Primer encuentro

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Eran las 5 de la tarde y Macarena regresaba a casa después de un agotador día en la universidad, a pesar de que amaba estudiar diseño, pues siempre había sido su sueño, en la práctica resultó más agotador de lo que ella planeaba, noches en vela acabando diseños, trabajos y proyectos, a veces sintió que su sueño académico le hacía un "robo hormiga" a la ya escasa vida social que tenía en parte gracias a su estricto padre, quien en el diario vivir tenía más reglas que el tránsito, a veces era realmente agobiante pero Maca había aprendido a cultivar la paciencia y convivir con aquello. Mientras se perdía en sus pensamientos caminaba con paso relajado hacia el edificio donde habita , en su mente tarareaba la canción que sonaba en sus audífonos ~I am awake, no longersleeping, i made my mistakes, it's what i was needing~ iba tan ensimismada que no noto que ya había llegado a su destino, volvió un poco al planeta tierra y divisó exceso de movimiento en la entrada, un camión de mudanza estacionado y 2 hombres entrando y saliendo con cajas, no fue tan difícil descifrar que nuevos vecinos estaban llegando pero realmente no le dio mayor importancia, solo quería llegar al pent-house, tenderse en su cama y holgazanear aunque sean 5 minutos, en la conserjería saludó a Carlitos quien siempre tan chispeante respondió -hola señorita Macarena, ¿cómo estuvo su día? -bien Carlitos, muchas gracias, contestó con evidente cansancio la rizada.

Mientras esperaba que el ascensor abriera sus puertas sintió un alboroto que la descolocó, giro levemente su cuello hacia atrás para dar un leve vistazo y fue ahí que escucho a dos chicas conversar, ambas mujeres la quedaron mirando fijamente, una más que otra, pero antes de tener tiempo siquiera para una siguiente interacción que no solo fuera de una mirada, el ascensor abrió sus puertas y Maca entró para perderse del enfoque de aquellas señoritas.

-¿Quién sería aquella chica? -Habló Rubí

- No sé, pero amé su pelo, ¿lo viste ?, aunque me muero lo difícil que debe ser peinarlo, mejor me quedo con mis extensiones -contestó Esmeralda

-Rubí solo sonrió.

Desde ese momento la castaña no pudo sacar de su mente el rostro de aquella chica, ¡por Dios! Era realmente bella, a pesar de su rostro cansado y de la leve mirada que intercambiaron Rubí pudo notar sus ojos negros, esos rizos tan bien formados que la hacían ver demasiado tierna pero que también le daban un carácter impresionante, y ese lunar, dios, ese lunar en la comisura de su labio le provocó a la mayor de las hermanas Cárdenas algo que no supo explicar, o más bien algo que si sabía que era pero que trato de obviar, aunque no por mucho tiempo.

La vida en el edificio siguió transcurriendo normal para todos los habitantes, incluido Los Correa y las recién llegadas, Las Cárdenas. Macarena realmente no le tomó asunto al arribo de nuevas vecinas, estaba tan estresada con la universidad que no tenía tiempo para nada y desconocía por completo que en el departamento 504 había una chica que llevaba ya una semana pensándola día y noche.

...

Era viernes por la tarde y Rubí bajó hasta la conserjería a buscar la correspondencia y algunos paquetes que habían llegado para ella, Carlitos, para variar no estaba en su puesto y en su lugar había un cartel que decía "conserje en ronda", Rubí rodó los ojos, lo pensó por cortos segundos y decidió buscar ella misma tras el mesón las cartas y cajas que eran para su familia, una vez creyó reunir todo, se arrepintió un poco porque eran varios bultos pero bueno, lo hecho hecho esta y ahora hay que subir con todo esto -pensó. Estaba en eso cuando no alcanzo a llegar al ascensor y su alto de paquetes se desplomo al suelo, regañó contra su mommy y contra la Esme por no acompañarla y al último rezongo contra ella misma por ser tan torpe y dejar caer todo, estaba en eso, peleando en voz alta consigo misma cuando sintió una leve risa y vio unas manos que recogían la correspondencia que había quedado tirada por varios espacios, levantó un poco la mirada para ampliar el ángulo de visión y ahí estaban, sus miradas encontrándose nuevamente, pero esta vez la mirada de aquella chica de rulitos estaba acompañada por una simpática sonrisa, -si era posible Rubí había quedado aún más hipnotizada con los encantos de Macarena.

-No regañes tanto, que te vas a poner viejita antes de tiempo -soltó Maca junto con una risa

-No puede ser, además de todo tiene una voz encantadora, pensó instantáneamente Rubí. -Ay es que me da rabia, pero gracias por ayudarme...

- Macarena, me llamo Macarena ¿y tú?

- Rubí, Rubí Cárdenas

- Ah claro tú debes ser de las vecinas nuevas, no nos habíamos topado antes, mucho gusto

- De hecho si nos vimos el día que nosotras llegamos a vivir aquí, pero al parecer tu ni cuenta te diste -me arrepentí al instante de haber dicho eso porque quizás estaba siendo demasiado evidente, pero para variar ya la había embarrado.

- ¿En serio? Ay es que soy súper distraída a veces, perdón, pero para compensar mi mal recibimiento permíteme ayudarte a cargar todo esto hasta tu departamento -sonreí amable.

- No es necesario, de verdad ya me ayudaste mucho, ve tranquila yo puedo con todo esto.

- No seas orgullosa vecina nueva -lo digo riendo para que no crea que me burlo de ella, -te aseguro que necesitas mi ayuda.

- Te aseguro que no -necesitaba verme algo más distante porque ya me vi muy intensa haciéndole ese "reclamo" por no notar mi presencia el día de la mudanza.

- Esta bien -digo mientras cruzo los brazos y la observo.

-Tomo los paquetes y celebro internamente mi victoria pero no me dura mucho porque los malditos bultos vuelven a caer al suelo haciéndome quedar como una estúpida delante de mi vecina, que por cierto me mira e intenta contener la risa que le provoca mi impasse.

- Te dije que necesitarías ayuda -en este punto ya no contengo la risa.

- Me amurro y la miro con los ojos entrecerrados pero sonrío también, no puedo evitarlo. Tomo algunos paquetes y ella los restantes, entramos al ascensor y este comienza su trayecto, ninguna dice nada, solo miramos al frente, bueno yo la miro de reojo y puedo notar que su mirada está en esa dirección. Más rápido de lo que me hubiese gustado ya estamos en la puerta de mi departamento, decido romper el silencio y digo - ¿quieres pasar?, pero ella me responde que no, que muchas gracias pero solo quería ayudarme y ahora tiene cosas que hacer, no puedo negar que me decepcionó un poco su respuesta pero también era lo esperable, le agradezco por su ayuda y ella se marcha dejándome nuevamente totalmente prendada pero esta vez mucho más que el día de la mudanza, obviamente ella sigue sin saber lo que está ocasionando en mi pero no sé cuánto tiempo pueda mantenerlo oculto, soy demasiado evidente y eso me asusta pero también sé que necesito volver a verla, lo necesito realmente.

Se supone ♡Rubirena♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora