010.

331 38 3
                                    

El zorro de nueve colas había sido liberado en todo Konohagakure

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El zorro de nueve colas había sido liberado en todo Konohagakure.

Y eso sólo puede significar una cosa.

—¿El nacimiento.. de mi primito Naruto? —Preguntó Minari con una gota de sudor bajando por su mejilla.

Kakashi a su lado asintió, este mantenía una mirada fija en la bestia de colas.

Ambos estaban afuera de la barbacoa, siquiera terminaron de comer cuando el zorro apareció, tomándolos desprevenidos.

—Debemos ir. —Habló el Hatake asustando a Minari.— En este momento todos los shinobi estarán peleando contra la bestia de nueve colas. De seguro necesitan nuestro apoyo. —Kakashi volteó su mirada seria a donde Minari.— Iremos antes que nos manden a llamar.

Kakashi con suma seriedad comenzó a caminar a donde el bijū.
Minari por su parte lo observaba con un rostro tembloroso.

—¡E-espera, espera! —Exclamó ella entre nervios, deteniendo los pasos del albino.— ¿Que es lo que tienes en mente?

—Acabar con el zorro de nueve colas. —Habló observando al zorro a lo lejos.— O intentar retenerlo hasta que kushina pueda volver a ser su portadora. Ellos nos dirán que hacer una vez allí.

—¡No, No podemos hacer eso! —Negó Minari con rapidez.— ¡Mi tía Kushina debe estar con Naruto, desprotegida y débil!, seguramente por eso fue que el zorro aprovechó para liberarse. ¡Ella necesita nuestra ayuda, 'ttebari!

—Ella debe estar acompañada de Minato-sensei. Estará bien.

—¡P-pero..! —Tartamudeó con nervios la Uzumaki.— Esta bien, tiene sentido. Pero entonces habrá otra gente que necesite nuestra ayuda, dattebari. —Habló de ceño arrugado.— Kakashi, el zorro está arrasando con todo a su paso, ¡mira!

Tras sus palabras el Hatake divisó a lo quejos que tras cada paso, el Zorro aplastaba viviendas y demás negocios.

—¡Deben haber muchos civiles y niños heridos! —Gritó agarrando las prendas del Hatake.— ¡Seguramente todos nuestros shinobi más poderosos se encuentran allí, nosotros debemos proteger a los que nos necesitan!

Kakashi le dedicó una mirada por encima de su hombro, neutro.

Minari, quien lo veía angustiada tragó en seco, mientras una gota de sudor bajaba por su mejilla.

—Seremos de más ayuda haciendo algo que lograremos, en lugar de mandarnos a nuestra propia muerte, 'ttebari. —Continuó con seguridad, de ceño fruncido.— Dejémosle el zorro de nueve colas a ellos, estoy segura que pueden. Nosotros encarguémonos de los desprotegidos.

Kakashi quedó observándola por unos segundos, ella lucía muy segura de sus palabras pasé a notar que, prácticamente estaba temblando.

Dentro de ella, Minari le rogaba a los dioses y demonios por que el Hatake le haga caso.
Todo lo posible para que él no corra —tanto— peligro.

🍥🍥


—¡Agh! —Se escuchó un grito femenino a lo lejos.

Ella había sido lanzada por una de las colas del zorro.

Su esposo tan pronto notó eso, fue corriendo —tan rápido como pudo— a donde su amada.

Ella había intentado enfrentarse al zorro de nueve colas, y ahora.. su estómago estaba perforado por una de las garras de la bestia, en una feroz pisada a una multitud de ninjas.

—A-aléjate.. —Habló de ceño fruncido la Uzumaki, con una mano en su herida.— S-seguramente ahora.. la bestia volverá.

El adulto observaba con seriedad el estado de su esposa.
Juzgando por el tamaño de la herida, ella no resistiría mucho.

—Tranquila, te sacaré de aquí. —Exclamó él sosteniéndole la cabeza.— Tu sólo resiste.

El castaño sostuvo el cuerpo de su esposa cual princesa, saltando entre alejados árboles —escondido— de camino directo al hospital de Konoha.

—I-idiota.. —Susurró ella, ahogándose en sangre la cual escupió.— ¿a dónde.. me llevas?

—El Hospital. —Habló serio, observando el camino.— Tus heridas necesitan ser tratadas con urgencia, ¡de lo contrario..!-

—No. —Interrumpió su esposa en un susurro sin fuerza aún así, claro.— Llévame a nuestra casa. Quiero ver a nuestra hija.. —Hablaba con su mirada perdida, tosiendo ente medio.— Quiero ver a... Minari...

Su esposo detuvo sus pasos, para bajar de los árboles.

El castaño observa a su amada en brazos. Ella poco a poco perdía el brillo de sus ojos.

Él apretó sus párpados con fuerza, esforzándose por que las lágrimas no bajasen.

—¿Ella... ya llega? —Continuó susurrando la adulta, quien tenía sus manos en su vientre.— Cariño.. ¿Estamos en el hospital?

—Aún no, falta poco... —Habló el adulto, dejando el cuerpo de su amada en el suelo, sosteniéndole su cabeza.—  Tu sólo descansa. Pronto llegaremos al hospital. —Susurró tras depositarle un beso en su frente.— Pronto... llegará Minari.

Mientras las lágrimas del adulto caían en el rostro de su amada.

—Cierra tus ojos cariño...

—Nuestra hija nació.. en un día de lluvia. ¿Lo hice bien? ¿Cómo luce nuestra niña..?

Para el adulto era claro lo que estaba sucediendo y le dolía.

—Lo hiciste muy bien. Ella luce encantadora... es idéntica a tí.

—Que bien.. que lo hice bien...

—Lo hiciste muy bien, cariño... Descansa. Sólo descansa.

—Lo haré.. estoy muy cansada. Cariño... te amo.

El cuerpo del adulto comenzó a temblar, mientras sostenía la cabeza de su esposa con lágrimas bajando por su rostro.

Él tragó todas las palabras que tenía guardadas, y simplemente se limitó a intentar darle los últimos momentos de paz a su amada esposa.

—Te amo, cariño. Descansa... Descansa...

Una sonrisa apenas visible posó en los labios de su esposa, susurrando por última vez:

—Nos vemos... Pronto...

Y ese pronto fue más rápido de lo que su esposo hubiese imaginado, pues el zorro avanzaba a pasos agigantados, y poco tardó en alcanzar el escondido cuerpo de ambos, que entre tanto furor siquiera notó que una sus colas los habían arrastrado a una muerte segura junto a medio bosque.

Amor De Juventud ➳ U. Óbito / H. KakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora