estar cenando. Esa boca será mía en diez horas, digo.

Habré terminado con mi pasta para entonces, me asegura. Porque ella y yo estamos teniendo una completa relación sin ti en este momento.

Le envío un sticker debun corazón y me dirijo a la casa de mi abuela.

-¿Mimi? -grito, dejo mi bolso y me enderezo el chaleco y el polo debajo-. Estoy aquí.

Nadie responde y me muevo por la sala, el estudio y el comedor, mirando.

-¿Mamá? -digo en voz alta.

Veo movimiento afuera y camino por el solárium, hacia el patio de afuera.

-Esa nunca ha sido una opción -dice Mimi.

Me detengo, moviéndome hacia un lado, detrás de un helecho. Mi mamá y mi abuela se sientan en la mesa del patio al otro lado del vidrio, la puerta abierta a mi lado permite que sus voces entren.

-Mi familia es miserable -le dice mamá.

-Entonces, arréglalo. Por el amor de Dios, no estoy en contra del divorcio cuando mejora la situación de una mujer -responde Mimi-, pero dejar a Jefferson Park y dejar que otra mujer gane... ¿Cómo podrías vivir contigo misma? ¿Qué le estás enseñando a Rosé?

-¿Que tal vez debería saber cuándo marcharse?

-Un divorcio es fracasar -dice Mimi-, y ambos son mejores que eso. Y no actúes como si aún no lo amaras.

¿Un divorcio? Me quedo ahí, inmóvil. De hecho, mi madre está considerando el divorcio. Pensé que tal vez tendrían una separación de prueba después de graduarme, pero... ¿Ya han comenzado el proceso?

-¿Y cuando mi padre te engañó? -le pregunta mamá-. ¿Todavía crees que ganaste algo?

-Oh, cariño. -Mimi toma su vaso de limonada, el azul prístino de la piscina en el patio más allá-. Sabía exactamente en lo que me estaba metiendo. Y sabía exactamente lo que obtendría a cambio. -Toma un trago y vuelve a dejar el vaso-. Algunos días eran casi insoportables, pero yo sigo aquí y esas mujeres no.

My first love (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora