My first love (Chaelisa)

LISA

POV LISA.

La lluvia cae, los truenos crujen en el cielo, y mi mirada se dirige a la ventana, viendo cómo las gotas golpean los cristales. Las sombras danzan por el techo, y me tumbo en la cama, con el teléfono en la mano, y contemplo la posibilidad de arrastrar el culo de Trace fuera de la cama para que me recoja.

Las lágrimas cuelgan de las esquinas de mis ojos. No debería doler. Estoy acostumbrada a que me vean de otra manera, ¿no? Cierro los ojos, con la barbilla temblando.

Las chicas se han dormido fácilmente, pero yo no he dormido en toda la noche. Estoy lista para volver a casa. Respiro, el pecho me tiembla, luchando por permanecer en silencio.

Pero entonces, la cama se hunde detrás de mí, la sábana se mueve y un cuerpo se aprieta contra mi espalda, los brazos se deslizan alrededor de mi cintura.

El aroma de Rosé me envuelve y abro los ojos para ver que ya no está en la otra cama con Jennie y Nayeon. Me abraza con fuerza.

-Deja que me vaya -apenas susurro.

-No puedo.

Su aliento me acaricia la oreja, y no tengo energía para luchar contra ella. Las lágrimas caen y me quedo tumbada, dejando que moldee su cuerpo contra el mío, abrazándome más fuerte mientras entierra su nariz en mi cabello.

-¿Crees que quiero que sea tan duro? -murmuro en el silencio para que Jennie y Nayeon no escuchen-. No es una elección, ¿sabes?

Ella guarda silencio y yo miro fijamente a las otras dos que duermen.

-A veces he intentado no sentirlo -digo-. Intentaba forzarme a emocionarme con un chico y a ignorar la forma en que mi corazón latía más rápido cuando...

Pero me detengo, sabiendo que ha captado la idea.

No sé por qué le cuento esto. No es que necesite que lo entienda, porque hay muchos otros en el mundo que lo harán.

Pero por alguna razón, no puedo dejar de hablar.

-Pero yo no era así -le digo-. Veía mujeres por todas partes. Eran todo lo que veía. No me fijaba en los hombres de la misma manera. Cómo caminaban o reían o bailaban. Nunca pude imaginarme en los brazos de un hombre. -Me doy la vuelta en sus brazos y la miro en la oscuridad-. Todo lo que soñaba era que alguien me deseara. Quería mirar en clase y ver a una chica mirándome como yo la miraba a ella. Que alguien me tocara los dedos y me tomara la mano o me pasara los apuntes en clase. Quería que alguien se enamorara de mí, alguien con un cuerpo suave y un cabello suave. Todos los demás tienen eso. Todas las putas películas y canciones de amor, y... -Me ahogo en un sollozo, forzándolo a bajar-. Me sentí tan sola, y después de un tiempo, me enfadé.

Había otros gays en Marymount. Las probabilidades de que no estuviera sola estaban a mi favor, pero nadie saldría del armario en una ciudad tan pequeña.

Excepto yo. Ya era una extraña, por mi procedencia, así que ¿por qué ocultar algo más como si eso fuera a ayudar?

-A veces me cuelo en Wind House -susurra.

Parpadeo. ¿La funeraria?

-¿Por qué? -pregunto.

Se queda callada un momento y luego dice:

-Para mirar, al principio.

Los truenos se suceden, la lluvia se hace más fuerte en las ventanas, y los dos nos tumbamos de lado, ojo con ojo.

-Cuando Henry... -Traga saliva-. Cuando murió, mis padres llamaron a la funeraria para decirles en qué hospital debían recogerlo -me dice, manteniendo la voz entre nosotros-. Mi madre estaba destrozada, y la señora Gates le tomó la mano y le dijo: "Tendré mucho cuidado con él".