Se supone ♡Rubirena♡

El regreso

Omnisciente

Rubí se sentía muy intranquila, ya habían pasado varias horas desde que Macarena se había ido y no tenía noticias de ella, le preocupaba la reacción de Julián, a pesar de que demostraba ser un buen tipo la situación no era sencilla y muchas veces esos episodios dolorosos sacan a relucir lo peor de una persona, además entre toda la adrenalina, la emoción y la preocupación por tantos sucesos en tan poco tiempo ninguna se preocupó de intercambiar sus números de teléfono, Macarena seguía sin tener redes sociales así que la única manera que tenía la castaña de saber de ella era esperando su visita.

Se torturaba con las mil preguntas que le surgían ¿y si Julián le hace algo? ¿Y si al verlo ella no es capaz de confesarle la verdad y decide seguir adelante con el matrimonio? De tanto pasearse de lado a lado ya pronto haría un hoyo en el suelo, se exaltó de sobremanera cuando llamaron a la puerta, corrió tan rápido que terminó estrellándose contra la pared, abrió y ahí estaba ella, no supo cómo reaccionar, no sabía si abrazarla y besarla, solo abrazarla o solo besarla y si lo hacía ¿la besaba en la mejilla o en los labios? Finalmente acabó diciendo -hola, adelante, pasa.

Ninguna parecía querer iniciar la conversación, Rubí por cierto que moría de ganas por preguntar acerca de Julián pero no hallaba la manera de hacerlo sin parecer desubicada, jugaba con sus manos, su mirada divagaba entre el suelo, el techo y Macarena, pudo notar los ojos hinchados de la rizada, señal clara de que había estado llorando y bastante, lo cual era muy obvio, en ese momento Rubí se cuestionó incluso el hecho de nunca haberle preguntado a Macarena si estaba enamorada de Julián, solo se preocupó de lo que ella sentía pero nunca se atrevió a indagar más allá, probablemente por miedo a la respuesta

-Todo terminó –soltó de golpe Macarena mientras sus ojos se cristalizaban

Rubí solo siguió guardando silencio sin saber que hacer o que decir

-Abrázame por favor –habló nuevamente la diseñadora echándose a llorar sin control

La castaña por supuesto que envolvió a la chica en un cálido abrazo intentando transmitirle tranquilidad aunque sabía que era muy difícil

-¿Te trató muy mal? –preguntó preocupada

-Todo lo contrario –respondió ahogada por el llanto –aun en los peores momentos él es un caballero

Rubí sintió una fuerte opresión en el pecho, aunque intentaba no podía evitar sentir celos del arquitecto, en su mente siempre evitó pensar en ellos como una pareja, procuraba visualizarlos como personas independientes pero era consciente de que en algún punto Macarena llegó a sentir amor por él, por algo iban a casarse, pero luchó contra sus pensamientos y solo se concentró en brindarle contención a Maca

-Tranquila mi rulitos, te prometo que pronto te sentirás mejor, de a poquito, pasito a pasito y de la manito ¿ya?

Macarena se apartó del abrazo y le regalo una genuina sonrisa, era consciente de que lo estaba pasando mal por toda la situación con su ahora ex novio pero también sabía que le esperaba una vida llena de felicidad al lado de Rubí.

-¿Te vas a quedar conmigo ahora para que te consienta? –preguntó la castaña intentando no sonar tan entusiasmada, por dentro estaba saltando pero tampoco quería demostrarlo tan efusivamente pues no se sentía del todo bien saber que había alguien sufriendo

-No puedo, solo vengo a despedirme

-¿Qué? –preguntó sorprendida Rubí retrocediendo algunos pasos -¿Cómo que a despedirte?

-Si Rubí, tengo el tiempo justo para llegar a Chile antes de que...antes de que ese señor llegue acá –Rubí comprendió a quien se refería

-Pero Maca, si me acabas de decir que todo se acabó, ¿entonces a que va a venir tu papá?