Desenfreno

Capítulo 19

Alessandra

—¡Alessandra! —sisea Jayden detrás de mi apenas salgo de mi coche.

Me detengo frente al instituto de Anastasia y la busco con la vista, los chicos ya empiezan a salir.

—¡Pudiste haberte matado en la curva que has atravesado como una demente! ¿Estás loca? —vocifera, sujetándome del brazo para que lo mire.

Miro molesta sus manos entorno a mi brazo y frunzo el ceño.

—Suéltame o grito —amenazo, con una mirada retadora.

—Grita —gruñe muy bajo—. ¿A qué estás jugando?, no te das cuenta de la situación del problema, Alessandra que la gente muere, ¿¡Me escuchas!?

Me pega mas a él apretando el agarre que ya tiene en mi brazo, dejando mi costado cerca de sus labios.

—La mafia es así, solo busco proteger a mi familia y si tengo que amarrarte para hacerlo, lo voy hacer.

Una lágrima lenta y cruel se escapa de la comisura de mis ojos y la voz me tiembla.

—¿No hay otra manera? —murmuro—. Que tan difícil es luchar por ella como lo harías si fuera yo o Eleonora.

Busco su mirada.

—Esto me hace daño. —Otra lágrima—. No quiero que se vaya ¿Por qué me ilusionaste, por qué me hiciste creer que la aceptabas como una mas de nuestra familia?

—No te  mentí —asegura—. La sigo viendo como una hija y sé que en algún momento nos volveremos a ver a la cara, veré en la mujer que se a convertido, alzaré el mentón y me sentiré orgulloso.

—Pero, Jayden… 

—¿Mamma? ¡Pa! —exclama una voz alegre a nuestra espalda. Me tiemblan las piernas en el momento en el que reconozco la voz de Anastasia.

Me giro encontrándome con Anastasia escoltada por cuatro soldattos, parece ilusionada por el hecho de que ambos la vengamos a buscar. Claro es su primer día y debe pensar que es algo especial, incluso percibo que busca a Eleonora con la vista.

Sin esperar un segundo mas me voy sobre ella y la abrazo con fuerza, un abrazo lleno de sentimientos: —Te amo. Le susurro en el trascurso del abrazo, no quiero que lo olvide nunca.

Confusa me corresponde. Le digo todo lo orgullosa que estoy de ella, y no es hasta varios minutos después que mi marido se ve obligado a interrumpirnos con la excusa de que debemos de irnos.

Me ofrezco a subirme a su mismo coche con la intensión de estar con Anastasia el mayor tiempo posible. Jayden me dice que me llevarán al monasterio, que me dejarán ahí, y que luego se la llevara. Él le explicará en el camino qué está pasando.

El teléfono le suena y contesta mientras conduce. Los soldattos nos siguen detrás, uno de ellos conduce el coche que dejé.

El tiempo pasó tan de prisa que ni siquiera supe en que momento llegamos al monasterio, pero en todo momento estuve aferrada con todas mis fuerzas a mi pequeña.

—Vamos —le pide Jayden a Anastasia para cruzarla a otro coche.

Pero en vez de ceder la abrazo mas fuerte. Tanto así, que él se ve forzado  a sacarla y desenroscar mis brazos, arrancando una parte de mi.

Ella llora, lo hace en silencio, sin embargo mi llanto no se disimula, estoy moqueando a mares, incluso me duele la cabeza. Desde el coche la veo entrar a otro coche, se despide con la mano lanzándome un beso desde la distancia. El coche se va, y veo un Ford negro que parece estar esperando a mi marido quien espera a que yo baje del auto.