Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca un desafío para probar nuestro coraje y voluntad de cambio; en ese momento, no tiene sentido fingir que no ha ocurrido nada o decir que aún no estamos preparados. El desafío no esperara. La vida no mira hacia atrás.
Paulo Coelho
Rubí
No sé que juego cruel del destino es este, hasta ahora me obligue a creer que ella y yo nos habíamos convertido en dos rectas paralelas, destinadas a guardar la misma distancia y jamás juntarse, dos rectas que jamás se cortarían en un punto del infinito, pero al parecer Julián llego para ser ese punto impropio.
La pequeña pero firme barandilla sostiene mi debilitado cuerpo a punto de irse a pique cuando las luces volvieron a brillar, los rizos que divisaba tenuemente en aquel abrazo no pertenecían solo a Julián, bastó un ápice de luminiscencia para reconocer esos perfectos rulitos cayendo a través de sus hombros y 2 que 3 rulitos rebeldes que cubrían ese pulcro rostro acentuado por su millón de pequitas que aun desde esta altura podía notar con claridad. Echo mi cabeza hacia atrás como un claro gesto de decepción en medio de la honda sensación de desesperación que me está asfixiando, en absoluto imagine que esto sería lo que me unía a Julián.
Acabo de ayudar a que le pidan matrimonio al amor de mi vida, si, ahí está, aun fundida en un eterno abrazo a él, a su futuro marido.
Ciertamente no tengo claro si ya me desmaye o estoy luchando por no desvanecerme, y anhelo honestamente estar desmayada soñando, anhelo que esos gritos que se oyen diciendo "el beso, el beso, el beso" sean producto de mi imaginación, pero no, porque por supuesto la vida no me quiere ni poquito y me puso aquí para golpearme con la puerta de la realidad en la cara, su nueva realidad.
Empujada por la curiosidad y porque no decirlo, por el masoquismo, me asomo nuevamente a mirar, en el fondo de mi ser guardo la esperanza de estar confundida, aunque lo dudo, ella es inconfundible, podría identificar sus preciosos rulitos entre miles y estoy en lo correcto, no es una alucinación, es ella y ahí está él, accediendo a la petición de los asistentes que celebran como propia la victoria que acaba de conseguir, y no me extraña la alegría del público, los latinos somos así, cálidos, entusiastas y vaya que los madrileños aquí presentes no se quedan atrás, aplauden, festejan y entre todo el caos se oyen frases como "estoy flipando" "hostia tío ya bésala" "vamos macho dale un beso", por supuesto él no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad, con su mano izquierda en la mejilla derecha de ella y su mano derecha rodeando la espalda baja la acerca suavemente contra su cuerpo y le otorga un beso algo reservado pero que se vuelve más intenso al compás de los gritos ensordecedores de la gente, ese beso que es motivo de celebración en la planta baja aquí arriba se siente como mil puñales en mi cuerpo entrando y saliendo en todas direcciones, me destruyo aún más si es posible cuando la veo enredar sus manos a través del cuello de Julián como si intentase fundir su esencia con la de él.
A lo lejos observo a Pablo apostado en la barra descorchando una botella de champagne y alzándola en señal de alegría, los presentes levantan sus copas en signo de celebración y la feliz pareja interrumpe el beso para mantenerse abrazados sonriendo algo avergonzados, en un claro acto de agradecimiento por todo el "cariño" que están recibiendo por parte de este alborotado grupo de desconocidos, todos aquí están felices, todos excepto yo que quiero salir corriendo y perderme.
Me dirijo cautelosa hasta el primer piso, corro hacia el baño, me encierro en uno de los cubículos y dejo salir todo este llanto contenido desde que las luces me mostraron aquella imagen que no hubiese querido ver jamás, los sentimientos cruzados están a flor de piel, lloro de felicidad por haberla vuelto a ver, nunca deje de preguntarme en estos 4 años que sería de su vida, lloro porque no tenía ninguna pista de como hallarla en París y el destino me premio trayéndola hasta España, trayéndola hasta mí, pero sobre todo lloro porque la forma no es la que mi corazón ha deseado durante estos difíciles y largos años. Siempre supe que esto era una posibilidad, involuntariamente mi mente se lo preguntaba a diario pero siempre intente echar por tierra esos pensamientos, por miedo, por cobardía, nunca he querido afrontar que ella podía rehacer su vida y el temor no es por ella, porque siempre he deseado que donde quiera que este sea feliz, inmensamente feliz, el miedo ha sido y sigue siendo siempre por mí, nunca supe si estaba preparada para verla con alguien más y hoy tengo la respuesta, no lo estuve, no lo estoy y no lo estaré jamás. La angustia en mi pecho se expande por todo mi cuerpo, me tiemblan y sudan las manos, me duele el estómago, la cabeza siento que va a estallarme, mis piernas se sienten como dos débiles hebras de lana, es como si las paredes del baño se estuvieran cerrando todas a la vez reduciendo a cada segundo el espacio, quitándome el poco aire que conservo. Solo 3 imágenes se cruzan y se mezclan de forma vertiginosa en mi mente, mi mommy abrazándome, Sergio amenazándome y Macarena besándose con Julián. La primera me reconforta, la segunda me hace arder en ira y la tercera, uff, la tercera me destruye por completo.
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Se supone ♡Rubirena♡
FanficDos chicas que descubren el verdadero amor la una en la otra, pero que deberán traspasar duras pruebas y fronteras para saber si ese amor tan grande podrá o no concretarse. Porque no todos los finales son siempre de cuentos de hadas