LISA POV.
Me despierto de un salto, parpadeando en la oscuridad.
Solo toma unos cuantos segundos, pero registro el inmenso dosel blanco encima, el frío aire acondicionado, y la esencia de Rosé por todas partes.
Su habitación. Rosé está pegada a mi cuerpo, más encima de mí que nada, nuestra piel desnuda presionándose y su cabeza descansando sobre mi hombro. Nuestras piernas enredadas, y bajo la mirada a su rostro, sintiendo su respiración sobre mi barbilla.
Como que tengo que ir al baño, pero no quiero moverla. Mis brazos se aprietan a su alrededor y rozo ligeramente mis dedos por su suave espalda.
Dios, su cama se siente como una nube. Podría acostumbrarme a esto.
-¡Estás ebria! -grita un hombre en alguna parte del pasillo.
Me congelo, agudizando mis oídos. ¿Rosé cerró su puerta?
-Baja tu voz -espeta una mujer.
Le echo un vistazo al reloj,
leyendo 1:08 a. m., e intento estar tan quieta como es posible. Debería salir de aquí antes de que sus padres me encuentren.-¿Siquiera está en casa? -pregunta el hombre, el papá de Rosé, supongo-. ¿Estás segura? ¡No creo que sepas nada que suceda con nadie más que contigo misma!
-¡¿Cómo te atreves?! -grita Gigi-. ¡¿Cómo te atreves?! Soy la que está aquí. ¡Tú te vas! ¡Tú siempre te vas!
Sostengo a Rosé, preguntándome qué tan seguido ignoran su volumen para evitarle oírlos.
-¡Crece, Regina! -gruñe el señor Park-. Te mantengo. Pago por ese armario lleno de bolsos de mano y zapatos. ¿Ahora tengo que secar tus lágrimas porque necesitas atención como una niña de cinco años?
-¡Te odio! -Solloza.
Dejo de respirar por un segundo, escuchando las lágrimas y agonía en su voz. Como si deseara que estuviera muerto.
-No me odias -replica-. Odias que finalmente decidiera no dejarte arrastrarme contigo.
Trago, pero mi boca está seca. La respiración de Rosé ha cambiado, y la miro, solo visualizando sus ojos contemplándome.
-Lo siento -susurra, oyendo todo lo que acabo de escuchar.
-No te disculpes, cariño. -Sostengo su rostro y la acerco-. Todos tenemos nuestra mierda.
-Finalmente me rendí contigo, porque ¿sabes qué? -Su papá dispara de vuelta-. Perdimos un hijo. Perdimos un hijo, y te necesitaba, ¿y sabes lo que hiciste? ¡Fuiste a un spa! ¡Conseguiste una prescripción! ¡Gastaste el fondo universitario de Henry redecorando esta casa y comprándole un auto a Rosé! No viniste hacia mí. No me hablaste. No fuiste a terapia conmigo.
Apenas me has dejado tocarte en cuatro años, Gigi, y cuando lo hice, ¡abortaste la única oportunidad que teníamos de ser una familia de nuevo! ¡Te necesitaba! ¡Necesitaba ese bebé! ¡Perdí a Henry, igual que tú!Escucho su sollozo, e intento imaginarlo, pero la mamá de Rosé siempre ha parecido un tempano, y no puedo.
-Corro a su cama -continúa el señor Park-, porque si no tuviera que esperar eso, no sería capaz de aguantar esto contigo hasta que Rosé se graduara.
Una bofetada reverbera a través de la puerta, y Rosé entierra su rostro en mi cuello, respirando duro.
Una puerta se azota y luego, momentos después, otra más allá, y un destello de luces delanteras brilla por la ventana antes de desaparecer.
-Rosé. -Aprieto su barbilla-. Mírame. -Pero sacude su cabeza, su rostro todavía presionado en mi piel mientras tiembla con lágrimas-. Rosé -la insto, intentando levantar su barbilla-. No te ocultes de mí. No aquí. -La sostengo por un momento y luego la miro, tocando su rostro-. Esto podría ser todo.
Sorbe y levanta sus ojos.
-¿Qué?
-La última vez que nos veamos. -Me mira, y no sé si entiende, pero sé que es como el vidrio justo ahora. Una grieta se astillará en una docena, y no puedo perderla todavía-. Quédate conmigo ahora -susurro-. Esta noche es mía.
Toca sus labios con los míos y de una forma que es tan suave que cosquillea por mi cuerpo entero, dice:
-Está bien.
Nos besamos, sus dedos trazando el símbolo sobre mi brazalete, y amo estar envuelta alrededor de ella al punto donde no diferencio mis extremidades de las suyas.
¿Cómo voy a dejarla alguna vez por la escuela?
-No te escabullas antes de que despierte, ¿está bien? -me dice-. Iremos juntas a la escuela. -Vacilo, sabiendo que su madre me conoce. Está en la junta escolar. Estaría consciente de mí ya que votaron para renovar las duchas, por mí. Pero Rosé no quiere que me escabulla como había planeado -. ¿Lo prometes?
Toco su rostro de nuevo.
-No me iré.
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My first love (Chaelisa)
Fanfiction"Al menos de que esté leyendo una tarea, haciendo un trabajo o haciendo un examen, estoy pensando en ti".