Capítulo 25

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>Iñaki

LUNES

Una sensación húmeda me invade una de mis mejillas. Abro los ojos de manera lenta para que los rayos del sol no me lastimen los globos oculares.

El cuarto de Blas tiene una ventana en la cual los rayos del sol entran sin piedad a la casa. Es lo único que me ha incomodado durante estos dos días que he estado pasando en casa de mis amigos los gemelos.

Abro los ojos por completo. Me encuentro a Olaf lamiendo mi mejilla. Sólo lo hace cuando quiere algo: cómida.

-No te preocupes- me dice Blas que está peinandose frente al espejo que tiene colgado en su armario -Ya le serví su comida. Pero creo que no la comerá hasta que tu le muestres en donde está- me dice.

Lleva dos días tratando se enseñarle al perro en donde pondrá su comida. Pero Olaf aún no se ubica en esta casa.

Trato de sentarme sobre la cama. Pero el tratar de no hacer un movimiento brusco me lo impide. No me acostumbro aún a usar el cabestrillo. Ya no tengo mucho dolor como hace dos días, pero por ratos las punzadas de dolor se hacen presente en mi hombro. La ultima vez que revisé mi hombro (la noche anterior para ser exactos) tenía un tremendo moratón en la zona en donde me golpeó el auto.

-Te ayudo- me dice Blas y con cuidado me ayuda a sentarme en su cama.

-Gracias- le digo con una sonrisa.

Blas revisa su reloj.

-Ya casi me voy y Yago aún no despierta- dice con molestia -Iré a despertarlo.

Casi al instante en el que dice eso Blas, Yago entra a la habitación. Su cabello lacio y largo está revuelto. Lleva puesta una pólera sin mangas y unos boxers que dejan a la vista sus dos atléticas piernas velludas. Se rasca el estómago dejando a la vista su casi marcado abdomen.

-¿Ya se fue Blas?- me pregunta. Parece que aún no ha despertado del todo bien porque no se ha percatado de que su gemelo esta parado detrás de él.

-No me he ido- dice mientras le da un golpe en la cabeza con la palma de su mano -Pero lo haré ahora porque Víctor ya ha llegado por mi- dice mientras toma su mochila.

-En serio, Yago no tiene que perder un día de clases sólo para cuidarme- les digo.

Ayer, además de que la mayoría me estuvo preguntando sobre lo que sucedió con Diego, mis amigos llegaron a visitarme. Los únicos que no hicieron por preguntar mi situación con Diego fueron Yago, Julia y Riger. Al parecer ya intuían un problema entre nosotros dos y optaron por no preguntar. Por el contrario, Blas, Cristel, Mario y Nora se la pasaron la gran parte de su visita preguntandome por qué lo golpee y lo insulté. Calmaron su insistencia de sacarme información gracias a que mis compañeros y jefe de trabajo llegaron a visitarme. Entre mis comañeros de trabajo, el más espantado por lo que me sucedió era Saul, me recordó ciertos aires de Benjamín en que me estaba cuidando. Me hicieron reír la mayor parte del día, haciendome olvidar por un día casi completo a Diego y a su traición. Luego llegó la nohe y de nuevo lloré por la misma situación (Y acabo de amanecer con unas lagañas pegadas a mis ojos).

Bueno el caso es que después de la visita de Saul, Miriam, Jimena y Don Jesús, la mamá de los gemelos nos dio la noticia de que su madre había enfermado, y que no tenía a algunos de sus hermanos cerca de la ciudad para ayudarla a cuidarla, por lo que tuvo que hacerse responsable ella sóla de su madre por el momento. La madre de los gemelos planeó un sistema para que no me quede sin atención:

Durante toda la semana estaré al cuidado de mis amigos, uno por día para ser exactos. Así no les perjudica a ellos en la escuela y yo sigo al cuidado de mis amigos. Yago se apuntó para cuidarme el día de hoy. Blas fue elegido para cuidarme el martes. Los hermanos Nora y Mario se apuntaron para cuidarme el miercoles. Julia y Cristel decidieron hacer pareja para cuidarme el jueves y Riger decidió cuidarme el viernes.

Love With U (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora